Nació a 11 mil kilómetros de Buenos Aires, pero la historia de Valentín Perrone es digna de cualquier familia de nuestro país. Su padre es argentino y emigró a Barcelona para trabajar de electromecánico. Una vez allí, con una humilde furgoneta modelo 2000 recorrieron toda España y Europa para que su hijo pueda plasmar el sueño de ser piloto de motos. Lo logró y el chico catalán, de 16 años, ama la Argentina y decidió correr con la bandera celeste y blanca. En 2025 debutará en el Moto3 del Campeonato Mundial de Motociclismo de Velocidad y su anhelo de correr en la categoría reina, el MotoGP, estará más cerca.
Marcelo Perrone, quien se fue del país en 1998, y su pareja, Ruth, quien trabaja en un comedor de una escuela donde también asiste la pequeña Inés, su hija menor, desde hace años trabajan a destajo para que Valentín pueda competir sobre las dos ruedas. Una familia humilde a la que no le sobra nada y tampoco conoce lo que es tomarse vacaciones, ya que todos sus ahorros fueron a la campaña deportiva de su hijo mayor, cuyo acento español parece ser uno de los pocos rasgos que lo une con Cataluña. Ahora se muestra entusiasmado con poder visitar por primera vez nuestro país, algo que ocurrirá del 14 al 16 de marzo en el retorno del Continental Circus (como también se lo conoce al certamen ecuménico) al Circuito Termas de Río Hondo, en Santiago del Estero.
“Todo comenzó por mi abuelo, que es amante de las motos y tuvo varias. A mi papá le gustan más los autos. A los dos años ya iba muy loco con los juguetes para arrastrar con los pies. Me regalaron mi primera minimoto a los 3 años. Desde allí empecé con las carreras, entrenando con mi papá, enseñándome”, recuerda en diálogo con Infobae.
De su formación cuenta que “probábamos en un explanada y aprendí diversos ejercicios como tocar rodilla (al piso, cuando doblan y la moto se inclina). Luego comencé a competir en torneos de acá en Cataluña y luego de España. Fui aprendiendo y de chico también trabajé con Chicho Lorenzo (padre del tricampeón de MotoGP, Jorge Lorenzo) y aprendí mucho. Luego trabajé con mi papá y más tarde en la escuela donde estoy ahora”.
Describe su campaña y cuenta que en “minimoto estuve cuatro años. Luego pasé a 110 cm3, después a 140 cm3 y ya a moto grande, por ejemplo, en el Campeonato Mediterráneo. Una vez que llegué al Campeonato Español arranqué en Moto4 y es muy caro ni tampoco tuve los resultados como para poder seguir subiendo. Entonces vimos que lo mejor opción era pasar a 400 cm3, pero quedé chico para la moto. En Moto4, donde corrés cuando tenés 12 años, cuesta por temporada unos 75 mil euros (83 mil dólares) aproximadamente una temporada. No pude seguir porque era muy cara. Volví y pasé a la Pre Moto3 y luego a la European Talen Cup. Este año que llegué a la Red Bull MotoGP Rookies Cup, donde hice un muy buen campeonato pues terminé tercero con seis podios con dos victorias (Mugello y Misano)”, relata quien vino al mundo el 28 de diciembre de 2007.
Para entrar en la Rookie Cup debió pasar un filtro de 150 chicos en una selección de dos días: “Es una categoría de mucho nivel porque te tienen que seleccionar, no es que vas, pagás y corrés. Primero hay una preselección en la que mandás tu solicitud así que no sé cuántos son en total los chicos que se quedan afuera. Luego fuimos a una selección entre 150 pilotos y en el primer día quedaron afuera 100. Los 50 restantes pasamos al último corte y los diez mejores fuimos elegidos para para poder correr. Todas las motos son iguales con moto de 250 cm3 y tenemos un solo mecánico. Corremos en las mismas fechas que el Mundial. Es una categoría que te ayuda mucho y es el paso previo al Mundial”.
