El equipo argentino femenino logró un hecho histórico, al obtener su mejor marca en una Olimpíada de ajedrez. El representativo nacional, integrado por Candela Francisco (18 años), María José Campos (25), Anapaola Borda (20), Claudia Amura (54) y Belén Sarquis (36), bajo la dirección de su capitán, el maestro internacional argentino Sebastián Iermito logró en la 45ª Olimpíada de Ajedrez, que se llevó a cabo en Budapest, la mejor marca en el historial de esta competencia. Después de once intensas jornadas, las jugadoras argentinas -preclasificadas 26ª- compartieron junto a seis naciones el 7° lugar de la tabla general entre 170 países participantes. Argentina se ubicó junto a China, Ucrania, Polonia, Bulgaria y Uzbekistán, todas con 14 puntos sobre 22 posibles. El sistema de desempate (la suma de los puntos de los tableros individuales) dejó al seleccionado nacional en el 11° lugar.
Así, el ajedrez femenino argentino finalizó como el mejor equipo de Sudamérica y segundo del continente detrás de los Estados Unidos, que obtuvo la medalla de bronce. Toda una hazaña
“Deseo que después de lo sucedido en Budapest, se le dé más importancia al ajedrez femenino en Argentina; que se pueda conseguir la ayuda económica necesaria para armar un proyecto a largo plazo. Como entrenador comencé mi trabajo hace tres meses, con clases individuales y grupales, pero las grandes potencias ya están trabajando con vista a la próxima olimpíada en Uzbekistán en 2026. Creo que las chicas estuvieron bárbaras y se merecen ese apoyo. Lo demostraron”, le dijo a Infobae el joven Sebastián Iermito, con voz sonriente y durante la ceremonia de cierre de la competencia en el Centro Deportivo y de Conferencias Bok Center, en la capital húngara.
“Estoy muy contenta; muy feliz por las actuaciones de las chicas y por los resultados del grupo. Fuimos una gran familia”, le contó telefónicamente a este medio, Claudia Amura, la mejor ajedrecista argentina en el historial de este juego y que en Budapest igualó el récord de mayores representaciones olímpicas (en once ocasiones), junto a Miguel Najdorf, Oscar Panno y Pablo Ricardi. Y agregó: “Yo no jugué tanto, porque las veía con tantas ganas y dedicación y logrando triunfos importantes que me pareció que era mejor dejar mi lugar y acompañarlas. Ellas se lo merecen, tienen un gran talento, pero también trabajaron duro. Casi no salían de la habitación porque constantemente se preocupaban en la preparación de las partidas y el estudio del juego de sus rivales”.
“Ojalá esto sea sólo el principio. Estoy feliz y emocionada por lo que alcancé y por el trabajo de todo el equipo. Lo realizado en Budapest fue histórico”, le confió a Infobae, María José Campos, la actual campeona argentina.
Durante las once ruedas del certamen, las chicas argentinas hilvanaron 7 victorias: Marruecos (4 a 0), Venezuela (4 a 0), y Finlandia (3 a 1), Escocia (3,5 a 0,5), Bangladesh (3 a 1), Malasia (3,5 a 0,5) y Serbia (2,5 a 1,5). Sumaron 2 empates: (2 a 2, ante Alemania y Azerbaiyán) y sufrieron 2 derrotas: España (3,5 a 0,5) y Filipinas (2,5 a 1,5).
En cuanto a las actuaciones individuales, Candela Francisco, que es auspiciada por la empresa Emova -Concesionario de la red de subte porteño- como defensora del 1er tablero (allí están los mejores representantes de cada país) totalizó 7 puntos en 11 partidas. María José Campos y Anapaola Borda, en el 2do y 3er tablero, respectivamente, también sumaron 7 puntos, pero en 10 partidas. Claudia Amura jugó sólo 4 partidas y logró el 50% de los puntos. Mientras que Belén Sarquis, que disputó 9 partidas y sumó 6,5 puntos fue premiada como la 11ª mejor jugadora suplente del certamen.
“Toda la delegación está contenta; nuestro seleccionado femenino alcanzó un resultado importante ubicándose entre la élite mundial. Por eso vamos a prepararnos para Taskent (Uzbekistán) 2026, con más torneos y más entrenamientos; no hay otro secreto. Hay muchas jugadoras jóvenes con condiciones de ser olímpicas y con ganas de vestir la camiseta nacional. También quisiera destacar el gran trabajo de todo el cuerpo técnico y la actuación ejemplar de la delegación que demostró gran sacrificio, garra y humildad” le dijo a Infobae, Mario Petrucci, Director Ejecutivo de la Federación Argentina de Ajedrez (FADA) que recibió el premio FIDE Awards, de manos del presidente Arkady Dvorkovich en reconocimiento a su trabajo en los Juegos Odesur con la incorporación del ajedrez en el calendario olímpico.
