Chiquito Romero volvió a pedir disculpas y anticipó que continuará en Boca Juniors

El arquero de 37 años brindó una entrevista al canal oficial del club luego de enfrentarse con un fanático tras la derrota en el Superclásico

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Chiquito Romero habló tras la sanción que le aplicó Boca

Una de las escenas más impactantes de la derrota de Boca Juniors ante River Plate en la Bombonera tuvo a Sergio Romero como protagonista. Tras la caída en el Superclásico, y mientras se dirigía a los vestuarios, el arquero se enfrentó con un fanático que estaba en la platea en un tenso cara a cara que le significó incluso una contravención a Chiquito.

Si bien pidió disculpas ante los medios apenas se retiraba del estadio, el futbolista de 37 años volvió a dar una entrevista al canal oficial del Xeneize para referirse a lo ocurrido: “Quiero expresar lo arrepentido que estoy de la situación que vivimos en ese momento. Uno es profesional y tiene que saber que hay que estar frío, bajar los humos y la temperatura del partido e irse al vestuario para comenzar a pensar lo que pasó en la cancha y en lo que viene”. Vale mencionar que el misionero fue sancionado con una multa económica y dos partidos sin jugar por su actitud ante los hinchas.

Y agregó: “Lamentablemente no pude controlar ese momento, estaba demasiado enojado. Estaba enojado con el árbitro porque para mí en la última jugada había sido gol para nosotros. Que teníamos la chance por lo menos de sacar el partido adelante, de no perderlo. No me aguanté el momento y tuve una reacción horrible, fea, por la cual después también le tuve que pedir disculpas al hincha, al club, al presidente, a mis compañeros y a todos. Y obviamente a mi familia por el hecho de que ellos, en gran parte, son hinchas de Boca, y aman estar dentro de la Bombonera, aman ir a ver a Boca. Cuando llegué a ver a mi hija, la más grande, estaba llorando, porque es hincha enferma de Boca. Vuelvo a expresar lo arrepentido que estoy, las disculpas por le momento vivido, por lo que pasó y tratar de tirar para adelante para salir de esta situación y que a Boca le vaya bien”.

Romero reveló que tuvo una reunión con el Consejo de Fútbol después del último entrenamiento en la que le comunicaron la sanción de dos partidos: “Uno es profesional y entiende que cuando sucede un acto de esta magnitud, tiene que haber una sanción para que no se repita y no se crea que todo es libre. También hablamos del partido y del momento en sí, que entre todos hay que poner de cada uno para sacar al equipo adelante”. En tanto, apuntó que él fue quien le pidió al Chelo Delgado, Chicho Serna y Claudio Freire (encargado de prensa) de dialogar con los periodistas luego del partido: “Me habían dicho que ya estaba, que no pasaba nada, pero yo necesitaba expresarme porque no lo pasé por alto que me equivoqué”.

Soy un agradecido al presidente (Juan Román Riquelme), al hincha y no me olvido cuando me aplaudieron y cuando me silbaron, tengo memoria para todas las cosas. Trabajo día a día para llegar al fin de semana y que no me conviertan goles. El otro día estaba tan caliente que me corrió sangre y conteste, no pude carburar con mi cabeza. Las disculpas están, si son aceptadas o no, lo veremos con el paso del tiempo. Yo seguiré transpirando esta camiseta para que a Boca le vaya bien, tanto en los entrenamientos como cuando me toque volver a jugar. Trataré de que al club le vaya bien, que a lo que yo vine a este club es a salir campeón”, amplió.

Más tarde, detalló qué fue lo que dialogó con el juez Nicolás Ramírez: “Me acerqué a preguntarle por qué había anulado el gol. Lo primero que le salió decirme es que ningún gol puede ser hecho con la mano. Ahí llega Diego (Martínez) y habla de unificar criterios, porque sabíamos lo que había pasado (por el gol convalidado a River ante Atlético Tucumán con mano previa de Miguel Borja). Lo estábamos viendo en vivo a ese partido y la cámara mostró que la pelota daba en la mano y se cobró gol”.

El momento en que Chiquito Romero increpó a un plateísta de Boca (Fotobaires)
El momento en que Chiquito Romero increpó a un plateísta de Boca (Fotobaires)

Además, confió: “Le dije que si esa mano era en mitad de cancha, la jugada continuaba. Milton (Giménez) se cae, le pega la pelota en la espalda y entra al arco, pero previo a esto hay un tremendo pisotón del arquero al pie de Milton y una patada con la otra pierna. Todo eso se le pasó por alto. Pero él (Nicolás Ramírez) estaba cerrado con que lo que había visto en la cámara era que había sido mano y anulaba el gol”. Y sumó sobre las revisiones en el VAR: “Es muy chocante para el árbitro que lo que primero te muestren sea una imagen congelada con la pelota tocando la cara y la mano. Te está marcando una situación que vos no viste. Si vos ves la jugada completa, lo ves con otros ojos. El gesto te lleva a poner la mano arriba, por querer meter el pie”.

Dentro de su crítica al arbitraje, disparó: “Estaba cerrado en que no era gol. De hecho cuando lo echa a Edi (Cavani) le dice que no le falte el respeto cuando él le estaba hablando bien. Son un montón de situaciones que la verdad que son raras, pero en este club nos acostumbramos a que sean siempre en contra nuestra”.

· EL CLIMA EN LA BOMBONERA

“Fue una fiesta a pesar del gol en contra en el primer tiempo. Vivir un clásico adentro de la Bombonera es una cosa aparte. En el Monumental no se da de la misma manera. La gente empuja, está, canta y alienta. Por eso estoy apenado. Me termina apenando mi situación en el club o en el clásico. Tener un público que aunque esté perdiendo o hayas perdido, alienta, apoya o está, y que va a estar en el próximo partido llenando la cancha contra Argentinos Juniors, eso es Boca. Lo escuché toda mi vida estando afuera. Es fiesta y carnaval, es lo que fue el sábado contra River”.

· LA INTERNA FAMILIAR

“Mi mujer es el sostén. Muchas veces la que baja mi cabeza a tierra cuando nosotros no conseguimos los resultados. En el fútbol tenemos revancha cada fin de semana, pero lamentablemente soy alguien que tiene sangre en el cuerpo que le corre y al que le duele cuando al equipo no le va bien. Mi hija más grande vivió toda su vida afuera y lo primero que pisó cuando llegó a Argentina fue la Bombonera y se hizo hincha de Boca. No conocía a los clubes de acá, hoy sufre, llora y se pone triste por Boca. Su cabeza pasó de sufrir jugando al tenis a hacerlo también cuando a Boca no le va bien. En mi casa el otro día tenían cara de culo porque varios son hinchas de Boca y puse la cara delante de ellos. Les dije que me equivoqué, que esas cosas no se hacen, que el fútbol es otra cosa, que está la pasión y el sentimiento, pero no la otra parte de generar problemas y tumulto que es lo que hice yo. Que entiendan que ir a la cancha es disfrutar 90 minutos de fútbol y, si hay que cantar, se canta. Después se vuelve a casa con la cabeza fría. Lamentablemente no me pasó a mí, pero les pido disculpas a todos”.

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