Fue campeón con Riquelme, pasó a la historia en un Superclásico y acompañará a Gago en Boca: la historia de Cristian Muñoz

El Tigre, formado en el Xeneize, formará parte del cuerpo técnico de Pintita como entrenador de arqueros

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Cristian Muñoz entra en un Superclásico en 1999

Fernando Gago fue presentado oficialmente esta semana como nuevo entrenador de Boca Juniors y junto a él estuvo posando para los flashes el flamante cuerpo técnico, integrado por Fabricio Coloccini, Diego Cogliandro (ayudantes de campo), Roberto Luzzi, Cristian Aquino (preparadores físicos) y Cristian Fernando Muñoz, entrenador de arqueros que tiene una recordada historia con el Xeneize.

Categoría 77, Muñoz llegó a atajar un puñado de partidos en Sarmiento de Junín (Primera B) hasta ser vendido en 250.000 dólares a Boca, que lo sumó a sus filas a principios de 1997. El plantel en ese entonces era dirigido por Héctor Rodolfo Veira, que decidió darle la titularidad en el arranque del Torneo Clausura a Roberto Abbondanzieri (hasta ese entonces el apellido del Pato se escribía con c y no con z). El suplente era Sandro Guzmán, que se impuso en el once inicial hasta un fatídico partido ante Deportivo Español en la Bombonera en la que fue reemplazado en el entretiempo (la tarde del “te saco para protegerte” del Bambino al golero).

El Tigre Muñoz había llegado al Xeneize como una apuesta a futuro teniendo en cuenta que era convocado por José Pekerman para la Selección Sub 20. El tercer arquero de aquel equipo era Federico Vilar, futbolista de dilatada trayectoria en el fútbol mexicano, que apenas fue al banco de suplentes en la última fecha del Clausura bajo el interinato de Esteban Pogany (empate en cero ante Gimnasia en Jujuy). En el mercado de mediados del 97, Mauricio Macri aprobó la contratación del colombiano Óscar Córdoba proveniente de América de Cali, por lo que Abbondanzieri quedó como suplente y a Muñoz, que le había llegado la gloria con la Albiceleste en el Mundial de Malasia, fue la tercera opción.

Muñoz durante un entrenamiento, observado
Muñoz durante un entrenamiento, observado por Oscar Córdoba

El juninense fue alternativa de Leonardo Franco, guardameta formado en las inferiores de Independiente de Avellaneda que con apenas un par de partidos en el Rojo fue transferido al Mérida de España. Muñoz solamente atajó en el partido de octavos de final del Mundialito, nada menos que frente a Inglaterra, encuentro en el que el equipo de José se impuso 2-1 con goles de Juan Román Riquelme, que a esa altura era compañero suyo en Boca, y Pablo Aimar, frente a un rival que tenía estrellas de la talla de Michael Owen. Su otro ladero xeneize era Walter Samuel, con quien además era vecino en el barrio porteño de Caballito. Y, en esa convocatoria, estuvo un tal Lionel Scaloni.

Una lesión abdominal de Córdoba lo llevó a Muñoz a integrar el banco de suplentes durante el Apertura 97, cuando tuvo lugar su debut oficial en la Primera de Boca Juniors. Fue el 14 de septiembre de ese año, ante Newell’s, en la Bombonera, por la tercera jornada del certamen. En la alineación titular boquense estuvo Diego Armando Maradona, quien convirtió esa tarde su último gol oficial como profesional: fue de penal, a Sergio Goycochea, en el primer tiempo. Ya en la etapa final, el uruguayo Josemir Lujambio aprovechó un error de Abbondanzieri para anotar el 1-1 parcial. El Pato, en el choque producido en el tanto del empate, se lesionó y pidió el cambio. A los 22′ ST, Muñoz hizo su ingreso, instantes antes de que debutara también Guillermo Barros Schelotto (entró por el Huevo Toresani), quien marcó el gol de la victoria.

“La verdad es que ahí, tanto el Bambino como Diego me dieron mucha confianza y el paso de los minutos me dio tranquilidad. Nunca me voy a olvidar de ese día en el que compartí el mismo campo de juego con Maradona”, fue la declaración de Muñoz luego de su victorioso estreno. A la fecha siguiente reapareció Córdoba como titular y el Tigre permaneció como suplente hasta la recuperación de Abbondanzieri unas fechas más adelante. En Boca volvió a remarla desde atrás, pero en el 98 sumó otro lauro con la Selección: el Torneo Esperanzas de Toulón. Esta vez volvió a ser suplente, pero de Albano Bizarri, guardameta de Racing de Avellaneda que tras ese certamen fue traspasado al Real Madrid. Muñoz no sumó minutos, pero volvió con la espalda más ancha a la Ribera.

Junto a Pablo Aimar, Walter
Junto a Pablo Aimar, Walter Samuel y Juan José Serrizuela, durante la consagración de los juveniles

En el Apertura 98, tras el arribo de Bianchi, apenas fue suplente en un partido como visitante ante Gimnasia La Plata (0-0 por la cuarta fecha), pero se bordó la estrella de campeón. En el Clausura 99, con la máquina de ganar del Virrey en pleno funcionamiento, fue suplente de Abbondanzieri desde la quinta hasta la duodécima fecha con River, debido a una nueva lesión de Córdoba. Pero el Pato, cuando iban apenas 6 minutos del Superclásico que Boca ganó 2-1 en la Bombonera con tantos del Patrón Bermúdez y Martín Palermo, se luxó el hombro izquierdo tras sacarle una pelota a Carlos Netto y tuvo que salir. Muñoz, con buzo negro y la 25 en la espalda, saltó al campo sin ninguna muestra de nerviosismo. Y eso se vio reflejado en el juego, porque al rato le tapó un mano a mano a Javier Saviola que hizo explotar a toda la hinchada local. Netto, de penal, fue el único que pudo batirlo esa tarde noche consagratoria.

