La FIFA sufrió un duro revés por parte del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) y se dio la razón al ex futbolista francés Lassana Diarra en el juicio que mantenían ambas partes. De esta manera, la justicia declaró que son ilegales las actuales normas sobre las relaciones contractuales entre jugadores y clubes al afectar a la transferencia de futbolistas, esto es a la competencia y libre circulación de personas.
Estas condiciones se encuentran en contra de la Unión Europea y los derechos de los trabajadores de los países que integran dicho grupo. Este fallo histórico en contra de la entidad regularizadora del fútbol podría cambiar el panorama actual del mercado de pases y de las transferencias de jugadores.
La disyuntiva comenzó en el año 2014, cuando Lass Diarra demandó al Lokomotiv Moscú por no permitirle rescindir su contrato y de haber sufrido una multa por parte de la institución rusa. El ex mediocampista, que supo vestir las camisetas del Real Madrid, Chelsea, Arsenal y PSG, fue apartado del plantel tras bajar su rendimiento y, según alega el club, por ausentarse de varios entrenamientos sin previo aviso. De esta manera, el cuadro moscovita sancionó al futbolista con 22 millones de dólares y, cuándo el caso llegó a la casa madre del fútbol, negaron la recisión del vínculo porque el francés no había saldado su deuda con la entidad.
Diarra, de 39 años, llevó el caso a la justicia y, después de que el TAS le diera la razón parcialmente y le haya bajado la multa económica a 8 millones, el Tribunal de Comercio de Charleroi se decantó del lado del futbolista. Ahora, varios años después la bomba volvió a explotar. Jean Louis Dupont, abogado del futbolista y el hombre responsable de dictaminar la Ley Bosman que cambió al fútbol en la década del 90, argumentó que la FIFA vulneró las leyes laborales europeas al negarse a emitir el Certificado de Transferencia Internacional que le habría permitido unirse a otro club y ejercer sus derechos como profesional. “Allana el camino para modernizar la gobernanza del fútbol. Es una victoria total”, afirmó Dupont sobre la sentencia del caso de Diarra.
El juicio comenzó a generar revuelo y llegó a las manos del TJUE, que en el día de hoy sentenció a la FIFA como culpable de dicha situación y que las regulaciones actuales no coinciden con el acuerdo de los derechos de la Unión Europea sobre la libre circulación de personas en el ámbito laboral. “El Tribunal de Justicia declara que estas normas en su conjunto son contrarias al Derecho de la Unión. Por una parte, las normas en cuestión pueden obstaculizar la libre circulación de los futbolistas profesionales que desean progresar en su carrera y trabajar para un nuevo club, establecido en el territorio de otro Estado miembro de la Unión. Así, dichas normas suponen que los jugadores y los clubes que deseen ficharlos queden expuestos a riesgos jurídicos importantes, a riesgos económicos imprevisibles y potencialmente muy elevados y a riesgos deportivos serios que, considerados en su conjunto, pueden obstaculizar la transferencia internacional de esos jugadores”, dictamina el parte oficial.
La casa madre del fútbol mundial no tardó en expresar su postura tras el fallo y argumentó que las normas de transferencia actuales rigen según las leyes establecidas. “La FIFA ha tomado nota de la sentencia emitida hoy por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en relación al caso que involucra al jugador Lassana Diarra. La FIFA está satisfecha de que la legalidad de los principios clave del sistema de transferencias haya sido reconfirmada en el fallo de hoy. La sentencia sólo cuestiona dos párrafos de dos artículos del Reglamento de la FIFA sobre el estatuto y la transferencia de jugadores, que ahora el tribunal nacional está invitado a examinar. La FIFA analizará la decisión en coordinación con otras partes interesadas antes de hacer más comentarios”, explicó la casa madre del fútbol.
Jean-Marc Bosman, el hombre que cambió la reglas del fútbol y revolucionó las transferencias de jugadores
El mundo del fútbol en el arranque de la década del 90, dominado por los clubes italianos y holandeses que se aprovechaban de la sanción impuesta a los equipos de Inglaterra, dio giro de 360 grados gracias a un joven jugador llamado Jean-Marc Bosman, que se transformó en el jugador con la transferencia más importante de la historia. El futbolista belga intentó salir del Real Fútbol Club Lieja por el bajo salario que le ofrecían y no renovar su contrato. Así fue puesto en condición de transferible por 12 francos belgas, ya que debían pagar una indemnización obligatoria impuesta por la FIFA con los jugadores que finalizaban su vínculo.
Unos meses después, el Dunkerque de Francia intentó el fichaje del futbolista, pero se negó a pagar semejante cifra económica. Ante la imposibilidad de concretar el fichaje, Bosman quedó colgado y no disputó ningún minuto. A raíz de esto, el jugador llevó el caso a la justicia y, dentro de las partes denunciadas se encontraba la FIFA. Después de varios años de pelea judicial, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea dictaminó en 1995 que las indemnizaciones de las transferencias de jugadores libres de contrato infligían las normas establecidas por la Unión Europea.
De esta manera, el falló evocó en la libre circulación de futbolistas a lo largo de los países del Viejo Continente y marcó un antes y un después en el fútbol. Las restricciones de tener solo dos extranjeros para las instituciones se revocó completamente y los cuadros con más poderío económico lograron acaparar a las grandes figuras. El mercado de transferencias se abrió completamente y la ola de fichajes se descontroló notablemente en el deporte rey. Ahora, casi 30 años después del quiebre de la ventana de fichajes en el fútbol, con el mismo abogado que aquel entonces, Jean Louis Dupont, el fútbol puede tener otro punto y aparte en relación a la compra y venta de los protagonistas.