Murió el gran maestro de ajedrez paraguayo Zenón Franco Ocampos, un apasionado entrenador, escritor y editor

Tenía 68 años. Fue uno de los mejores 66 jugadores del mundo. Vivió 20 años en la Argentina. Un repaso por sus logros y trayectoria

Guardar
Zenón Franco en los años
Zenón Franco en los años 80

En la mañana del martes 1 de octubre, y después de intensos 68 años vividos, el corazón de Zenón Franco Ocampo se detuvo para siempre. Había regresado a su hogar tras superar exitosamente una operación de vesícula, pero un imprevisto infarto lo llevó de regreso al sanatorio. Nada impidió que la amenaza se convirtiera en un jaque mortal. En la sala de terapia intensiva del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, murió el primer gran maestro de ajedrez en el historial paraguayo. Vivió veinte años en la Argentina.

Había nacido en Asunción, el 12 de mayo de 1956, en el seno de una familia con fuertes convicciones políticas y contrarias al régimen del dictador Alfredo Stroessner. Vivió sus años de infancia desangelada, con padre ausente al que veía una vez por semana de visita en la prisión. “Mi papá es el campeón de ajedrez de la cárcel”, solía vociferar con inocente orgullo aquel niño frente a familiares u ocasionales viandantes. Sin saberlo, acaso, estaba forjando su inmediato destino.

Con años de adolescente, Zenón y su familia huyeron de los horrores y espantos en Paraguay, y se refugiaron en la Argentina. Los vagos conocimientos en el ajedrez transmitidos por su padre, tal vez lo motivaron para perfeccionarse en el juego. Se acercó al Club Boca Juniors y conoció a su primer profesor, el maestro internacional Bernando Wexler. El responsable de frotar la lámpara.

El gran maestro paraguayo fue
El gran maestro paraguayo fue uno de los mejores 66 jugadores del mundo

“Recuerdo que en 1974 jugamos por primera vez y le gané una partida”, le contó a Infobae, el periodista Luis Scalise, el hacedor de las columnas sabatinas de Miguel Najdorf en el diario Clarín. Y completó: “Pero eso fue porque él recién estaba empezando, y ya nunca más siquiera le empaté. Sus progresos fueron tremendos. Dos años después, en 1976, él viajó a Asunción, se consagró campeón paraguayo, obtuvo el título de Maestro Nacional y regresó a Buenos Aires. En esos tiempos acá había mucha actividad y Zenón quería jugar todos los torneos. Con la barra de muchachos, entre ellos el maestro Debarnot, lo habíamos apodado ‘tiburón’. ¡Se los comía a todos! Los sábados arrancaba a las 15, en el salón Capablanca (en la calle Maipú y Sarmiento), lugar al que concurrían los mejores como Najdorf y Quinteros, y sin embargo Zenón se las ingeniaba y les ganaba la mayoría de los blitz. Después, a las 18, se paseaba por el Club Argentino (en Paraguay y Callao) y también ganaba el blitz, y como si fuera poco, a las 21 se iba hasta el barrio de Almagro y jugaba y ganaba el blitz del Circulo Torre Blanca. Parecía increíble, pero era real”.

Fue sobre el fin de los años setenta y mediados de los noventa que Zenón Franco Ocampos o “el tiburón”, como lo apodaban sus amigos, soltó lo mejor de su ajedrez. Sumó victorias ante Seirawan, Alonso Zapata, Larsen, Rossetto, Quinteros, Panno, Zarnicki, García Palermo, Judit Polgar, Ubilava, Sunye Neto y Tukmakov, entre otros más. También acordó empates frente a figuras como Karpov, Korchnoi, Smislov, Ljubojevic, Illescas y Leko.

De manera consecutiva se adjudicó los torneos del Circuito Grand Prix de la República Argentina de 1979, 1980 y 1981. En 1979 hizo su debut en el Magistral Clarín donde acordó tablas con el ex campeón mundial Tigran Petrosian, y derrotó al ex campeón mundial juvenil, el norteamericano William Lombardy. Su último gran logro en el país fue la conquista del Campeonato Panamericano en 1981 que se disputó en la ciudad de San Pedro de Jujuy, en el norte argentino. Al año siguiente su ranking Elo (sistema de puntuación en el ajedrez) se disparó hasta los astros; se ubicó entre los 66 mejores ajedrecistas del mundo. Entonado por el momento creyó en dar un nuevo salto. El siguiente objetivo fue Europa. Se radicó en España.

En 1976, en Haifa, jugó la primera de sus siete olimpíadas (1978, 1982, 1984, 1988, 1990, 2002, 2006 y 2008) representando a Paraguay. También disputó una bajo bandera española. Por eso, hace pocos meses aseguraba que se prepararía para Uzbekistán en 2026 para celebrar sus 50 años como jugador olímpico. Uno de sus pocos sueños inalcanzables en el mundo del ajedrez.

