Se sabe que los clásicos son encuentros aparte, en los que los futbolistas tienen las revoluciones a mil por hora por la importancia de lo que hay en juego. Y Belgrano-Talleres no fue la excepción. El partido en el Estadio Mario Alberto Kempes comenzó revolucionado desde el primer segundo, ya que al minuto de juego un hombre del Pirata vio la tarjeta roja.
El conjunto visitante quedó mal parado en la primera jugada y el defensor Alejandro Rébola cortó el avance prometedor del delantero de Talleres, Valentín Depietri, con una falta que, para el árbitro Nicolás Ramírez, fue con uso excesiva de la fuerza, lo que ameritó la expulsión para el central.
La decisión del juez fue acertada. Una entrada con el uso de fuerza excesiva se da cuando un jugador se sobrepasa a la hora de disputar el balón de forma limpia y controlada. Al entrar de manera peligrosa sobre el tobillo de un oponente, como fue el caso del jugador de Belgrano, existe un riesgo alto de lesión para el jugador afectado, en este caso, Depietri. Esto clasifica la acción como una falta grave.
El árbitro evalúa no solo la acción, sino las consecuencias, el resultado y el nivel de riesgo. Una entrada sobre el tobillo es particularmente peligrosa, ya que esa parte del cuerpo es vulnerable y puede lesionarse gravemente. En este contexto, Nicolás Ramírez consideró que la entrada:
- No tenía el control necesario para ser una disputa legítima por el balón.
- Puso en peligro la integridad física de Depietri, justificada como falta de fuerza excesiva.
- Fue realizada de forma que superaba lo permitido para una entrada, y por tanto, meritoria de una expulsión.
- El árbitro también tiene la responsabilidad de proteger la integridad de todos los jugadores en el campo. Una entrada tan peligrosa, que pone en riesgo la salud de un jugador, requiere una respuesta disciplinaria fuerte para prevenir futuras acciones similares. La expulsión no sólo sanciona la falta cometida, sino que también envía un mensaje claro sobre los límites del juego limpio.
Para aclarar a todos los involucrados (jugadores, entrenadores, y aficionados), se puede explicar que una entrada como esta, al ser peligrosa y con uso de fuerza excesiva, debe ser sancionada con tarjeta roja, lo cual está claramente especificado en el reglamento del fútbol. La expulsión es, entonces, una decisión correcta y necesaria para cumplir con el reglamento y proteger a los protagonistas. El tiempo transcurrido de juego no es excusa para que la sanción no sea aplicada.
Así, el plan de juego del Pirata se vio afectado desde el inicio del cotejo por el error de su experimentado futbolista. Y la roja le asignó un rol forzado en el desarrollo del partido por la fecha 17 de la Liga Profesional.