Argentina estuvo muy lejos de su mejor nivel y perdió con Paraguay en Asunción el jueves pasado en el estadio Defensores del Chaco. Más allá de la polémica que se originó en el primer tiempo, cuando el árbitro brasileño Anderson Daronco optó por no sacarle la segunda amarilla a Omar Alderete tras una infracción a Lionel Messi, el triunfo de la Albirroja fue merecido y dejó con bronca a un plantel albiceleste que no la pasó del todo bien en la capital paraguaya.
Desde muy temprano, las calles aledañas a la cancha se abarrotaron de gente con los colores rojiblancos ya que las autoridades así lo indicaron para los locales: prohibieron el ingreso de camisetas argentinas o de Messi en alguno de los clubes que militó en las tribunas locales. El resurgimiento del equipo dirigido por Gustavo Alfaro en las Eliminatorias motivó completamente a una afición golpeada desde hace años por no disputar Mundiales desde Sudáfrica 2010.
Esto generó un caldo de cultivo que se reflejó durante el encuentro. Los paraguayos tomaron este partido como una verdadera final y algunos fanáticos se pasaron de la raya. A través de las redes sociales, se viralizaron dos videos en los que fueron protagonistas los referentes de la Scaloneta Rodrigo De Paul y Messi.
Sobre el final del match, a De Paul se lo vio reírse socarronamente de frente a una de las plateas tocándose el parche de campeón continental y también las tres estrellas del escudo argentino en la camiseta. Mientras tanto, recibió elogios de alguna fanática que le gritó “mi amor”, pero al mismo tiempo fue insultado por otros que se tomaron a mal su provocación, pese a que Paraguay ya estaba 2-1 arriba en el marcador. Pese a estar con un ojo puesto en la grada, el Motorcito no dejó de estar concentrado en la jugada de turno.
Hubo una frase con la que el mediocampista argentino chicaneó a Damián Bobadilla en medio de una gresca entre futbolistas de uno y otro equipo tras un parate en el juego: “Ustedes son chiquitos”. Fue sobre el final que el número 7 albiceleste sacó chapa de los últimos logros de la Albiceleste, se señaló el escudo nacional, le mostró el parche de campeón continental y descalificó al hombre que milita en el San Pablo.
“Queda todo en la cancha, lo que sucede en la cancha, queda en la cancha. Felicitaciones a Paraguay, tiene un gran entrenador”, se limitó a decir De Paul frente a los micrófonos una vez que se consumó la caída de Argentina en el Defensores del Chaco.
En una de las últimas jugadas que tuvo el partido, Messi se acercó hasta el córner de la banda derecha para ejecutar con un zurdazo cerrado. Antes de eso, recibió una lluvia de insultos y abucheos por parte de los simpatizantes paraguayos que estaban ubicados en ese sector. Inclusive uno le arrojó una botella de plástico con líquido que pudo haberlo lastimado, algo que se replicó con De Paul luego de que fallara un mano a mano frente al Gatito Fernández, cuando voló un recipiente con gaseosa.
El proyectil le pasó muy cerca, justo cuando estaba agachado acomodando la pelota dentro del córner. El rosarino se limitó a darse vuelta para verificar desde dónde había caído la botella, pero enseguida se limitó a sacarla del límite del campo de juego, meneó la cabeza incrédulo por el repudio que había generado su sola presencia y se mordió los labios con resignación.
Desde otro costado, otro enfervorizado hincha paraguayo mostró su lado antimessista: llevó una camiseta de Portugal con el nombre de Cristiano Ronaldo y se la exhibió agrediéndolo verbalmente: “Acá la tenés, mirala. Enano de mierda, puto. Acá la tenés, burro”.
Vale aclarar, la bochornosa imagen que se viralizó en las redes no reflejó el comportamiento del público paraguayo en general, que en gran medida tiene admiración por el capitán de la selección argentina y hasta lo reconoció en más de una oportunidad a lo largo del encuentro.