El juez Carlos González Castellano miró hacia adelante y dejó caer el martillo de la Justicia. Después de más de cuatro años de latencia, el profesor de tenis de Río Cuarto Ariel Gallero fue condenado a 11 años de prisión, luego de haber sido encontrado culpable de “abuso sexual con acceso carnal, calificado por la condición de encargado de la educación, en grado de tentativa, y abuso sexual con acceso carnal reiterado, y calificado por la condición de encargado de la educación. Todo en concurso real”.
De esta manera, la Cámara Segunda del Crimen de Río Cuarto, Córdoba se expidió ante una denuncia de Estefanía Lisa en 2019, cuando se decidió a contar su historia de terror y de esclavitud sexual a la que fue sometida cuando apenas tenía 14 años. Los hechos se extendieron desde 2006 hasta 2010.
En diciembre de 2021, Estefanía se animó a romper el silencio en una charla con Infobae, publicada bajo el título “Los entretelones de la denuncia de abuso sexual que conmociona al mundo del tenis argentino”.
Habían pasado 11 años del momento en que consiguió quitarse los grilletes, sincerándose ante sus padres. ¿Y por qué recién contar su historia en ese momento? “Para librarse de ella”, respondería el autor Arístides Vargas.
Por ese entonces, Lisa le explicaba a este redactor sus razones: “No quiero que esto le suceda a nadie más, ni a nenas ni a nenes. Por eso es que quiero hacerlo público, para desterrar a monstruos como éste”. No era necesario agregar nada más.
Su relato descubría mentiras y engaños utilizados por Gallero para enmascarar el abuso al que sometía a una menor por darle clases gratis de tenis. Amenazas, viajes ficticios y cuartos de hotel iluminados por el sol que eran oscurecidos por la mente escabrosa de un profesor sin escrúpulos, que habría repetido la historia con otras dos menores alumnas suyas, según el propio relato de Lisa.
Los padres de Estefanía también habían sido víctimas del engaño, para ellos, el club Atenas era un lugar seguro, pero la situación económica de la familia no contemplaba la posibilidad de tomar clases de tenis. La oferta de entrenamiento gratis para conseguir una campeona resultó tentadora para su entorno. “Mi papá confió en su palabra y accedió, porque mi papá sabía del amor que yo tenía por el tenis y de las condiciones que yo tenía. Además, para mis padres, el club era un lugar seguro en el que yo estaba contenida y a salvo”, describió Estefanía, quien se había presentado en dos ocasiones para denunciar a Gallero ante las autoridades.
La primera de ellas fue a los 20 años, pero resultó desestimada por los agentes que la recibieron en la Comisaría Banda Norte. Recién en febrero de 2019 pudo radicarla ante la Subsecretaría de Niñez, Adolescencia y Familia de la Municipalidad de Río Cuarto y la denuncia quedó establecida a finales de ese año ante el Ministerio Público Fiscal.
Con frases como “sos una pija, no le podés ganar ni a tu vieja” o “sos una verga jugando al tenis” o “¡qué gorda estás!” resultaron habituales. Hasta supo sacarla de la cancha tirándole del pelo para ejercer el dominio que pretendía y que le cortaba la respiración a Estefanía: “Yo vivía con miedo, todos los días tenía terror de que me hiciera algo a mí o a mi familia, porque me había amenazado con matarme y hasta un día sacó un arma de la guantera del auto. O temía que incendiara mi casa con mis padres adentro, como me había dicho”. Todo este cuadro la llevó a padecer diferentes problemas de salud como afecciones gastrointestinales y anorexia.
Pero ahora “quedaron atrás los tiempos de hostigamiento”, según comentaba Lisa, quien deseaba justicia y que todo esto no le ocurriera a nadie más.
Luego de leída la sentencia a 11 años de prisión, período que coincidía con lo solicitado por la fiscal de Cámara, María del Rosario Fernández López, familiares del condenado insultaron a la abogada defensora de Estefanía Lisa, Andrea Fassetta, quien debió retirarse del edificio con custodia policial.
Gallero, quien había permanecido en libertad durante todos estos años, quedó detenido inmediatamente y fue trasladado a la cárcel, de acuerdo a lo ordenado por el juez, siguiendo el nuevo criterio dispuesto por el Tribunal Superior de Justicia de Córdoba. En la primera semana de noviembre se conocerán los fundamentos del fallo.