Atravesar la puerta de ingreso del Sport Social Club, en donde a partir de este lunes comenzará a disputarse el cuadro principal del AAT Challenger Santander edición Villa María, es observar la realidad de cada uno de esos tenistas. Los que intentan pasar la clasificación para jugar el main draw, los que se entrenan duramente para lograr el título o conseguir la mayor cantidad de puntos para escalar en el ranking de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) y, también, los sparrings como Juan Ignacio Bazán.
Oriundo de Bell Ville, Córdoba, tiene 14 años, es diestro y el revés lo juega a una mano. Por estas horas suma experiencia dentro y fuera del court en un rol clave para los profesionales que necesitan ponerse a punto para la gran cita del tenis nacional. Sentado en la sala de prensa, con su uniforme de trabajo y con la sonrisa característica de su corta edad, cuenta sus primeras sensaciones en el certamen: “Yo entreno en este club y me dijeron si quería venir, que tenía la oportunidad, y por supuesto que les dije que sí. Es mi primera experiencia como sparring, es algo muy lindo. Además, es la segunda vez que estoy en un torneo profesional, recuerdo que fui a una edición del ATP 250 de Córdoba”.
Con respecto a entrenar con jugadores profesionales, Bazán sostuvo: “La única que vez que había peloteado con un tenista profesional había sido con Pedro Cachin, ya que los dos somos oriundos de Bell Ville. La verdad que le pegan muy fuerte a la pelota pero con el correr de los entrenamientos te vas acostumbrando y le podés aguantar un poco más el nivel de velocidad. Estos días me suman un montón, me dejan una enseñanza y una experiencia que nunca me la voy a olvidar”.
Sobre su relación con Cachin, el jugador de la provincia mediterránea tuvo palabras de elogio y agradecimiento: “Es una ayuda muy grande, es un mentor para mí, yo quisiera ser como él. Me ayuda mucho con mis dudas, cuando está cerca de acá entrenamos y me acompaña en este camino”.
La devolución de elogios fue mutua, ya que Cachin, campeón del ATP 250 de Gstaad (2023), tiene presente a Juani y se mostró entusiasmado a la hora de pensar en el futuro de su coterráneo. “Juancito es un genio, la verdad. En estas nuevas generaciones de jugadores es difícil ver chicos con la personalidad de él. Es lo que más me empujó a querer ayudarlo. Humilde, trabajador y con las ideas claras de tener un compromiso con el tenis. Su familia vive a cuatro cuadras de mi casa en Bell Ville”, contó en diálogo con Infobae.
Y agregó: “Lo vi por primera vez el año pasado y lo entrené mano a mano, ahí arrancó la relación. Tiene buen potencial, siempre le digo que va a tener que trabajar cada día al máximo porque no es ningún crack, lo entiende y lo toma de buen modo. Intento de que se vea reflejado en mi carrera, que confíe y trabaje, porque se puede”.
“Le conseguí algunas ayudas económicas y materiales. Viene de una familia muy trabajadora que no le sobra nada. Juan entiende mucho el valor de las cosas y el esfuerzo que hacen los padres para que pueda cumplir sus sueños”, sentenció Cachin.
Esta temporada, Bazán fue parte del equipo argentino Sub-14 que consiguió la tercera posición en el Mundial de Prostejov, República Checa, la mejor actuación de los últimos ocho años y con victorias ante grandes potencias como Francia y España. Así lo recordó Juan Ignacio: “Fue algo inolvidable, quedamos en la tercera posición. La verdad es que no lo esperábamos, pero tuvimos series muy duras y logramos grandes resultados”.
En cuanto a esta semana en el torneo de Villa María, el joven sueña con exprimir al máximo esta oportunidad que le planteó la vida y que no piensa desaprovechar: “Me gustaría pelotear con Francisco Comesaña, quien me gusta mucho, y Federico Coria, pero poder entrenar con cualquier jugador que esté disponible ya es un lujo”.