El haber llegado tan lejos habla del talento de Valentín y del sacrificio de su familia a la hora de conseguir presupuesto, al punto de que nunca se tomaron vacaciones: “De chico todo lo han pagado mis padres. Nunca tuve muchos patrocinadores ni gente que me ayude. Mis padres trabajaron muchísimo. Mi papá Marcelo se levanta a las seis de la mañana y hasta las nueve de la noche no vuelve a casa. Mi mamá Ruth también trabaja mucho en un comedor en el colegio porque trabaja en las horas que está mi hermana (Inés) en el colegio así nos puede ir a buscar. Nunca nos fuimos de vacaciones y sus vacaciones era venir conmigo a las carreras. No descansaron y me acompañaron”.
Sobre por qué eligió correr con bandera argentina, explica que “desde mis primeras carreras que me dieron la elección de correr con bandera española o argentina tuve bien en claro de que quería correr representando a la Argentina porque me siento más representado por el país de mi padre por todo el esfuerzo que el hizo y siempre me gustó tenerlo a él arriba”. La correspondencia a Marcelo se ve en el número que usa para correr, el 73: “Empecé corriendo con el 28 por el día de mi nacimiento. Cuando llegué a la Red Bull otro piloto tenía ese número y agarré el 73 por el año de nacimiento de mi padre y tenerlo bien alto”.
No ve la hora de pisar suelo argentino y poder conocer de primera mano ese lugar que le contó su padre. “No tuve la oportunidad de viajar a la Argentina porque mi familia es trabajadora y todo el dinero que se juntó es para las motos porque es un deporte muy caro. Estoy súper contento que mi primer viaje a la Argentina va a ser por las motos en Termas de Río Hondo”, confiesa. Con él, espera poder viajar su padre, quien por un tema económico solo pudo retornar una vez a la Argentina y fue por el casamiento de su hermano. “Tengo muchísimas ganas de estar allí y todavía no asimilé que el año que viene voy a competir en el Campeonato Mundial. Será un sueño hecho realidad. Ver a todo el público argentino será muy emocionante”, subraya Valentín.
El fervor con la gente ya lo siente al punto que “ya vi en Instagram que en solo un día subieron 8.000 seguidores. Tengo muchos más ‘me gusta’, más gente escribiendo en las redes sociales. No puedo imaginar cómo va a estar Termas”.
Luego de terminar tercero en el campeonato de la Rookie Cup, en 2025 debutará en Moto3 y correrá con una KTM del equipo Tech 3 Racing del que se muestra agradecido por “por bancarme y hacer esto posible. De poder llegar al Mundial y representar a la Argentina es el sueño que tuve desde muy chiquito. Es la meta de cualquier piloto. Hay que aprovechar la oportunidad”.
Sobre sus expectativas anticipa que “si bien mi equipo es competitivo, no me quiero poner un objetivo como conseguir una posición sino mejorar carrera tras carrera. Quiero tener una buena y rápida adaptación. En la Red Bull tuve el objetivo de estar entre los diez y al final me sorprendí”.
La categoría Moto3 es la segunda promocional del MotoGP y Valentín asevera que “es súper complicada porque todos son muy rápidos y muy buenos. Tuve la suerte de subir al Mundial con uno de los mejores equipos. Hay KTM, Husqvarna, Gas Gas, Honda y todos los motores son iguales, 250 cm3. Será un año muy complicado. Es muy peleada porque no hay mucha potencia y son pocas vueltas. Se dan los pelotones en el grupo. Son muy peladas y las disfruto mucho cuando veo sus carreras”.
Destaca que el haber estado focalizado le ayudó a llegar a cúspide de las dos ruedas a nivel de pista: “Yo me entreno mucho y siempre me ayudó tener un objetivo enfrente. Nunca tuve distracciones por otras cosas, siempre fue fueron las motos. Acá tenemos la suerte de que hay muchas escuelas y circuitos cerca. Italia también es un país que tiene pilotos rápidos y buenos”. También fue clave la llegada en 2021 de su representante, Sergio Mora, “que tiene la escuela y me permite hacer la pretemporada con pilotos asiáticos en Malasia”.
