Con las cámaras de la TV mostrando los primeros compases del último entrenamiento antes del duelo ante Perú por las Eliminatorias sudamericanas, la selección argentina vivió un momento profundamente emotivo. De repente, mientras los jugadores realizaban los ejercicios de calentamiento, con Lionel Messi a la cabeza, comenzaron a observar con detenimiento a un costado de las canchas. Y el entrenador Lionel Scaloni salió corriendo.
El misterio se disipó cuando el DT llegó a destino: en silla de ruedas y acompañado por Claudio Tapia, se encontraba Omar Souto, histórico Gerente de Selecciones. El Gringo lo abrazó largamente, se sentó a su lado y comenzó a charlar, con una sonrisa colgando de sus labios y delegando sus tareas a sus colaboradores, que no tardaron en sumarse.
Es que, apenas dos minutos después, casi en procesión, Walter Samuel, Pablo Aimar y el preparador físico Luis Martín se incorporaron al espontáneo cónclave que, seguramente, ya con las cámaras apagadas, fue mucho más amplio.
Souto es una especie de “padre” de los futbolistas, de las generaciones actuales y también de las pasadas. Desde hace 28 años acompaña a las selecciones nacionales, tanto juveniles como a la Mayor. De hecho, fue el empleado encargado de llamar a Messi para su primera convocatoria, en aquella famosa anécdota de la hoja de guía telefónica arrancada de un locutorio para dar con su teléfono y el blooper de llamarlo “Leonardo” porque todos le decían “Leo”.
Debido a un problema de salud, este año decidió no continuar viajando con la Albiceleste, aunque continuó yendo a trabajar al complejo de Ezeiza, hasta que tuvo que discontinuar sus excursiones hasta el hogar de la Selección. Hasta que este lunes se hizo presente, en un momento que sacudió a empleados y futbolistas, por el cariño que le prodigan. Vale recordar que su hijo, Juan Cruz, forma parte del staff de utileros del campeón del mundo y América.
A lo largo de los años, quienes están atentos al día a día de la Selección conocieron varias de las bromas que los propios futbolistas le jugaron a Souto. Muchas de ellas se hicieron virales, como en la previa del Mundial de Rusia. En uno de los traslados del plantel en micro, Souto dormía con su cabeza apoyada contra un vidrio. Sergio Agüero y Ángel Di María lo advirtieron y les brotó la picardía. Munidos de sus teléfonos móviles para filmarlo, se acercaron y le gritaron: “¡Despertate, che!”. Y provocaron el sobresalto del veterano empleado, que terminó golpeándose la cabeza.
Pero también fue protagonista de momentos cumbre, como el citado de Messi. Por ejemplo, fue el encargado de aguijonear a Dibu Martínez, cuando era suplente en el Arsenal y pululaba a préstamo por diferentes clubes, para que terminara de hacer el click en pos de convertirse en el mejor arquero del mundo. En ese entonces, lo llamó para pedirle entradas para él y su hermano para ver un partido de la Albiceleste en el Monumental. “Yo te las doy, pero prometeme que la próxima vez no me vas a pedir entradas, te voy a ver como arquero de la Selección”, lo pinchó. El día que fue citado, resultó la primera persona a la que el guardameta fue a abrazar.
Y si retrocedemos en el tiempo, Souto fue el encargado de prestarle a Carlos Bilardo su saco en la presentación de Diego Maradona como DT de Argentina. Pequeño detalle: el Doctor se marchó apurado, no devolvió la prenda, y en sus bolsillos estaban las llaves de la casa de Omar, quien tuvo problemas para ingresar a su hogar...
Toda esa historia se posa sobre los hombros del veterano gerente, que con su visita les dio a los líderes de las Eliminatorias un empujón extra para afrontar el duelo ante Perú, el último del año para el combinado nacional.