Raúl Bravo, exfutbolista del Real Madrid durante la era de los Galácticos, ha encontrado una nueva pasión lejos de los campos de fútbol: la decoración de interiores. En una entrevista con el diario AS, Bravo compartió detalles sobre su transición de la vida deportiva a esta nueva vocación, revelando un interés que ha cultivado desde hace tiempo.
Bravo, quien es recordado por haber sustituido a Zinedine Zidane en el último partido del legendario jugador francés con el equipo blanco, ha decidido explorar un camino diferente tras colgar los botines. Durante su carrera en el Merengue, se desempeñó como lateral zurdo, pero ahora dedica su tiempo a transformar espacios interiores, una actividad que le permite expresar su creatividad de una manera distinta.
“Cuando dejé el fútbol, el primer año fue muy complicado. No sabes ni dónde estás. Es una sensación muy fea, y nos pasa a todos los jugadores”, confesó, revelando las dificultades que sufrió para adaptarse al retiro.
Pero con el transcurso del tiempo encontró una nueva pasión que lo ayudó a ocupar el vacío: “Me gustaba diseñar y decorar casas, pero cuando llegaba un cliente, me preguntaba dónde lo había estudiado o qué preparación tenía. Yo les decía: ‘En ningún lado’. Era complicado”, prosiguió el español, de 43 años.
Bravo, un ex profesional que ha transformado su pasión por la decoración en un negocio rentable, ha encontrado en la compra y venta de propiedades una nueva vocación. Lo que comenzó como un proyecto personal, en el que él mismo se encargaba de reformar y decorar las casas, se ha convertido en una actividad lucrativa. “Compré varias casas y las decoré a mi manera. Luego las vendía”, comentó Bravo, quien ha logrado que sus propiedades sean atractivas en el mercado.
Con el dinero ahorrado durante su carrera, Bravo decidió invertir en bienes raíces, un sector que le permitió explotar su creatividad. Cada propiedad adquirida fue sometida a un proceso de renovación y decoración, donde el ex Merengue aplicó su estilo personal.
El éxito de Bravo en el mercado inmobiliario se debe en gran parte a su habilidad para identificar propiedades con potencial y transformarlas en hogares deseables. Su enfoque práctico y su dedicación al detalle han sido clave para su éxito. “Las casas funcionan bien. Tienen luz, agua caliente…”, explicó con una sonrisa, destacando la importancia de ofrecer un producto de calidad.
Finalmente, el pasado 25 de marzo de este año, fue sobreseído por la jueza a cargo de la causa penal por no encontrar motivos suficientes del delito al que fue acusado. El propio Bravo aseguró haber perdido más de 700.000 euros en apuestas deportivas, a las que considera “peor que una droga”. “Llegué a aborrecer el fútbol”, confesó sobre ese mal trance.
Su actualidad está lejos de las luces de su esplendor como futbolista y también de esa etapa oscura. “Soy un privilegiado. Soy muy feliz con lo que hago. Disfruto y me lo paso pipa”, concluyó el ex defensor, que ganó nueve títulos entre el Merengue y el Olympiakos de Grecia.