Desde el primer contacto que tuvieron Fernando Gago y Juan Román Riquelme, una cosa quedó clara: Boca necesita volver a ser protagonista y competitivo. Ese concepto de volver competir es lo que machacó Román en la conferencia de prensa posterior a la renuncia de Diego Martínez tras la derrota con Belgrano en Córdoba. Y en lo que hizo hincapié el DT en su presentación. El presidente tiene claro que el equipo estuvo lejos de exhibir su mejor nivel en Sudamericana (eliminación en octavos ante Cruzeiro), la Liga Profesional (cinco triunfos, seis empates y cinco caídas) y el Superclásico perdido ante River en la Bombonera.
El plan inicial fue que Gago debutara con el buzo de entrenador ante Tigre en Victoria, un encuentro que será preámbulo al trascendental cotejo por los cuartos de final de la Copa Argentina ante Gimnasia La Plata (miércoles 23 de octubre en cancha de Newell’s). La clasificación a la Libertadores 2025 es lo que mantiene en vilo a los fanáticos boquenses, pero para conseguir objetivo también es necesario funcionamiento y recobrar la confianza de los futbolistas.
1. ARMAR UN EQUIPO COMPETITIVO
Boca ganó 6 de los últimos 17 partidos que disputó, pero además perdió 4 de los últimos 8, racha que eyectó del banco de suplentes a un Diego Martínez. Este había arrancado su ciclo de menor a mayor, con obtención de resultados y un juego que por momentos convenció a los hinchas. El mejor momento del saliente DT fue tras el pase a semifinales de la Copa de la Liga pasada, dejando en el camino a River de forma merecida y siendo eliminado por el -a la postre- campeón Estudiantes de La Plata en tanda de penales.
El cierre del primer semestre del año no fue óptimo ya que Boca quedó en el segundo lugar en la zona de Sudamericana y se vio obligado a afrontar los 16avos de final contra Independiente del Valle (sin los refuerzos por el error administrativo de la dirigencia). El discutido mercado de pases no le jugó una buena pasada a Martínez, que perdió a Equi Fernández y Luca Langoni, entre otros, pero no pudo encontrarle la vuelta a los que llegaron (Gary Medel, Tomás Belmonte e Ignacio Miramón).
Con la dura derrota frente a Belgrano, el Xeneize cosechó su noveno partido consecutivo sin victorias de visitante, algo que tiene a maltraer a un Riquelme que inclusive se metió en el vestuario para motivar a los jugadores y hacerles entender que el equipo debía hacerse fuerte de local, pero también fuera de casa. Competir, llegar a las instancias finales de cada torneo como manda la historia de Boca, es la obsesión de Román. Y lo que le exigirá a Gago desde el amanecer de su mandato.
2. GANAR LA COPA ARGENTINA
El miércoles 23 de octubre, en Rosario, Boca afrontará los cuartos de final de la Copa Argentina ante Gimnasia La Plata. Este certamen, tras la eliminación en la Sudamericana y vislumbrando la lejanía de la cima de la Liga Profesional, pasó a ser una carta clave para el Xeneize en su afán de sellar el boleto a la Libertadores 2025. Si los de la Ribera superan al Lobo platense, se las verán en semifinales nada menos que contra el Vélez de Gustavo Quinteros, elenco con mejor nivel de la actualidad del fútbol argentino.
La hipotética final, en la que el ganador abrochará su boleto para la Copa 2025, sería contra Huracán o Central Córdoba de Santiago del Estero, que competirán en semifinales del otro lado de la llave. A Boca le juega a favor la historia: es el único club argentino que obtuvo 4 títulos de Copa Argentina, seguido por River (3), Arsenal de Sarandí, Huracán, Rosario Central, Patronato y Estudiantes de La Plata (1). En esta edición de Copa Argentina, la clasificación a la Libertadores 2025 cotiza más que la estrella en sí.
3. CLASIFICARSE A LA LIBERTADORES 2025
Si Boca gana la Copa Argentina, será uno de los equipos argentinos que represente al país en la Libertadores 2025. La otra vía de acceso es quedar entre los primeros tres conjuntos de mayor puntaje en la Tabla Anual. Hasta el momento, el Xeneize figura a tres puntos de la línea de clasificación y marcha en el séptimo puesto. Hoy a la Copa del año que viene irían Estudiantes (último campeón de la Copa de la Liga) y a Vélez, Talleres de Córdoba y River (por tabla anual), se les sumarían el campeón de la Copa Argentina y el de la Liga Profesional (este último seguramente liberará una plaza más en la mencionada clasificación anual).
El hecho de no jugar la Libertadores por segundo año consecutivo repercutiría de forma negativa en el seno del club. Pero, además, desestabilizaría la conducción de Gago en el arranque del 2025. Hay que recordar que Boca y River competirán en el primer Mundial de Clubes que se llevará a cabo el año próximo en diversas ciudades de Estados Unidos (la cita será entre junio y julio de 2025).
4. DARLE UNA IDENTIDAD DE JUEGO AL EQUIPO
Es una meta, a esta altura del año, secundaria pero no menor. Para Riquelme y también para los hinchas. La propuesta de Diego Martínez quedó expuesta a medias. A lo largo de las diversas competiciones, su Boca fue perdiendo forma y consistencia. Las bajas en el plantel le jugaron en contra, pero el hoy ex entrenador tampoco supo cómo maquillarlas.
A Gago se le pueden llegar a discutir resultados y formas en sus pasos por Aldosivi de Mar del Plata, Racing y Chivas, pero siempre priorizó dirigir un equipo con intenciones de protagonismo y audacia ofensiva. No espera ni se adapta demasiado a lo que proponga el rival de turno. Busca equilibrio entre las líneas, pero siempre tiene la mirada puesta en el arco del oponente. Planteado este panorama, los simpatizantes xeneizes ya saben con qué pueden llegar a encontrarse a partir de los siguientes partidos.