“Primero, la foto con mis amigos, y después las que quieran”, pide Horacio Pagani, que mantiene la humildad como si estuviese en su Casilda natal. Las luces del éxito, el dinero y la fama no encandilaron al constructor que fue distinguido este martes en la Legislatura Porteña como “Personalidad Destacada”.
El empresario es fabricante de los autos súper deportivos exclusivos que son considerados de los mejores del mundo en su gama. Desde hace 42 años vive en Módena y desde chico soñó con mudarse allí porque es una zona de influencia en la fabricación de coches deportivos como Ferrari. Los autos fabricados en Pagani Automobili son de los más codiciados por sus detalles y uno de ellos es que sus autos son ensamblados a mano y mantienen una base artesanal que le da un aura de romanticismo a cada máquina.
Padre de los icónicos modelos Zonda y Huayra, sus inicios fueron en el automovilismo argentino con un monoposto para la Fórmula 2 Nacional. Llegó a Europa a fines de los años setenta con los consejos de su amigo Oreste Berta y con una carta de recomendación para Ferrari redactada y firmada por Juan Manuel Fangio, pero pese a que le ofrecieron trabajo en Maranello, lo rechazó porque era para el departamento de autos de carrera y él quería trabajar con los autos deportivos de calle.
A sus 68 años es dueño de un imperio, con autos que son comprados por magnates, multimillonarios y jeques. Pero sus inicios no fueron fáciles y con su esposa (recién casados) vivieron primero en una carpa en un camping de la ciudad de Como porque no tenían el dinero suficiente para el alquiler. Empezó de abajo, pero afirmó que estuvo “dispuesto a hacerlo”. Con paciencia y mucha dedicación, su sueño se hizo realidad. Su historia es un cuento de hadas, pero en la vida real. Una inspiración para todo aquel que se propone una profesión y logra vivir de ella.
Infobae pudo hablar con Pagani, quien afirmó: “Estoy muy agradecido. No sé si merezco toda esta atención. Pero es lindo llegar acá, encontrarse amigos como Luis Landriscina, que me vino a visitar y me alegra y me emociona mucho”.
Nada cambió de aquel joven que emigró a Italia sin nada: “Es un camino, todos los días sigo trabajando con la misma pasión que cuando me fui”. Insistió con una palabra clave en su filosofía de vida: “disciplina”, porque le permitió “mantenerse enfocado en sus objetivos” y explicó que “todavía vivo hoy como un gran desafío. Cambiaron un montón de cosas y este es un viaje en el que siempre miré adelante. Equivocándome. Volviendo a arrancar y todo. Pero, en definitiva, afronto la vida exactamente como en ese momento en el que me fui del país”.
El evento fue organizado por la Legislatura Porteña fue acompañado por el Club de Automóviles Clásicos y el proyecto para la mención a Pagani fue presentado por la diputada Sandra Rey. Sobre cómo hace para seguir superándose, Horacio indicó que “me levanto todos los días y sigo trabajando con el mismo motor. No tengo una receta, pero creo que es la conciencia de tratar de aprender continuamente. Estar siempre focalizado en eso, creo. Pero, principalmente, la disciplina, el rigor. Y, obviamente, la pasión”.
En 1983 le dijo a la revista CORSA que soñaba con “construir el mejor auto del mundo”. A más de cuatro décadas de esa frase que lo marcó para siempre, reveló sonriente que “fue para convencer a alguien de que me diera una oportunidad”. En su largo camino, antes de crear su fábrica de autos montó una empresa para construir elementos compuestos, ya que es amante de la fibra de carbono.
Del sello distintivo de sus autos describió que “combinamos la alta tecnología con lo artístico, o sea, esta unión de arte y ciencia que nos enseñó Leonardo da Vinci, y seguimos más o menos por eso. Esto es lo que nos distingue, creo, pero no por eso somos mejores o peores que otros”.
Uno de sus clientes más conocidos es Lewis Hamilton, el séptuple campeón mundial de Fórmula 1 que le hizo un pedido muy especial en su Zonda: “Me dijo ‘lo quiero con caja manual, porque la otra, la de las paletas en el volante, las uso para trabajar’”.
Si de la Máxima se habla, también destacó la labor de Franco Colapinto, que corre en el equipo Williams. “Yo no sigo mucho la F1, pero me parece un chico muy disciplinado, que arrancó bien y llegó prácticamente en todas las carreras, menos en la última. Me encanta porque en Europa se habla mucho de él. Lo importante es que se mantenga en el camino justo, que acelere con el cerebro y no solo con el pie. Hay mucha presión mediática y espero que la pueda afrontar, soportar y seguir en este tiempo. No hay que crearle tanta ansiedad, ya llegar al equipo donde llegó es increíble. Para mí es un chico que tiene mucho futuro”.
Pagani vio debutar a Franco en Monza y confesó que en Italia el pilarense, de 21 años, generó muchas repercusiones: “Es una de las personas de las que más se habla en la F1, al menos en italiano. Veo lo que dicen los periodistas, que son, en definitiva, bastante críticos, y hablan muy bien de este chico”. Volverá a verlo correr en Abu Dhabi ya que “tengo el pase para entrar en todas las carreras porque estoy trabajando con Pirelli, por cuestiones de trabajo asisto a las que puedo”.
En su vuelta al país reflexionó que “la Argentina tiene mucho potencial. Pero lo que se necesita es disciplina. Hay que tener consciencia de cómo está la situación. Es un momento en el que hay más credibilidad internacional”.
La charla se terminó y luego recibió el merecido reconocimiento. Fueron unas horas las que estuvo en Buenos Aires, ya que llegó al país este martes a la mañana para tomarse unos días de vacaciones y luego emprendió viaje a Santa Cruz. Pero antes de la despedida se emocionó ante la pregunta de qué le diría a aquel joven Horacio Pagani que hace más de 40 años emigró a Italia: “Creer en su sueño hasta el último día y hasta el último respiro”.