“Si las cosas siguen así, ya sé que para el año que viene no compito”. Delfina Luz Bihurriet es la N°1 de la Argentina en la categoría de 70 a 75 kilogramos en la modalidad lucha de taekwondo. Su nombre apareció de manera esporádica en el prime time de la TV local después de ganarse un millón de pesos en el programa Escape Perfecto, ciclo emitido por Telefé, un dinero crucial para alentar su joven carrera. Con solo 24 años, acaba de cerrar otro excelente año después de consagrarse bicampeona de la Copa del Mundo celebrada en Mar del Plata y, a pesar de haber ganado cada cita que se le cruzó en este calendario, la felicidad no es completa.
En marzo pasado, Infobae entrevistó después de su aparición en la televisión a la representante de la Selección, quien ya alertaba sobre los problemas que aparecían en el horizonte para soñar con lograr el título más importante que le falta: el Mundial (competencia ajena a la Copa del Mundo). A ocho meses de ese relato, Delfina se mantiene invicta desde 2016 en su categoría dentro del país sumando los torneos panamericanos y sudamericanos. Además, agrega medallas a su palmarés después de quedarse este año por segunda vez con el primer lugar centro y sudamericano, algo que emuló también en el Torneo Argentino. Una auténtica Reina del taekwondo. Sin embargo, a pesar de tener esos pergaminos a cuestas, no podrá competir en la próxima edición mundialista debido a temas económicos, como así lo contó en una nueva charla con este medio mezclada por la alegría del presente y un futuro con nuevos horizontes.
La medallista de bronce en el Mundial de Finlandia 2023, al cual estuvo cerca de no viajar por las mismas razones, explicó: “Lamentablemente, pasó lo que dije que podía pasar. Me tuve que dar de baja del Mundial de Croacia 2025 porque ya arrancaron los Selectivos, los cuales son cuatro fechas de un torneo para clasificar al Mundial, que se pagan en dólares. Ya pasaron dos fechas. Se me complicaba mucho poder ir. El gasto era bastante grande. Era imposible”. En este sentido, manifestó que “no hay ningún tipo de invitación” para soñar con la clasificación, y se enfoca en su meta más inminente colocada en el Panamericano de mayo próximo en Chile: “Más que seguro, compita ahí”.
Su participación en el programa televisivo no generó la llegada masiva de sponsors que solventen el total de los costos en dólares de cada viaje. De hecho, una de las personas que se acercó a su entorno alegó como razón el hecho de competir dentro de la Federación Internacional de Taekwon-Do (ITF), en lugar de la Federación Mundial de Taekwondo (WTF, por sus siglas en inglés). Esta diferenciación es clave porque Bihurriet no tiene posibilidades de clasificar a los Juegos Olímpicos, ya que el permitido en esa cita es el regulado por la WTF.
Más allá de esta situación, una marca de pinturería tuvo un rol preponderante para concretar su viaje a Paraguay a mitad de este año para la realización del torneo centro y sudamericano. Ellos le pagaron el hospedaje, la inscripción de equipo e individual y el aéreo. Incluso, abonaron su inscripción a la Copa del Mundo. Todas las personas interesadas pueden colaborar a través del alias delfina.tkd.mp o comunicarse con ella en Instagram (@delfi_bihurriet).
Esos fondos serán cruciales también para aprovisionar de materiales a la joven nacida el 29 de agosto de 2000 en la Capital Federal de cara al Panamericano con el agregado de robustecer su carrera dentro de la disciplina: “Me puse como objetivo rendir para cuarto dan (uno de los nueve escalones del cinturón negro), seguir pasando de cinturón para seguir cumpliendo con mis objetivos deportivos. Si no se da una cosa, se da otra. No quería bajar los brazos con eso. Me puse como objetivo seguir creciendo desde el lado institucional, no deportivo. Crecer en mi trayectoria como taekwondista, y no como deportista. El examen sale entre USD 500 o USD 600, ya que es internacional”.
