“Definitivamente planeo volver a jugar. Solo tengo 25 años”. Así, Lonzo Ball empezó a acallar los rumores de algunas fuentes que ponían en duda su recuperación de una lesión que requirió numerosos pasos por el quirófano para tratar su rodilla izquierda. El número 2 del draft de la NBA en 2017 no juega un partido desde el 14 de enero de 2022, pero la luz al final del túnel parece estar a la vuelta de la esquina y Chicago Bulls ansía la vuelta del base.
Ahora, ya con 26 abriles, Ball dialogó con la prensa en la antesala a su inminente vuelta a las canchas, ya que los focos están puestos en que pueda sumar minutos el próximo martes 8 de octubre en Cleveland contra los Cavaliers por el primer juego de pretemporada de la NBA: “Me siento bien. Estoy feliz y bendecido por estar aquí. Ha pasado un tiempo, pero estoy ansioso y listo para comenzar el año. No podemos predecir el futuro, pero ese es el objetivo, es el plan que tengo. Creo que estaré listo”. De reaparecer en esa fecha, habrán pasado 998 días desde aquella jornada de enero.
El ex hombre de Los Ángeles Lakers y New Orleans Pelicans llegó a los Bulls para la temporada 2021/22, pero las lesiones lo llevaron a un triste registro en su carrera porque disputó 252 partidos sobre 554 posibles (45,4%). Hasta su última aparición, promediaba 13,0 puntos, 5,4 rebotes, 5,1 asistencias y 1,8 recuperaciones. ¿Qué vino después? Un calvario. Se sometió a tres operaciones y se le hizo un transplante de menisco y otro de cartílago, reemplazando el dañado por un aloinjerto osteocondral: “Esto es algo de lo que nadie se ha recuperado realmente, así que seré el primero”.
El cuerpo técnico liderado por Billy Donovan tendrá extremos recaudos para evitar acelerar la puesta a punto de Lonzo Ball. Irá sumando rodaje con el paso de los compromisos y, si hay dos juegos en dos días, no jugará uno de ellos para impedir que la zona afectada se resienta antes de sentirse óptima. “Va a ser una comunicación constante durante todo el año, porque se trata de un proyecto nuevo, por así decirlo. Tengo una rodilla prácticamente nueva que siempre va a ser un poco diferente a la que Dios me dio”, se sinceró el base estadounidense.
En septiembre de 2022, Ball había ofrecido un crudo testimonio en una conferencia de prensa vía Zoom sobre cuál era su situación personal: “De veras que ni siquiera puedo correr, ni eso ni saltar. Hay un rango, entre los treinta y sesenta grados con la rodilla doblada, en el que no tengo nada de fuerza y no me tengo en pie. Hasta que no pueda hacer eso no podré jugar. Hice rehabilitación y fue bien, pero no hasta el punto de salir ahí y poder correr a toda velocidad. Así que la cirugía es el siguiente paso. Es todos los días, hasta subir unas escaleras es doloroso”.
Chicago Bulls lo necesita como agua en el desierto para soñar con volver a ganar un anillo de campeón después de los seis logrados en su totalidad durante la década del ‘90. Sin él, cayó en la primera ronda del Playoff ante Milwaukee Bucks en 2022 y viene de ser eliminado en sendos Play-In (clasificatorios al Playoff) contra Miami Heat en 2023 y 2024. La Temporada Regular iniciará el 24 de octubre contra los Pelicans en condición de local.