El mundo del boxeo vivió una noche de alta intensidad y emociones encontradas durante este sábado 12 de noviembre, cuando Fabio Wardley se enfrentó nuevamente a Frazer Clarke en Riad. Lo que prometía ser una revancha épica tras su brutal enfrentamiento en marzo por el título británico de los pesos pesados, culminó en un desenlace inesperado y dramático en el primer asalto.
El británico de 29 años se impuso a su compatriota y defendió su título con un sorprendente nocaut, dejando a Clarke con el rostro en un estado lamentable. En un primer round que dejó a muchos sin aliento, Wardley descargó una serie de potentes golpes sobre Clarke, que culminaron con un devastador impacto en su mandíbula. Clarke, incapaz de recuperarse, se encontró desplomado contra la esquina del ring, mientras el árbitro Victor Loughlin detenía la pelea.
Las secuelas de la contienda fueron visibles de inmediato. Clarke terminó inclinado de rodillas, aferrándose a las cuerdas, antes de caer lentamente al suelo. Las imágenes posteriores mostraron un cuadro desolador: su mandíbula lucía desplazada y una prominente abolladura al costado izquierdo de su cabeza despertó incertidumbre entre los fanáticos, quienes consideraron ese daño como una señal inequívoca de una fractura en el pómulo.
La gravedad de sus lesiones fue tal que fue necesario proporcionarle oxígeno sobre el ring. Profesionales médicos acudieron rápidamente para atender a Clarke, mientras Wardley celebraba su victoria con evidente satisfacción. El diagnóstico inicial confirmado por Frank Warren, gerente de Clarke, indicaba una presunta fractura de pómulo, que explica la visible deformidad en el rostro de Clarke tras el devastador golpe.
Carl Frampton, consdierado uno de los mejores boxeadores libra por libra, fue consultado por el combate y, en declaraciones a TNT Sports, comentó sobre el estado de Clarke: “Su mandíbula parecía estar dislocada o rota”. La preocupación en torno a su salud fue palpable desde el borde del ring hasta los comentarios de los aficionados en las redes sociales.
Fabio Wardley, ahora con un impresionante récord de 18 victorias, un empate y ninguna derrota, con 17 de esas victorias por nocaut, expresó su satisfacción tras la contundente victoria: “Sé que una vez que lastimo a alguien, puedo deshacerme de él. Aprendí lo suficiente de la primera pelea para saber que tenía lo necesario para vencerlo adecuadamente”. El pugilista de 29 años dejó claro su ambición: “Quiero cinturones y títulos, estos nacionales son geniales, pero quiero los que tienen escrito ‘mundial’ en ellos”.
Al mismo tiempo, la victoria de Wardley en Riad representó no solo una defensa exitosa de su título, sino también una continuidad en su campaña hacia los títulos mundiales. En contraste, Frazer Clarke, que sumó su primera derrota (8-1-1) enfrenta un período de recuperación y reflexión tras las severas heridas sufridas en el combate.
Cabe recordar que en marzo, ambos púgiles se enfrentaron en un combate que terminó en empate después de 12 asaltos de acción. Ahora, Wardley no solo se quedó con el cinturón, sino que también escaló en la clasificación de la cateoría de los pesados, quedando ocatvo en el CMB (Consejo Mundial de Box), 9 en el AMB (Asociación Mundial de Box) y 12 en FIB (Federación Internacional de Box).