La conversación derivó a su triunfo en la Copa del Mundo realizada en la Costa Atlántica, donde se impuso en el duelo decisivo a Lourdes Hodnik. En el estadio de la definición hubo una invitada esperada: su madre. Ella había sufrido un infarto en la antesala al viaje de su hija a la pasada edición de 2022 que se celebraba en Eslovenia y solamente el alta médica le dio tranquilidad a Delfina para viajar a Europa y quedarse con la medalla dorada: “Tenerla a ella fue muy importante. Salir campeona, darme vuelta, mirar la tribuna y que esté mi mamá, fue todo”.
“Mi objetivo en todo el año era salir campeona del mundo. Otro objetivo era disfrutar el campeonato. Vivir cada momento, estar presente. El último día me había mentalizado en todo lo que tenía que hacer para que todo salga como yo lo había pensado. Lo pude disfrutar. Se cumplieron los dos objetivos”, concluyó.
Delfina Luz Bihurriet inició la práctica del taekwondo como un hobby a los seis años por recomendación de sus padres. Es habitué de las Formas, una modalidad que implica una coreografía de movimientos ante un rival imaginario, pero el salto lo dio en 2016, cuando se probó en la Selección en ese formato y en lucha, donde finalmente quedó: “Me quedé tiesa, no sabía qué hacer. Me puse a llorar por la emoción de pertenecer a una Selección con lo que a mí me gustaba hacer y por otro decir: ‘¿Y ahora, de qué me disfrazo porque yo no lucho?”.
La escuela Espíritu Guerrero comenzó a formar su gen competitivo (actualmente se desempeña en Grupo Martín Gadea): “Me pongo muy nerviosa en las competencias, soy bastante exigente conmigo y me cuesta bastante decir ‘si pierdo, no pasa nada‘. No solamente en las competencias, sino también en los entrenamientos”. Más allá de su práctica profesional, les da clases de taekwondo a personas de todas las edades y, fuera del tatami, es estudiante de kinesiología. Pensó en largar todo, pero la motivación de llegar a lo más alto pudo más: “Las ganas de ser campeona. Siempre fue ese sueño y esa meta. Entreno para eso”.
“Siento que soy una privilegiada por estar en este lugar. No todas las personas tienen la oportunidad de sentir lo que siento cada vez que entro al tatami, respirar y decir: ‘Es acá, y estoy representando a mi país‘. Todo el esfuerzo que hago por estar ahí, todo lo que entreno y todo lo que me rompo para poder llegar a esos lugares. Hay gente que lo puede hacer más fácil, y yo no. Entonces, realmente me emociona, me conmueve porque yo amo lo que hago y, realmente, me rompo para estar en el lugar en el que estoy. No es por casualidad, yo entrené muchísimo para ser la competidora que soy hoy en día. Nadie me regaló nada, nadie me llevó a donde estoy, nadie me llevo a la Selección. Yo entré siendo nadie, literalmente, porque nadie me conocía, porque yo no competía. Y hoy en día, estar en el lugar que estoy y tener el nombre que tengo me lo gané yo solita entrenando muchísimo. Me esforcé mucho por ser la competidora que soy hoy”, le confió a este medio en marzo.
- Si no está el taekwondo en el medio, ¿quién es Delfina?
- No sé. Realmente, no sé, porque no me imagino mi vida sin esto y lo mismo me pasó para el Mundial de Finlandia, cuando me bajé de la Selección, dije que no iba y me pregunté: ‘¿Y ahora, qué hago?’. Me agarró una tristeza, estuve varios días llorando. No sé qué haría si no puedo competir porque soy esto y no me imagino mi vida sin esto. Por ahí, meter más carreras en la facultad, obviamente seguir con mis clases con mis alumnitos para prepararlos en los torneos que tienen, pero no sé dónde me enfocaría.