Una charla coloquio de Panno
Una charla coloquio de Panno coordinada por Zenón Franco

Sus mejores actuaciones en estas competencias sucedieron en 1982, en Lucerna (Suiza) donde tras una brillante labor (11 puntos en 13 ruedas) conquistó la medalla dorada al mejor primer tablero del certamen. Ocho años después, en 1990, repitió la hazaña en Novi Sad (Yugoslavia) superando, incluso, por mejor coeficiente a Garry Kasparov. Por su labor recibió además el título de gran maestro. El primero en el historial ajedrecístico de Paraguay.

Nunca se atrevió a abandonar el ajedrez, pero creyó que era el momento de pasar el legado; se fue alejando como el verde en otoño de las grandes competencias, comenzó a pensar y vivir en número par -contrajo matrimonio con la maestra cubana Yudania Hernández- y arrancó una nueva etapa como entrenador. Entre 1995 y 1999, dirigió la Escuela de entrenamiento “Kasparov Marcote” en Galicia, y entre sus alumnos más destacados estuvieron David Martínez, que alcanzó el título de maestro internacional y es el actual entrenador del seleccionado de ajedrez de España, y Francisco “Paco” Vallejo, que a los 16 años, en 1999, obtuvo el título de gran maestro (el más joven en ese país), y considerado por los especialistas como el mejor ajedrecista del historial español. Aquella tarea tuvo el reconocimiento por parte de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE, según sus siglas francesas) que le otorgó el título de “Entrenador de Ajedrez”.

En 1999, Zenón Franco jugó el campeonato superior de España y fue escolta del ganador, el catalán Miguel Illescas. Tras la brillante actuación y con la satisfacción del deber cumplido, ese año incursionó en un nuevo desafío: el mundo de la escritura. Primero como autor y luego editor de libros.

En algo más de 25 años publicó 38 libros de ajedrez (los siete últimos bajo su sello “Zenon chess ediciones”) que fueron traducidos a siete idiomas (castellano, inglés, ruso, italiano, francés, portugués y turco). Su obra “Miguel Najdorf – El Viejo – Life, Games & Stories”, publicado por Thinkers Publishing, fue considerado por la FIDE como el segundo mejor de 2021.

Entre 2001 y 2016 escribió 700 notas en su columna semanal del diario ABC Color de Paraguay. Más tarde, en 2022, retomó esta actividad. El 13 de junio de 2017 le fue concedido el premio “Isaac Boleslasvky” de la FIDE Trainers Commission en el apartado de autor.

Zenón Franco y su amigo
Zenón Franco y su amigo Daniel Cámpora

Hace más de 50 años, que el paraguayo Zenón Franco y el argentino Daniel Cámpora cruzaron amistad. Participaron en innumerables torneos y fueron rivales en grandes partidas. En su casa en Sevilla, junto a su esposa Teresa, el nicoleño Cámpora soltó un último recuerdo que compartió con Infobae.

“Hay situaciones fortuitas que cambian el futuro; con Zenón éramos compinches de andanzas por torneos, incluso compartiendo habitación. El abierto de Matalascañas de 1985, que se jugó en el hotel Tierramar, con playa al Mediterráneo, nos fuimos juntos hasta la boutique del hotel donde una joven le vendió un short de baño muy caro que además se le rompió al tercer día. A mí, en cambio, esa chica me vendió su mejor sonrisa. La simpática andaluza era Teresa, que más tarde sería mi esposa. Zenón con frecuencia nos visitaba en Sevilla; él era uno más de la familia, para mi hijo Danielito era el ‘tío Zenón’”, rememoró el bicampeón argentino Daniel Cámpora y representante olímpico en 9 ocasiones.

Y, emocionado, agregó: “El año pasado intenté convencerlo para jugar el Mundial Senior. Yo lo animé y le dije que sería el segundo mejor Elo del torneo, a lo que me contestó ‘si tengo ese Elo es porque no juego’ (risas). Este año quería volver a competir, pero sus problemas de salud frustraron sus planes. En agosto, paseando por Galicia, me acerqué a su pueblo Puenteareas y nos encontramos en un bar. Había perdido varios kilos y estaba esperando fecha para una operación no muy complicada de vesícula. Con la vitalidad de siempre y la pasión por los libros que iba a editar, nos dimos sin saberlo nuestro último abrazo. Recibí la triste noticia de su muerte. Siento el vacío enorme que te queda cuando un hermano del alma se va”.

Zenón Franco Ocampos, gran maestro de ajedrez, entrenador, escritor y editor. Un apasionado de la vida y grandes recuerdos junto al ajedrez. Su mejor legado.

Guardar