Jelena Dokic, ex estrella del tenis, vuelve a estar en el centro de atención, pero esta vez no por sus logros en la cancha, sino por un motivo mucho más personal y desgarrador. A sus 41 años, la australiana decidió alzar la voz y compartir su experiencia con la violencia doméstica que sufrió a manos de su propio padre, Damir Dokic. Su historia se presentará en el nuevo documental Unbreakable, que se estrenará en los cines locales el 7 de noviembre.
En un adelanto de la película, Dokic reveló el alcance del horror que enfrentaba mientras intentaba mantener su carrera en el tenis. “Tengo 16 años aquí, estaba jugando contra la número 1 Martina Hingis y sabía que, si perdía, las consecuencias serían catastróficas”, confesó en el documental, mientras observaba videos de sus partidos. Continuó diciendo: “Un día después de perder supe lo que iba a pasar. Empecé a sentirme realmente destrozada por dentro. No había ni un centímetro de piel que no estuviera lastimado”.
La narrativa de Jelena no solo destacó el abuso físico, sino también el psicológico. “Tengo 17 años y, por sus acciones, me convertí en la persona más odiada”, afirmó, revelando la presión y el aislamiento que la acompañaron durante su carrera. Incluso otras jugadoras, como Lindsay Davenport, notaron los signos del abuso, mencionando los hematomas visibles en Jelena.
Las imágenes antiguas en el documental muestran a Dokic siendo abucheada durante un partido contra Davenport. El público, ajeno a su sufrimiento personal, no podía imaginar el calvario que ella estaba viviendo más allá de la cancha.
En declaraciones a The Independent en diciembre, Dokic reveló la ruptura total de su relación con su padre, con quien no ha hablado en una década. “Duermo bien por la noche, no hablo con él. Hace 10 años fue la última vez”, mencionaba. Aunque intentó reconciliarse, admitió que esto es casi imposible cuando el otro no puede pedir perdón. “Tenía la esperanza de que cambiara, pero no fue posible y creo que en algún momento, incluso si se trata de la familia, hay que dejarlo ir y decir: ‘Eso es demasiado tóxico para mí’”, afirmó.
La ex tenista de 41 años reflexionó sobre las expectativas inalcanzables de perfección que a menudo se imponen tanto en la sociedad como en el deporte. “Creo que en la sociedad y en el deporte, a menudo se trata de ser un ser humano perfecto, pero olvidamos que la vida no es perfecta. Quiero cambiar la percepción de que la vulnerabilidad es una debilidad. No tienes idea de cuánta fuerza se necesita para ser vulnerable. Se necesita coraje, especialmente cuando el mundo está observando”, concluyó.
Cabe destacar que recientemente la australiana también fue víctima de bullyng por su físico. “El ‘body (cuerpo) shaming’ y el ‘fat (gorda) shaming’ de las últimas 24 horas ha sido una locura. Desde todas partes del mundo, y especialmente desde Serbia”, afirmó en un posteo que realizó a través de sus redes sociales en el que compartió distintas capturas con críticas referidas a su físico. Shaming es un término que se utiliza para definir a las críticas dirigidas a alguien que se realizan en público, especialmente en Internet. “Y sí, muchas de ellas también son mujeres. Demasiado para ‘mujeres apoyan a mujeres’”, completó la introducción.
En junio del 2022, en tanto, reveló que se planteó el suicidio para que “toda pena y dolor desapareciera” tras una ruptura amorosa. “Casi salto de un 26º piso y pongo fin a mis días. No olvidaré nunca ese día, todo era turbio, negro, sin sonido, sin luz. Nada tenía sentido”, explicó en su cuenta de Instagram.
En lo que respecta a su vida deportiva, retirada del tenis en 2014, Dokic alcanzó el puesto número 4 del mundo y llegó a las semifinales de Wimbledon en 2000. Su ascenso como una adolescente prodigiosa se vio acompañado de una creciente presión y abuso oculto, una sombra que la persiguió desde que su familia emigró de Yugoslavia a Australia cuando tenía solo 11 años.
Desde su salida del circuito, Jelena asumió un nuevo papel como comentarista de tenis para el canal 9 de Australia y ha dedicado gran parte de su tiempo a trabajar en mejorar las condiciones para otros que puedan estar sufriendo de manera similar. El año pasado, ofreció más de 150 discursos motivacionales, con la esperanza de que al compartir su historia, pueda brindar apoyo y esperanza a otros que enfrentan situaciones similares.