Por su tierra catalana admira a Lionel Messi, pero también apunta a otros referentes argentinos como “Bizarrap y Duki me gustan mucho. Son tres referentes argentinos, al igual que Franco Colapinto que está logrando muy buenos resultados en la Fórmula 1″.
Tan argentino se siente que revela que es “hincha de River Plate desde muy chico y es una cancha la que me gustaría visitar. Mi papá hace buenos asados así que estoy acostumbrado. Cuando viaje a Termas intentaré estar lo máximo en Argentina”.
Cuenta que en su tiempo libre “antes me gustaba patinar y luego lo dejé. Ahora no tengo ningún hobby. Ahora entrenar con la bici, natación que me gusta mucho, pero todo lo relacionado a entrenar”.
El motociclismo tiene una gran tradición en la Argentina, que tuvo exponentes que ganaron en el Campeonato Mundial de Velocidad, como Juan Carlos Salatino en 1960 (fecha sin puntos), Jorge Kissling en 1961 y Benedicto Caldarella, en 1962, los tres 500 cm3 (actual MotoGP) en Buenos Aires. Se suman las siete victorias del rafaelino Sebastián Porto, subcampeón mundial de 250 cm3 en 2004. Desde 2022 que no hay un argentino en el certamen ecuménico, con Gabriel Rodrigo (también nacido en España e hijo de argentinos), quien llegó al Moto2, pero se retiró a los 25 años porque consideró que era una actividad muy peligrosa.
En tanto que en esta disciplina los ejemplos a seguir para Perrone son “Aleix Espargaró, por cómo encaró todos sus problemas ya que siempre ha estado luchando. Es alguien que se destaca en el deporte en general. Como pilotos, Marc Márquez y Jorge Martín siempre me han gustado mucho. Me gustaría algún día ser como ellos y pelear por un título mundial”.
El deporte de las dos ruedas tiene la particularidad que cuando un corredor se cae lo primero que hace es mirar hacia donde está la moto o buscarla. Puede haber sufrido una grave lesión, quizá no pueda pararse, pero el ver su moto pueden ser segundos que duran horas para los protagonistas. Perrone explica este fenómeno: “Siempre quieres ganar. Cuando te caes no piensas en otra cosa que levantarte y ganar”.
Respecto del peligro, confiesa que “no tengo miedo, si lo tienes no avanzas ni puedes ir más rápido. Si que te quedas pensando en una curva cada vez que pasas por ahí te quedas pensando en ello. La mayoría de los pilotos no tienen miedo, te caes, te levantas y sigues. No piensas en golpes ni fracturas. También tuve suerte de que no soy mucho de caerme”.
En una actividad de alto riesgo es vital el factor psicológico y trabaja con un coach mental para atravesar las problemáticas que se dan en una competencia. Pero el estar arriba de una moto lo es todo para él: “Al final hay motivos por los que no sale el tiempo o no consigues una posición que quieres. Yo siempre me refugié en mi equipo, buscar solucionar los problemas, cómo me siento yo, tratar de comprender a la moto y cómo se siente en un determinado circuito. Siempre intento estar lo más cómodo arriba de la moto y ser uno con ella”.
“El motociclismo es mi vida. Por lo que he luchado siempre y por lo que seguiré luchando. No tengo otro objetivo que no sea estar arriba de una moto. Es un sueño poder llegar a Moto3 llegando desde tan abajo y con tan pocos recursos. Arriba de la moto siempre estoy feliz y alegre. Si tengo algún problema externo se me pasa cuando estoy arriba de la moto. Es como un despeje, me siento libre arriba de la moto”, admite.
Y revela que tiene dos sueños: “Uno llegar a MotoGP y el otro es ser campeón del mundo, sea en Moto3, Moto 2 o MotoGP”. En la búsqueda de ese objetivo Valentín Perrone ya dio un paso y el año próximo debutará en el Campeonato Mundial de Motociclismo de Velocidad. Llegará a la élite de las ruedas sobre pista que además lo llevará a conocer el país de su padre y que tanto quiere, la Argentina.
Agradecimiento: Jorge Magistris / Corazón de F1