En la víspera del enfrentamiento entre Peñarol y Botafogo por la semifinal de ida de la Copa Libertadores, un violento altercado entre los hinchas de ambos equipos dejó un saldo de vehículos incendiados y saqueos en Río de Janeiro. Según reportes de medios locales, el conflicto se desató en la zona de Recreio de Bandeirantes, un área en desarrollo de la ciudad brasileña. Más de 200 hinchas del Carbonero fueron detenidos el miércoles en Río por enfrentamientos con la Policía horas antes del duelo entre el club uruguayo y el brasileño.
”Ordené que la Policía detenga, lleve a la comisaría y escolte fuera de Río de Janeiro a los hinchas de Peñarol, que están causando una confusión generalizada (...) Ya llevamos a más de 200 detenidos a la Ciudad Policial”, dijo el gobernador de Río, Claudio Castro, en X (ex Twitter). La Policía brasileña dijo que hinchas de Peñarol cometieron “una serie de actos de vandalismo, incluyendo saqueos y destrucción de establecimientos comerciales y vehículos”. Al mismo tiempo, circularon videos de fanáticos brasileños robando pertenencias de los uruguayos en el ómnibus que fue incendiado.
Durante el enfrentamiento, que se prolongó por aproximadamente dos horas, los seguidores uruguayos de Peñarol prendieron fuego a varias motocicletas tras rociarlas con gasolina. Además, un ómnibus fue incendiado y varios quioscos fueron saqueados, según informaron testigos y medios de prensa de Río de Janeiro.
El caos se desató frente a la playa de Recreio, donde los hinchas de Peñarol, que llegaron en tres autobuses turísticos, protagonizaron actos de vandalismo. Según RJ TV, un carrito de playa fue saqueado y los postes de las carpas fueron usados como armas improvisadas. Además, mesas y sillas de quiosco fueron empleadas como escudos durante el enfrentamiento.
Las imágenes capturadas muestran a los hinchas en una pelea cuerpo a cuerpo, con escenas de devastación en los negocios de la rambla de Río de Janeiro. En medio del caos, un hincha uruguayo fue arrestado por hurto, según el periodista Tino Junior de Record Río.
El incidente dejó un rastro de destrucción, con comerciantes saqueados y daños en tiendas de campaña, coches y motocicletas estacionadas en la zona. Las cámaras de seguridad captaron el momento en que un aficionado uruguayo fue detenido por robar un celular de un quiosco, siendo trasladado posteriormente al 42º y luego al 16º Departamento de Policía.
Este tipo de incidentes no es nuevo para los hinchas de Peñarol en Río de Janeiro. En septiembre pasado, se registró una pelea en la cercana Praia da Macumba, y en 2019, alrededor de cien aficionados del club uruguayo fueron detenidos tras un desorden en el malecón de Leme, que resultó en la muerte de un hincha de Flamengo.
El partido entre Peñarol y Botafogo está programado para las 21:30 en el estadio Nilton Santos, y se espera que las autoridades refuercen la seguridad para evitar nuevos incidentes. Este tipo de enfrentamientos entre hinchadas rivales no es inusual en el contexto del fútbol sudamericano, donde la pasión por el deporte a menudo se traduce en violencia.
La situación ha generado preocupación entre los residentes y comerciantes de la zona afectada, quienes temen por su seguridad y la de sus negocios. Las autoridades locales aún no han emitido un comunicado oficial sobre las medidas que se tomarán para prevenir futuros disturbios. La avenida Lúcio Costa, que bordea el paseo marítimo, fue cerrada varias veces durante el enfrentamiento debido a la presencia de los hinchas en el asfalto, lo que generó interrupciones en el tránsito.
¿UN FUTBOLISTA DEL FLAMENGO IMPLICADO EN LA RIÑA?
A través de un comunicado oficial, el club carioca aclaró la situación del futbolista Guillermo Varela, quien fue identificado en algunos videos que circularon en las redes sociales: “El Clube de Regatas do Flamengo aclara la presencia del deportista Varela en videos que circulan en las redes sociales. El lateral recibió una llamada de dos amigos y fue a sacarlos del caos de la Praia do Recreio. El jugador se dirige a un encuentro con el elenco y cuerpo técnico. El asunto pasa al vicepresidente de Fútbol, Marcos Braz”.