El deporte nacional quedó conmocionado tras conocerse la muerte de Rubén “Cata” Carballo, quien fue boxeador profesional y representó a la bandera argentina en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984. A su vez, dos años antes del hito en su carrera, defendió al país en la guerra de Malvinas. El ex pugilista fue hallado sin vida en su domicilio en Laferrere, según informó el medio El Nacional de La Matanza.
“Me hice boxeador porque me peleaba todo el tiempo”, remarcó alguna vez Carballo, que se convirtió en un deportista olímpico tras ser enviado a las Islas mientras cumplía con el servicio militar. Justamente allí, en sus tiempos libres, fue donde se despertó su pasión por el boxeo e iba a entrenar a los gimnasios aledaños al establecimiento del Regimiento 3 de La Tablada.
“Tuve la suerte de combatir y volver vivo de las Islas. Después de Malvinas seguí practicando el boxeo y fui representante olímpico en Los Ángeles 1984. Gracias al deporte y al boxeo soy la persona que soy”, supo reflexionar el Cata. Después de todas las adversidades que tuvo que superar durante la guerra -en la cual perdió a varios de sus compañeros en sus brazos y fue rehén, según relató-, encontró en el deporte de contacto su lugar en el mundo y llegó a tocar el cielo con las manos, cuando se impuso en el campeonato preolímpico desarrollado en el Luna Park.
Después de poder sustentar su viaje a los Estados Unidos gracias a sus fanáticos y amigos, Carballo perdió en la primera ronda de la cita olímpica contra el dominicano Laureano Ramírez, en la categoría de peso mosca. Desde 1986 a 1989, el “Cata” realizó un total de nueve combates profesionales como boxeador en los que ganó cinco, perdió tres y empató en una oportunidad. Por su parte, en el plano amateur, fue subcampeón panamericano y ostenta el récord de 72 triunfos y solo dos derrotas. “Tiraba 10, 15 izquierdas en dos minutos, nada que ver con el boxeo actual”, definió su estilo de combate.
En los últimos años, transcurría su vida en la localidad de La Matanza, en la que entrenaba y enseñaba en el Gimnasio Master de Laferrere, ubicado sobre la Ruta 3. Justamente esta actividad lo ayudaba para esconder los recuerdos y las secuelas que le dejó la guerra de las Malvinas. “Empecé con cuatro alumnos y ahora tengo más de 50 en Laferrere. Los ayudo a salir de la calle para que hagan este deporte que es muy lindo y que a mí me ayudó mucho. Siempre fui bien recibido dentro del boxeo. Creo que es porque me lo gané y porque siempre intenté ayudar a la gente”, supo contar Carballo.
“Lamentamos comunicar el fallecimiento de nuestro profe y amigo Rubén Cata Carballo. Nos dejaste a los jóvenes un gran ejemplo de lucha, valores y educación. Gracias, héroe, por luchar por nuestro país en Malvinas y por defender al deporte argentino”, comunicó el gimnasio en donde enseñaba sus valores el boxeador. Por su parte, otro que lo despidió fue Osvaldo Príncipi, mítico relator y analista de boxeo: “Se nos fue de golpe y sin avisar: Rubén Cata Carballo; el olímpico de Los Ángeles y el héroe del boxeo en la Guerra de Malvinas. Orgulloso de su vida y de su familia. La Matanza perdió a uno de sus mejores ciudadanos. Tan limpio como valiente. ¡Buen viaje Carballito, nos sentimos todos orgullosos de vos!”.
Carballo dejó un legado histórico en el deporte argentino. Se convirtió en el único soldado olímpico del país y en 2019 lo eligieron para ingresar con la antorcha en las Olimpiadas de los ex combatientes.