Los secretos del primer Jordan en la NBA: del día que escapó “de un circo de cocaína” en los Bulls a su pasión por una comida rápida

En un partido contra los Washington Bullets, el icónico 23 de Chicago hizo su debut oficial y cambió para siempre la historia del básquet

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El primer partido de Michael Jordan en la NBA

La historia cuenta que los Bulls no querían elegir a Michael Jordan. A pesar de su gran paso por la Universidad de Carolina del Norte, en la que se consagró campeón del básquet universitario de los Estados Unidos, Chicago tenía en mente elegir a otra de las grandes promesas del draft de la NBA en 1984: su objetivo era hacerse con los servicios de Hakeem Olajuwon, pero los Houston Rockets se quedaron con el primer puesto de la elección y terminaron eligiendo al escolta nacido en Nueva York.

Antes del comienzo de la temporada 84/85, la primera de Jordan en la NBA, Michael se unió a la selección de básquet de Estados Unidos que participó de los Juegos Olímpicos que se realizaron en Los Ángeles 1984. Con 21 años, MJ se puso la 9 de USA y lideró al equipo a la medalla dorada: promedió más de 17 puntos en los ocho triunfos que le sirvieron al futuro jugador de los Bulls para posicionarse ante la opinión pública y la prensa.

Después que Jordan vivió la experiencia olímpica en su país, se preparó para afrontar su primer año como profesional. Antes de salir a la cancha en el viejo Chicago Stadium de manera oficial, Su Majestad vivió un hecho poco conocido que dio a conocer durante uno de los capítulos en la serie The Last Dance. En aquella época, la prensa local había referido que los Bulls de aquella época “viajaban en un circo de cocaína”, ya que a todos los jugadores del plantel se los veía en fiestas y se los acusaba de consumir todo tipo de drogas.

Según contó el propio Jordan, un día en medio de un viaje de pretemporada comenzó a buscar a sus compañeros en el hotel donde estaba concentrados. Golpeó una puerta y nadie atendió. Golpeó otra y nada. Hasta que llegó a una entrada y alguien finalmente le respondió. “¿Quién eres”, se escuchó del lado de adentro. “Soy MJ”, contestó el novato. “Ah, entonces ven, pasa”, le dijeron desde el interior del cuarto a la estrella naciente. Una vez que Michael abrió la puerta, se encontró con un escenario que le causó estupor.

“Entré y prácticamente todo el equipo estaba allí. Y fue como, cosas que nunca he visto en mi vida, ya sabes, como un niño. Por un lado estaban las ‘líneas’, por el otro algunos fumando marihuana, había mujeres”, explicó Jordan en su documental, que se estrenó en abril del 2020.

¿Qué decisión tomó después de encontrarse con todos sus compañeros en esta situación? “Lo primero que dije fue, ‘Miren, estoy fuera’, porque todo lo que puedo pensar es si vienen y llega la policía a este lugar, ahora mismo, soy tan culpable como todos los demás que están en esta sala. Y a partir de ese momento, estaba más o menos solo”, relató sobre una historia que marcó sus inicios en la NBA en Chicago.

El hecho ocurrió antes de su debut en la NBA

Otro de los aspectos que marcó su estreno en la liga de básquet más famosa del mundo fue cómo la utilización de su imagen generó un quiebre histórico para la NBA: junto a Nike, la empresa de indumentaria deportiva, lanzó la versión 1 de las zapatillas Air Jordan. En tiempos donde el calzado tenía un modelo clásico que usaban la mayoría de los jugadores, casi sin líneas personales como en la actualidad, el multicolor rojo-negro-blanco salió al mercado y fue un furor de ventas. Todos querían tener la zapatilla de Jordan antes de su bautismo en la competición.

Fue así que el 26 de octubre de 1984, la ciudad de Chicago se paralizó: en un estadio repleto, los Bulls recibieron a los Washington Bullets por el partido inaugural de la temporada. “Aquí viene el hombre”, dijo el comentarista de la transmisión televisiva mientras Michael era el último de los jugadores de los Bulls en ser presentado con el aplauso cerrado del público y de sus propios compañeros de equipo.

El resultado del estreno de Jordan en los Bulls terminó con un triunfo amplio para Chicago: fue 109-93, con 16 puntos -5 de 16 en tiros de cancha-, 6 rebotes y 7 asistencias. Jugó 40 minutos y fue el jugador que más pisó la cancha en su equipo.

Su aparición fue un antes y un después para el deporte estadounidense. Gracias a las jugadas acrobáticas del 23 de los Bulls, la industria del entretenimiento deportivo comenzó a cambiar su rumbo: a principios de la década del 90, las imágenes de los partidos de la NBA comenzaron a retransmitirse por el resto del mundo.

“Michael cambió el mundo. Y no tanto en cómo jugaba, que era brillante, sino en cómo vivía, actuaba y conducía el negocio del deporte”, mencionó Bill Walton, una de las leyenda de la NBA, elegido entre los mejores 50 jugadores de todos los tiempo y que, después de retirarse como jugador, fue comentarista de TV.

Larry Bird y Magic Johnson eran los dueños de la NBA cuando Jordan recién apareció en la liga. Por eso, más allá de que en su temporada inicial fue una atracción para la vista y terminó con un promedio de más de 28 puntos por partido -tercero entre los máximos anotadores-, la vida de Michael todavía era normal.

Cada vez que podía, el 23 cumplía uno de sus planes favoritos: se dirigía a una famosísima casa de comidas rápidas y disfrutaba de una buena hamburguesa. Además de su ritual alimenticio, otra de las cosas que Jordan disfrutaba en su tiempo libre era ver televisión. ¿El menú? Telenovelas como Dinastía, una famosa serie de TV que mostraba los entretelones de una familia rica estadounidense.

La temporada de estreno para Jordan en los Bulls terminó con récord perdedor: fueron 38 victorias y 44 derrotas en la fase regular, pero ganó 16 juegos más que la anterior. A pesar de tener un registro negativo, el equipo logró clasificarse a los playoffs en el séptimo lugar de la Conferencia del Oeste. En la primera ronda de la postemporada, el rival de Chicago fueron los Milwaukee Bucks, que se quedaron con la serie por 3-1. El único triunfo del equipo de MJ fue, justamente, gracias a un doble del escolta.

Una vez que el primer año de Jordan en la NBA terminó, fue en junio de 1985 cuando Michael recibió el primero de muchos premios con el que fue galardonado a lo largo de su carrera. Fue elegido como novato del año gracias a su rendimiento individual, pero también por lo que significó para la franquicia su llegada: condujo al equipo a los playoffs después de cuatro años y Chicago tuvo el doble de asistencia de público en su estadio respecto a la temporada previa.

“Estoy en el mejor momento de mi vida”, mencionó el hombre que cambió para siempre la ciudad de Chicago una vez que recibió el trofeo como el mejor debutante tras su primer año en la NBA. El camino de Michael Jordan había comenzando. ¿El final? Seis anillos de campeón y cinco menciones como el Jugador Más Valioso de la liga, entre otros tantos logros. Y el valor de ser considerado por la mayoría como el mejor de todos los tiempos de su deporte.

Jordan, con su primera camiseta en los Bulls y el modelo de zapatillas que cambió la historia de la industria
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