El Estadio da Luz de Lisboa fue escenario de un emotivo reencuentro y un vibrante espectáculo futbolístico durante el partido de Champions League entre Atlético de Madrid y Benfica. Este encuentro, correspondiente a la segunda jornada de la fase de grupos, resultó en una contundente victoria por 4-0 para el equipo portugués. Pero más allá del resultado, fue la reunión de varios jugadores argentinos actuales y recientes de la selección lo que captó la atención.
Por parte del Atlético de Madrid, el entrenador Diego Simeone optó por alinear a Rodrigo de Paul, Ángel Correa y Julián Álvarez como titulares, mientras que Nahuel Molina y Giuliano Simeone ingresaron en la segunda mitad del partido. Del lado del Benfica, el técnico Bruno Lage decidió darles un lugar en el once inicial a Ángel Di María y Nicolás Otamendi, con Benjamín Rollheiser entrando desde el banco.
El encuentro entre el rosarino y sus ex compañeros argentinos en el campo fue lleno de camaradería y humor. En un momento particular, Rodrigo de Paul, dejando de lado cualquier muestra de amistad momentánea, no dudó en hacer sentir su presencia en el minuto 41 del primer tiempo.
El mediocampista del Aleti empujó cómicamente a Di María en dos ocasiones, lo que llevó al atacante del Benfica a exagerar la caída y arrojarse al suelo después del segundo contacto. La escena, que no pasó desapercibida para las cámaras, lejos estuvo de una agresión, sino más bien de un momento de distención entre amigos. Incluso, tras el encuentro, Di María compartió un video del incidente en sus redes sociales, etiquetando a De Paul y escribiendo, “Qué pesado sos amigo, te quiero”, sugeriendo que todo fue una actuación divertida entre ambos, felices de reencontrarse.
A pesar de la buena disposición entre amigos, el árbitro intervino para disolver cualquier duda, pidiendo a Di María que se levantara. El jugador, con una sonrisa, levantó los brazos y miró al banco de suplentes, y el incidente quedó en anécdota.
El Fideo, quien recientemente anunció su retiro de la selección argentina y ya no formará parte de los convocados por Lionel Scaloni, fue una de las figuras del partido. Con un despliegue táctico impresionante y recordando sus años de oro, Di María anotó el segundo gol de la noche para el Benfica, demostrando que aún posee la calidad que lo ha hecho destacar a lo largo de los años.
En cuanto al desarrollo del partido, el Atlético de Madrid no logró encontrar su mejor juego y fue claramente superado por un Benfica agresivo, preciso y motivado. El equipo portugués, que jugó a gran velocidad y con pases al primer toque, dominó en todos los duelos individuales. Además de Di María, el delantero griego Vangelis Pavlidis fue una pieza clave para el Benfica, creando constantes problemas en la defensa rojiblanca.
Para el Atlético, este resultado abultado representa un fuerte llamado de atención en su andadura en la Champions League. Simeone y sus dirigidos deberán ajustar su estrategia para evitar sorpresas en los próximos encuentros y asegurar su paso a la siguiente fase del torneo.