Con una postura cálida y tranquila, una mirada penetrante y la pausa correcta para pensar cada palabra, Jorge Giordano cruzó el Río de la Plata para la presentación de su obra Del libro a la cancha. Como si estuviera ajeno al conflicto interno que atraviesa el plantel que conduce Marcelo Bielsa, el director de selecciones de Uruguay se aferró a la idea de apoyar al Loco en tiempos en los que Luis Suárez, Federico Valverde, Nahitan Nández y Agustín Canobbio pusieron en duda el liderazgo del estratega rosarino. “Él es muy inteligente y tiene un buen manejo de la situación con este grupo que es extraordinario”, fue uno de los primeros conceptos que deslizó en diálogo con Infobae.
Por su pasado como estratega en diez equipos distintos de su país, entre los que se destacan Nacional de Montevideo, River Plate, Wanderers y Racing, los días junto al experimentado DT rosarino representan un aprendizaje continuo. “Trabaja de la misma manera que lo hizo en la AFA. Es una persona que no deja ningún detalle librado al azar. Es organizado, profesional, meticuloso... Y yo me identifico mucho con esas cosas. Hoy disfruto de cada momento que puedo tener con él, porque es una enseñanza atrás de la otra”, reflexionó.
Influenciado por la sabiduría de José Ricardo de León y Mario Patrón, Jorge Giordano reconoce que Uruguay está atravesando un proceso notable en pleno recambio generacional. “Bielsa nos eligió a nosotros”, sintetizó con una clara admiración hacia el ex Newell’s. Y de inmediato advirtió que “Marcelo tenía un gran conocimiento del fútbol uruguayo”. “Después de varias reuniones con él, siempre hablamos del aspecto deportivo. Y una vez que acordamos cuál sería el proyecto, los dirigentes cerraron la parte económica”, recordó.
Sin Luis Suárez, Edinson Cavani, Fernando Muslera, Matías Vecino o Diego Godín como referentes de La Celeste, el directivo entiende que en la próxima fecha FIFA se verá una apuesta “con otros futbolistas que cuentan con una gran proyección hacia el futuro”. En este sentido, también explicó la citación a Walter Domínguez, el jugador amateur que causó furor por la presunta iniciativa del Loco: “Fue una confusión muy grande. Su convocatoria se dio porque se trata de un proyecto con la selección local, pero Marcelo no está al frente de eso. Hubo una mala interpretación, porque es una idea de la Federación. Y como este caso puntual se trató de un chico que se destacó mucho en el Interior, le dimos la oportunidad de jugar. Nosotros seguimos el fútbol de todo el país y creíamos que merecía una posibilidad. Y esa chance se la dio el Ruso Diego Pérez. Bielsa no tuvo nada que ver”.
La presión social por la ausencia de resultados es otro de los temas que analizó. A más de una década del cuarto puesto logrado en el Mundial de Sudáfrica y del título de la Copa América obtenido en Argentina, Giordano es consciente de que a “Uruguay siempre le van a exigir”. “Podremos tener un mejor o peor equipo, pero nuestro ADN es competir. Hoy estamos en un buen camino, con un recambio de futbolistas que tiene como guía a Marcelo Bielsa y su cuerpo técnico. Se trata de un proyecto metodológico que que nos va a dar buenos resultados”, argumentó.
Aferrado a la idea que intentó instalar Eduardo Galeano en sus libros, quien le pedía a su seleccionado que dejara en segundo plano a la garra charrúa para apostar por un juego más estético, el director de selecciones entiende que “en la mayoría de los equipos hay un gran porcentaje que se dedica al nivel físico, para que se puedan destacar los dos o tres talentos que completan a los once que salen a la cancha”.
“Hoy se vive otro fútbol, porque hay que gestionar a 14 o 15 personas que integran a los cuerpos técnicos. Además, se instalan conceptos como el doblaje o la vigilancia que en mi etapa etapa de formación eran los conceptos de cobertura o cuidar las espaldas. Hay léxicos que vienen de otro lado, que son ajenos al fútbol sudamericano. Y lo más curioso es que son los futbolistas de acá los que nutren a las grandes ligas”, advirtió.
Su pasión por el deporte más popular lo lleva a enojarse con los clubes europeos que contratan a las jóvenes promesas “para terminar de formarlas” en el Viejo Continente. “El placer más grande del entrenador es ver en los partidos lo que se programó en los entrenamientos de la semana”, subrayó. Y sin ningún tipo de filtro, confesó que sufre queda vez que observa a la selección desde el palco, porque no puede intervenir en las decisiones tácticas y estratégicas. “En este cargo es fundamental saber decir lo correcto en los momentos precisos para darle las herramientas fundamentales al entrenador”, explicó.
En su visión, considera que el fútbol mutó al mundo del entretenimiento y que “los clubes subsisten por la venta de jugadores, la taquilla y la venta de los derechos de televisión”, un panorama que obliga a fomentar a los juveniles de las divisiones inferiores de las instituciones, para aumentar el patrimonio de cada entidad deportiva. “Con mis amigos lo hablo siempre: si tuviera que volver a dirigir, debería adaptar un sistema a las nuevas generaciones. Antes los futbolistas eran capaces de salvar a un director técnico, y hoy siento que ese compromiso no está”, completó. Y cerró con un ejemplo llamativo: “Muchos se ponen de novios por Instagram. Es un desafío muy grande para los entrenadores de nuestra edad llegarles a los futbolistas de hoy”.