El sábado 30 de este mes será un día cuanto menos incómodo para todo River: Atlético Mineiro y Botafogo jugarán en el estadio Monumental la final de la Copa Libertadores. River “prestará” su casa para que un equipo brasileño termine dando esa vuelta olímpica que tanto deseaban Marcelo Gallardo, Germán Pezzella, Jorge Brito y cada uno de los miles de hinchas que están desparramados por el mundo. La eliminación a manos de Atlético Mineiro en una de las semifinales es una daga que todavía lastima, pero River no puede quedarse en lamentos porque tiene un objetivo clave por delante: conseguir la clasificación para la Copa Libertadores del año próximo. Se trata de una búsqueda esencial para el club, en lo deportivo y también en lo económico: el conjunto de Núñez tiene un presupuesto muy elevado para el fútbol profesional y si no llega a conseguir ese boleto, dejará de tener ingresos muy importantes en premios por participar de la Copa y por las recaudaciones millonarias en los encuentros del certamen continental.
Gallardo siempre supo que para la pretemporada de enero deberá realizar un recorte de futbolistas en el plantel. Hoy cuenta con 32 jugadores y lo ideal es tener no más de 27. Y para el año que viene llegarán no menos de tres refuerzos de jerarquía: al menos uno por línea. La sangría se volverá imprescindible, entonces, para equilibrar el plantel y también el presupuesto. Y para la vida de River no será lo mismo si el equipo se clasifica para la Libertadores o si ingresa a la Sudamericana. Ni hablar de lo complejo que sería su panorama si se quedara afuera del plano internacional, más allá de que del 15 de junio al 13 de julio participará de la primera edición del Mundial de Clubes de 32 equipos en Estados Unidos.
La victoria por 3 a 1 del último sábado ante Banfield, en el Monumental, posicionó al equipo en zona de clasificación para la Libertadores 2025 a través de la tabla general de la temporada, por mejor diferencia de gol que Godoy Cruz de Mendoza y Talleres de Córdoba. River también quedó a nueve puntos de Vélez, el líder de la Liga, pero la distancia parece demasiado grande si se repara en que quedan apenas 21 unidades en juego. Más allá de eso, ni Gallardo ni los futbolistas se bajan de la lucha por el título, al menos de la boca para afuera.
¿Qué partidos tiene River por delante? Este miércoles frente a Instituto, en Córdoba; el próximo domingo contra Barracas Central, en el Monumental; luego visitará a Independiente Rivadavia de Mendoza; recibirá a San Lorenzo; irá a La Plata para enfrentar a Estudiantes; será local contra Rosario Central y en la última fecha jugará ante Racing en Avellaneda.
Serán, para varios futbolistas, exámenes cruciales para que Gallardo defina la composición del plantel para 2025. Son al menos diez los futbolistas cuya continuidad está en duda por distintas razones. Parece difícil que Ramiro Funes Mori siga en River el año próximo: entre lesiones y bajas producciones, tiene un pie afuera del club.
Entre los defensores, el Muñeco deberá definir si continúan el lateral derecho Agustín Sant’Anna y el marcador central Federico Gattoni, quienes llegaron con Martín Demichelis como técnico.
La sensación es que uno de los tres mediocampistas centrales se irá a otro club: Nicolás Fonseca, Rodrigo Villagra o Matías Kranevitter. Por ahora, se “prestan” el puesto y ninguno logra consolidarse como titular.
¿Renovará su contrato Manuel Lanzini, a quien le costó despegar futbolísticamente más allá del gol que anotó en la cancha de Boca para el triunfo en el último Superclásico? Al igual que a Lanzini, a Gonzalo Martínez también se le vencerá el contrato a fin de año, pero el Pity seguramente continuará en River.
Ignacio Fernández es pretendido por Gimnasia y Esgrima La Plata, el club en el que debutó en Primera División en 2010. Nacho siempre dijo que le gustaría regresar al Lobo en el tramo final de su carrera. El 12 de enero cumplirá 35 años y su contrato con River expirará en diciembre de 2025, por lo que la pregunta es si lo cumplirá o se irá un año antes.
Ante la más que firme posibilidad de que en 2025 llegue un centrodelantero de mucha jerarquía, no parece haber lugar para que el próximo año sigan los dos número nueve extranjeros del plantel: el colombiano Miguel Borja y el paraguayo Adam Bareiro. La cláusula de rescisión del contrato de Borja bajará de 8.000.000 de dólares a 4.000.000 y ya son varios los clubes que preguntaron por él. Cincinnati FC, de la MLS estadounidense, pica en punta en cuanto a interés por el colombiano. Bareiro no convirtió ningún gol en doce partidos y sus rendimientos estuvieron hasta ahora por debajo de lo esperado, aunque es cierto que sus compañeros casi nunca lo dejaron en posición de gol.
Mientras tanto, la chance de que sean vendidos Paulo Díaz, Enzo Díaz y Pablo Solari está latente ya que desde el exterior hay sondeos por ellos.
En principio, el año transcurrirá sin que River festeje algún título. Pero está pendiente desde enero la disputa de la Supercopa Internacional ante Talleres de Córdoba. Al no tener más competencia que la Liga, ¿podrán los clubes ponerse de acuerdo en la fecha y la sede de disputa para jugarla en 2024?
Ese será otro de los temas a resolver para River en un año poco menos que perdido en el aspecto deportivo, con la última victoria ante Boca como visitante -y con una formación con mayoría de suplentes- como alegría principal de 2024.