Un hombre en una bici arroja una bolsa y activa un operativo policial de emergencia que detrás escondería, en realidad, la crueldad de una interna barrabrava. Lo que se vivió en Los Andes parece ser un capítulo más del preocupante desborde que existe en las tribunas de varios clubes del país. A horas del duelo contra Deportivo Laferrere por la 20ª fecha de la Primera B Metropolitana, desactivaron una granada en la sede del Milrayitas. Sí, así como lo escuchan...
Este sábado en horas del mediodía un paquete sospechoso encendió las luces de alerta: se vallaron las inmediaciones y se realizó un llamado a la brigada anti explosivos. Luego se confirmaría que la preocupación no era en vano: había una granada. Según las primeras investigaciones, el artefacto habría sido dejado por un hombre que se movilizaba en una bicicleta por la zona, a juzgar por lo que vieron en el primer pantallazo a las cámaras del lugar.
La noticia se conoció apenas un rato antes de las 15.00, el horario pautado para el choque en el Estadio Eduardo Gallardón contra Laferrere. Y las preguntas se multiplicaron. El equipo, ganador del Apertura, se aseguró un lugar en la final por el ascenso a la Primera B Nacional. En un Clausura que lo encontró lejos de la pelea por la cima, sólo restaba esperar quién será su rival en ese partido: Colegiales, Deportivo Armenio y Argentino de Quilmes pujarán por ese sitio en la última fecha.
Horas más tarde, se desarrollaron los primeros movimientos que podrían emparentarse con esta investigación: la Policía detuvo a 26 personas, entre las que figura José Anacleto Paz –ex líder de la barra, que está en libertad condicional–, bajo la figura de atentado y resistencia a la autoridad.
Si este partido –que finalmente comenzó a la hora señalada y se disputó con público en las tribunas– no escondía mayor interés deportivo, la gran pregunta es quién buscó dejar un mensaje con un explosivo. La respuesta podría encontrarse con sólo enfocarse en lo que está sucediendo detrás de escena, en las tribunas. Aquella interna feroz que mantuvo en vilo a la Zona Sur durante una década parece haberse reactivado definitivamente.
A inicios de este mes, la facción “La descontrolada banda de José” empezó a tejer los métodos para volver a tener el protagonismo principal en el centro de la tribuna, con la casual coincidencia de que su histórico líder José Anacleto Paz acaba de salir de prisión. Del otro lado, la Familia Coronel no parece tener intenciones de ceder terreno en la disputa de poder. Los hombres de Paz mantuvieron una reunión en los últimos días y el rumor comenzó a recorrer Lomas: juraron reaparecer en el estadio para las finales de la Primera B Metropolitana que se disputarán el próximo mes.
La feroz interna a punto de estallar llegó a oídos –literalmente– de las autoridades de la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide) por un audio que le atribuyeron al círculo de Paz: “Por si no se entendió: nosotros vamos a intentar ir por las buenas pero si tenemos que entrar por las malas no queda otra. No vamos para hacer quilombo pero si nos buscan nos van a encontrar porque tenemos sangre. Esto lo digo porque los gatos van a ir a la gorra a decirles cua, cua, cua. Si no, clarito: los hacemos caer a todos porque a ortiva, ortiva y medio. Nosotros el sábado contra Laferrere vamos por las buenas o por las malas. Yo me juego muchas cosas en esto, hasta mi libertad porque yo estoy firmando (NdR: esto refiere a cuando una persona está en libertad condicional) pero voy por todo, plata o mierda, como tiene que ser”.
Este mensaje fue presentado a la Justicia, porque el rompecabezas también tenía otras piezas previas: pintadas amenazantes en la zona del club y ruedas pinchadas al auto de un dirigente clave del Milrayita. El temor en Los Andes es tal que el silencio se adueñó de todos. Mejor no hablar, porque eso podría ser sinónimo de problemas graves. Porque a la historia de violencia le falta una pata: La Descontrolada Banda de José tiene en claro que hay una barra oficial al mando de Coronel, pero también una facción disidente de Chaco Chico que está bajo la tutela de los hermanos Aquino y que alguna vez estuvo en sintonía con la familia Paz hasta que optaron por cortarse solos.
Esta granada que parece haber sido plantada para generar conmoción y marcar la cancha en un clima de tensa calma podría ser una página más de una extensa historia que nació en 2013 cuando el histórico líder, José Anacleto Paz, cayó en desgracia: fue condenado a 14 años de prisión por el crimen de un hincha de Banfield. Tres causas por amenazas con armas a técnicos de club, acusaciones de poner una bomba molotov debajo del auto de un ex directivo y vínculos políticos son parte de un frondoso prontuario de presentación.
Tras las rejas, Paz le dejó el comando a sus hijos Elías y Nicolás, pero la situación terminó mal: fueron condenados a 15 años de prisión por el crimen de un rival de la interna a metros del estadio en 2017. El vacío de poder abrió una nueva batalla entre la banda de Coronel y los del barrio Chaco Chico, que terminó con los primeros copando la popular y, sobre todo, el predio de Villa Albertina. Los hermanos, incluso, extendieron sus negocios hasta involucrarse con La Doce. Un cambio de mando en la dirigencia del club en 2021 otra vez alteró el panorama, con la reaparición de los de Chaco Chico que tuvo una escena espeluznante el año pasado cuando se tirotearon a metros de un colegio.
El fino hilo que sostuvo la paz luego de capítulos con mayor o menor voltaje de violencia parece estar por cortarse. José Anacleto Paz salió en libertad condicional hace tres meses y empezó a reunir a sus laderos más fieles. El partido con Laferrere era visto como un peldaño clave en la idea de recuperar el control de cara a las finales. Es por eso que la Policía estaba en alerta desde la previa y continúa con los radares prendidos. Porque una granada no es una advertencia menor.