“No puedo decir que me voy feliz porque me tocó ingresar por las lesiones de Oscar (por Córdoba) y de Abbondanzieri, pero sí que me voy conforme con mi rendimiento. Creo que Boca hizo un gran partido y siempre es especial ganarle a River”, declaró Muñoz después de su reestreno. Maradona, ya en versión hincha, lo elogió ante los micrófonos: “Lo de Muñoz fue muy bueno. Le dio seguridad al arco en un momento caliente del partido. Jugó un fenómeno”.

Con plena confianza de Bianchi, Muñoz se quedó con el arco de Boca en los siguientes partidos en los que el equipo peleaba por la retención del título: 1-1 ante Estudiantes en La Plata, 3-0 a San Lorenzo en la Bombonera (con Catriel Orcellet como suplente) y 0-0 con Talleres en Córdoba (ya con Óscar de relevo). El Xeneize se consagró bicampeón y el título tuvo otro sabor por el gran protagonismo que había tenido, sobre todo, en el encuentro decisivo frente al River de Ramón Díaz, que terminó segundo.

En su llegada a Boca
En su llegada a Boca compartió partidos de Reserva con Fernando Gago y Mauro Boselli, entre otros

Muñoz fue suplente de Córdoba en los 19 partidos del Apertura 99 que vio a Boca quedar tercero detrás de River y Rosario Central. Para el Clausura 2000, perdió la suplencia con Abbondanzieri y apenas estuvo en el banco en siete encuentros dentro de la segunda mitad del certamen. Sin demasiado lugar en Boca y con necesidad de minutos en Primera, optó por sumarse a préstamo a Los Andes, que había ascendido a Primera. Con el Milrayitas arrancó bien e incluso le atajó un penal a Terremoto Cejas en su debut contra Newell’s en cancha de Lanús (empate 1-1), pero el equipo no anduvo bien en lo sucesivo y terminó penúltimo en el campeonato.

De regreso a Boca, nuevamente fue tercer arquero detrás de Córdoba y Abbondanzieri, quienes se repartieron la titularidad en ese Torneo Clausura 2001. Muñoz fue suplente en 8 partidos y atajó en la victoria 3-1 en la Bombonera frente a Colón de Santa Fe. Ese fue su último encuentro oficial con el buzo de arquero boquense, ya que más tarde apenas presenciaría como titular un amistoso de verano frente a River (3-3 y victoria azul y oro en penales en Mendoza, en febrero de 2003), un triunfo contra Independiente en Salta (Pentagonal de verano 2004) y una caída en el Superclásico que se jugó en Mendoza en febrero del mismo año (1-3).

Tras la salida de Óscar Córdoba del club, en Boca se adueñó del arco Roberto Abbondanzieri, que tuvo como suplente a otro futbolista con buenas referencias desde las juveniles argentinas: Wilfredo Caballero. Por detrás apareció Mauro Astrada, arquerito que no llegó a despegar. Muñoz pasó a préstamo junto al Leche La Paglia a Talleres de Córdoba en la temporada 2001/2002 y recién volvió a cosechar tres suplencias en el Clausura 2003, época en la que emergieron Gustavo Eberto y Adelqui Ruffini, arqueros en la recordada goleada en contra 7-2 ante Central en Rosario. Con apenas cuatro suplencias en 2004, se despidió de la institución tras la llegada de Ezequiel Medrán de Atlético Rafaela.

Cristian Muñoz, atajando para Colo
Cristian Muñoz, atajando para Colo Colo frente a Boca en la Bombonera, por la Libertadores 2008

Recaló en Huachipato de Chile, donde a base de buenas actuaciones dio el salto a Colo Colo, donde estuvo dos temporadas (desde 2007 a 2009) y ganó tres títulos. Con el Cacique llegó a enfrentar a Boca por la fase de grupos de la Libertadores 2008: triunfo de los chilenos 2-0 en Santiago y victoria xeneize 4-3 en la Bombonera. Regresó dos años a Huachipato, donde permaneció hasta 2012, año en que ganó el título del Clausura, y terminó su carrera en Universidad de Concepción de Chile, donde ganó el campeonato de Primera B en 2013 y la Copa Chile en 2015. “Tomar una decisión como ésta no es fácil, sobre todo después de 24 años de carrera como profesional. Pero ya la venía pensando hace bastante, lo venía hablando con mi familia y fue madurando de a poco”, declaró en diciembre de 2019.

En el año 2021, pasó a formar parte del proyecto de divisiones inferiores de Boca de la mano de Juan Román Riquelme, un viejo conocido. “Lo conozco hace mucho. Tanto él como otros pueden darle mucho a la institución desde su conocimiento, por eso me parece muy bueno que se involucren”, había declarado el Tigre cuando el ídolo se había candidateado en una de las listas junto a Jorge Amor Ameal. Fue sumado al cuerpo de juveniles como entrenador de arqueros y llegó a formar parte del cuerpo técnico durante el interinato de Mariano Herrón antes de ser desginado como colaborador de Fernando Gago, con quien compartió algunos partidos en la Reserva boquense en la temporada 2003/2004, antes de que Pintita fuera promovido por Bianchi al plantel profesional.

Ahora, para Gago y Muñoz arrancará otra historia. Ligada al mismo club en el que crecieron, pero de la línea de cal para afuera.

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