Hace 100 años, en París, en 1924, junto al nacimiento de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE, según el acrónimo francés), fue creada esta competencia, por entonces exclusiva sólo para hombres, bajo el nombre de Copa de Naciones. Ese año se disputó de manera oficiosa, y a partir de 1927 se jugó de forma oficial. La Argentina socia fundadora de la entidad madre de esta actividad fue sede en dos ocasiones de esta prueba: en 1939 (en el Teatro Politeama) y en 1978 (en el estadio de River Plate). A partir de 1957, en Países Bajos (en la ciudad de Emmen) se organizó la 1ª olimpíada femenina que ya sumó 30 ediciones. Hubo siete certámenes: Emmen 1957, Split 1963, Oberhausen 1966, Lublin 1969, Skopje 1972, Medellín 1974 y Ereván 1996, que las ajedrecistas argentinas faltaron a la cita. Hasta hoy, sus mejores actuaciones habían sucedido en La Valeta (Malta), en 1980, con un 10° lugar entre 30 países participantes, y Salónica (Grecia) 1984 que compartió el 8° puesto (14ª por sistema) entre 51 naciones inscriptas. La actuación en Budapest considerando la cantidad de participantes y el puesto de arranque en la preclasificación se trató, sin dudas, de una tarea descomunal.
Por su parte el equipo de varones: con los grandes maestros Fernando Peralta, Leandro Krysa, Rubén Felgaer, Diego Flores y Tomás Sosa -que condujo el gran maestro Robert Hungaski -en las últimas tres ruedas delegó esa función a la nueva estrella argentina, el niño Faustino Oro, de 10 años, convirtiéndose así en el capitán más joven de un equipo en una olimpíada de ajedrez-, tuvo un aceptable desempeño pese a que no superó las expectativas. Ganó los duelos frente a rivales inferiores y cayó ante sus adversarios más poderosos. Preclasificado 33°, compartió el 25° lugar junto a 16 países (entre ellos Vietnam, Irán, Bulgaria y Croacia), todos con 14 puntos. Tras el sistema de desempate, con la suma de las actuaciones individuales, Argentina se ubicó en el 37° lugar.
En síntesis, ganó 7 matches: Isla de Man (3,5 a 0,5), Nueva Zelanda (2,5 a 1,5), Bolivia (3,5 a 0,5), Albania (2,5 a 1,5), Finlandia (3,5 a 0,5), Estonia (3 a 1) y Paraguay (2,5 a 1,5). Y perdió 4: frente a Polonia, EE.UU., Ucrania y Alemania (todos por el mismo resultado, 3 a 1).
Más allá del análisis de las actuaciones individuales también sucedió un hecho no menor; el maestro Rubén Felgaer (el jugador con mejor ranking del equipo argentino) se vio obligado a abandonar la competencia por cuestiones de salud, después de haber disputado sólo dos partidas. De regreso al país fue diagnosticado de neumonía. Como consecuencia de ello, el conjunto nacional estuvo obligado a jugar el certamen sin posibilidades de recambio (sin suplente), lo que le facilitó la tarea a sus rivales que conocían de antemano la formación argentina y eliminando así cualquier factor sorpresa en la alineación del equipo. No obstante, Diego Flores (N°12) y Tomás Sosa (N°9) fueron premiados entre los mejores defensores del 4to y 5to tablero en esta olimpíada. Flores cosechó 6,5 puntos en 10 juegos y Sosa, 8 en 11, respectivamente. En tanto, en las dos primeras mesas, Peralta logró 4,5 puntos en 11 partidas y Leandro Krysa, 5,5 en 10.
Las delegaciones argentinas también disfrutaron el mérito alcanzado en conjunto con una destacada mención en el premio Copa Gaprindashvili (un tributo a la ex campeona mundial georgiana, de 83 años y conocida por su conflicto con la plataforma Netflix a raíz de la serie Gambito de Dama). La FIDE otorga este galardón al país que mayor puntaje obtiene en la suma de ambas categorías. Obviamente que India fue la ganadora, pero Argentina se ubicó en el 22° lugar (igual que en la Olimpíada en Tromso 2014) entre 170 países. Repitiendo la mejor performance de los últimos 30 años de esta competencia.
En cuanto a la olimpíada finalizada en Budapest hay que mencionar el contundente dominio actual de India en ambas categorías. En la sección Absoluta (equipos con la posibilidad de ser integrados por ajedrecistas masculinos y femeninos), India fue líder, invicto (10 matches ganados y uno empatado) con 21 puntos. La medalla de plata fue para los Estados Unidos y la de bronce para Uzbekistán, ambos con 17 unidades. En la prueba de mujeres, India también finalizó 1ª, con 19 puntos, seguida por Kazajstán, con 18 y EE.UU., 17.
Además, sobre el gran momento de los ajedrecistas indios, vale mencionar que el joven gran maestro D. Gukesh, de 18 años, a partir del 20 de noviembre próximo desafiará al chino Ding Liren, en el match por el título mundial que se llevará a cabo en Singapur. El indio es ampliamente favorito para ese duelo.
Anoche se llevó a cabo la ceremonia de cierre y entrega de premios; la Olimpíada de Budapest 2024 ya es un recuerdo. La próxima cita será en Taskent 2026, en Uzbekistán; un punto geográfico con pasado, presente y futuro en el mundo del ajedrez.