La historia de la atleta argentina que se convirtió en la primera bicampeona mundial de wakeboard y brilló como doble de riesgo en series de Netflix

Eugenia de Armas volvió a consagrarse con un título internacional en China. “”Estadísticamente no había chance de volver a ganar un Mundial, pero demostré lo equivocada que estaba de mí misma”, subrayó

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¡Otra coronación de gloria! La wakeboarder Eugenia de Armas se coronó en el Campeonato Mundial de la especialidad (IWWF), realizado en Xiang Lake, China. Con un puntaje de 84.67 en la final, la argentina logró imponerse ante un competitivo grupo de atletas internacionales, demostrando una vez más su capacidad para combinar precisión y creatividad en cada maniobra.

Fue la segunda vez que la atleta consigue este título, que se suma al reciente éxito en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, donde también dejó a la bandera albiceleste en lo más alto.

Eugenia de Armas completó una sólida performance durante el certamen. En la clasificación del heat 4, finalizó en tercer lugar con 18.67 unidades; luego, lideró en el repechaje del heat 1 con 49.56 puntos y avanzó a la semifinal; donde alcanzó los 79.78 puntos. Finalmente, con una actuación sobresaliente en la final, se impuso ante sus rivales y se quedó nuevamente con el título que ya había obtenido en 2019.

Tras el triunfo, la argentina compartió su sorpresa y emoción en sus redes sociales: “Para mí, estadísticamente no había chance de volver a ganar un Mundial. Pero nada, nuevamente demostrándome lo equivocada que estoy de mí misma”. Con esta segunda victoria, la heroína se conviertió en la única atleta argentina en ganar dos títulos mundiales en wakeboard, un hito que marca una nueva página en la historia del deporte.

Desde pequeña comenzó a demostrar un talento innato que la llevó a ganar innumerables medallas y premios en sus participaciones internacionales. “Se dio de casualidad, porque mi viejo era fanático del automovilismo y siempre me motivaba para que me subiera al karting. No tenía nada que ver con el wakeboard, pero como teníamos una lancha, íbamos con mi hermana los fines de semana a divertirnos”, deslizó junto a una sonrisa permanente que reflejó orgullo y nostalgia. “Como ella le tenía miedo al agua, mis viejos buscaron la manera de que nos divirtiéramos sin ningún temor y así apareció el wakeboard. A la semana de haber practicado por primera vez nos invitaron a unos Juegos Nacionales y así fue como empezó toda esta aventura”, agregó.

Las imágenes de la pequeña pulguita de 5 años en la regata que realizó en línea recta todavía están guardadas en una vieja grabadora que pertenece al baúl de los recuerdos de su familia. Casi sin darse cuenta, recibiendo invitaciones para los Torneos Nacionales, un día tuvo una propuesta para ir a un Mundial y la joven bonaerense del partido de Escobar debió tomar una decisión clave para su vida. “Antes de hacer wakeboard esquiaba desde que tenía 2 años. Mis viejos siempre nos apoyaron en todo lo que quisiéramos hacer, pero cuando ya era más grande me hicieron decidir entre la nieve o el aguaY preferí el calor por sobre el frío”.

A pesar de su juventud, la referente albiceleste vivió experiencias tan intensas como inolvidables durante sus días en el extranjero. Uno de los destinos más exóticos en los que desplegó sus producciones fue en Corea del Sur, donde viajó con su hermana cuando eran unas adolescentes entusiastas de 15 y 13 años. “Estábamos las dos solas en Busan y fue un choque cultural muy grande. Para llegar fue un caos, porque salimos desde Estados Unidos con conexión en Japón, y no entendíamos nada. Fue un desastre. Si bien habíamos ido a una escuela bilingüe, el St. Brendan ‘s College, ahí no nos podíamos comunicar. Le entendían más a nuestro entrenador que tiene menos inglés que un zapato”, deslizó entre risas.

En la actualidad ella vive en un verano constante. Sus compromisos le permiten planear la temporada desde México o Argentina, dependiendo de las temperaturas que se instalen en cada hemisferio, aunque ello le implique tener una relación a distancia con su novio. “Como él también se dedica a esto, entiende a la perfección lo que son los viajes”, dijo con naturalidad.

Eugenia de Armas es una de las figuras más prometedoras del deporte argentino. Su constante sacrificio y dedicación le permitieron en convertirse en la primera y única mujer en realizar la maniobra Doble Invertida. “Empezamos a probarla en 2018 con mi entrenador después de una prenda que tuve que cumplir cuando perdí en un juego. No fue planeado para nada. Ni siquiera lo pensé para una competencia; pero en el segundo intento me salió. Ahí me di cuenta de que tenía la capacidad para hacerlo. Fueron cuatro sets, pero en la tercera me rompí una costilla y tuve que parar un tiempito. Al mes volví a probar y en la primera que intenté me salió de nuevo. Por suerte un amigo la pudo grabar con un drone. Eran las siete de la mañana y nos fuimos a festejar”, detalló.

Su vida es de película. O de serie. Y literalmente la bonaerense participó como doble de riesgo en la popular tira de Netflix Cielo Grande. “Fue muy loco, porque el que manejaba la lancha durante los rodajes era mi papá. Nos divertíamos mucho, pero no me tocó compartir tanto tiempo con los actores porque teníamos días distintos”, subrayó.

Así, la joven argentina participó de las escenas de acción encarnando el papel que debía interpretar Pili Pascual. “Todos mostraban muy buena onda. Incluso vinieron a mi casa para tomar clases de wakeboard. Les picó el bichito de este deporte y Luan, que es un actor brasileño, siguió esquiando y entrenando. Fue uno de los que se quedó re manija”, aseguró.

Naturalmente, verla en la pantalla chica no era su hábitat natural. Y por ello, su círculo íntimo lograba reconocerla en las extrañas maniobras que improvisaba sobre el agua. “Todos mis amigos y familiares me reconocían por las piernas. Decían que mis músculos se veían a lo lejos. Si bien tenía que tener un parecido físico con la actriz, cuando había cambios en las escenas todos sabían que era yo”, concluyó entre risas.

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