Lo que debía ser una fiesta del básquet, terminó siendo un escándalo que avergüenza a Mar del Plata y a la comunidad deportiva. El amistoso entre Peñarol y Quilmes, dos de los clubes más populares de la Ciudad Feliz, debió suspenderse por graves incidentes en las tribunas del estadio Polideportivo Islas Malvinas.
El cotejo, que ponía en juego la Copa Juan Pablo Sánchez, presagiaba un duelo colorido en las tribunas, como suelen ser los clásicos entre Quilmes y Peñarol. El choque de pretemporada significaba además una gran oportunidad para enfrentarse, ya que ambos conjuntos militan en categorías diferentes. El Cervecero está en la Liga Argentina y el Milrrayitas en la Liga Nacional (máxima división).
Todo terminó de la peor manera. Apenas restaban 2:32 minutos para el final del partido y con el marcador en favor de Quilmes por 63-48 comenzaron las peleas entre aficionados dentro del estadio, a la vista de todos los espectadores y jugadores. Los fanáticos se tomaron a golpes en las gradas, que se convirtieron en un campo de batalla, con personas rodando por las escaleras.
“El ambiente se caldeó y no hubo pulmón ni cordón policial que impida que se intercambiaran golpes entre hinchas de ambas parcialidades e incluso alguna que otra butaca y silla voló entre las tribunas”, informó el sitio Qué Digital de Mar del Plata. Los árbitros, con buen tino, decidieron frenar el juego y lo suspendieron ante el combate desatado en las tribunas.
Pese a la suspensión del clásico, la tercera edición de la Copa Juan Pablo Sánchez (en honor al basquetbolista fallecido en 2021 que vistió la camiseta de ambos equipos) quedó en manos de Quilmes y se le hizo entrega del trofeo. Los jugadores festejaron con mesura ante la gravedad de los acontecimientos fuera del rectángulo de juego.
Luego del bochorno, ambas instituciones emitieron un comunicado oficial en sus respectivas redes sociales lamentando los serios incidentes. “Desde el Club Atlético Quilmes repudiamos los hechos de violencia sucedidos en el clásico del básquet argentino. Estamos en contra de todo tipo de manifestación que no sean los valores que da el deporte y la educación”, indicaron desde el lado tricolor.
En tanto que Peñarol remarcó que “repudia enfáticamente los hechos de violencia acontecidos en el marco del clásico”. Luego, completó: “Estos incidentes provocados por un grupo de inadaptados no pueden empañar la lucha y el trabajo en común llevado a cabo durante todos estos años para erradicar la violencia en el estadio.
Y concluyeron: “Lamentamos las bochornosas imágenes que se vivieron y no podemos permitir que una minoría arruine con su accionar violento los valores de respeto, la sana convivencia y la lealtad deportiva que propugnamos y queremos preservar. Los miles de hinchas que asistieron al partido de una y otra parcialidad, no merecían un final así. Este hecho nos compromete a trabajar para que esto no ocurra nunca más, con la convicción de que los responsables deben ser identificados y sancionados con todo el rigor de la ley. El resultado es uno solo, perdimos todos”.
A la espera de saber qué sanciones le corresponderán a las instituciones tras el escándalo, Peñarol y Quilmes apuntan su objetivo al comienzo de la temporada 2024/25 de sus respectivas ligas: el Milrayitas debutará en la Liga Nacional el miércoles 9 de octubre frente a Ferro Carril Oeste, en Caballito y el Tricolor hará lo propio en la Liga Argentina el jueves 17 como local frente al Deportivo Viedma de Río Negro.
EL COMUNICADO DE QUILMES Y PEÑAROL TRAS LOS INCIDENTES EN EL CLÁSICO DE MAR DEL PLATA: