Fue campeón con River y se destacó en Boca: el Vasco Olarticoechea repasa su carrera y analiza el Superclásico

El campeón del mundo con la Selección supo lucir las camisetas de los dos más grandes de la Argentina. El recuerdo de su paso por Núñez y el Xeneize y lo que se viene el sábado

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El Vasco con la camiseta de River Plate
El Vasco con la camiseta de River Plate

Jugar en Boca Juniors y River Plate es un privilegio que pocos pudieron tener a lo largo de la historia. Apenas son 101 los nombres poseedores de esa dicha. Algunos brillaron más con la camiseta xeneize y otros con la banda roja cruzada en el pecho. La minoría dejó su marca heroica con ambas casacas. Uno de ellos fue Julio Jorge Olarticoechea, quién llegó a Nuñez en 1981, año que se consagró campeón de la mano de Alfredo Di Stéfano.

El hombre de Saladillo, de 65 años, debutó el 27 de septiembre de ese año justamente frente a Boca, en La Bombonera, partido que terminó ganando la visita por 3-2, en uno de mejores superclásicos de la historia. “En mi época, River tenía otra exigencia, porque había que ganar y jugar lindo. Hoy, cambió un poco. Hay que ganar y no tanto jugar lindo ni hacerlo bien. Luego de que River pasó por el descenso, el público de River cambió un poco la cabeza, y ahora es ganar y si se puede jugar lindo, mejor, sino con ganar alcanza”, remarca el ex lateral izquierdo.

De Núñez pasó a la Boca sin escalas. Con la camiseta Azul y Oro tuvo uno de los mejores momentos de su carrera
De Núñez pasó a la Boca sin escalas. Con la camiseta Azul y Oro tuvo uno de los mejores momentos de su carrera

En Núñez, el Vasco Olarticoechea se mantuvo durante cuatro temporadas, antes de pasar al clásico rival de los millonarios. En 1985, se puso la casaca Azul y Oro durante un año y medio. Allí, el técnico de turno, La Saeta Rubia, a quién había tenido en el Millonario, lo ratificó como volante central, posición que el jugador prefería desempeñar. “Fue uno de los mejores momentos de mi carrera”, reconoce el ex futbolista y actual entrenador.

Luego de su paso por Boca, el Vasco se fue al Nantes de Francia junto a Jorge Burruchaga. Después de un año, pasó por Argentinos Juniors, previo a retirarse con la camiseta de Racing, club que lo vio nacer futbolísticamente. Olarticoechea jugó como profesional durante 17 temporadas, tiene tres mundiales en su espalda -participó en España 82, fue campeón en México 86 y subcampeón en Italia 90- pero vive como un tipo común por las calles de Saladillo, situada a 180 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Olarticoechea es el tercero de la fila de arriba, entre Jorge García y el Tolo Gallego. La foto es el año 1983
Olarticoechea es el tercero de la fila de arriba, entre Jorge García y el Tolo Gallego. La foto es el año 1983

Tras colgar los botines, se puso el buzo de entrenador. Dirigió a la selección argentina Femenina en 2015 y a la Sub-23 juvenil en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 16. A su vez, comandó a equipos locales, como Deportivo Mandiyú, y clubes internacionales. Por este motivo, el Vasco analiza el Superclásico que se jugará el próximo sábado por la fecha 15 de la Liga Profesional desde su rol de DT. “Boca tiene más presión que River, por como viene. Además, la espalda de Gallardo es más sólida que la de Martínez que no la está pasando bien”, sentencia en diálogo con Infobae.

- ¿Qué es de tu vida, Julio?

- Volví a Saladillo, después de tanto tiempo en el fútbol. Regresé a vivir a mi ciudad natal. Viajo de vez en cuando para dar alguna charla o presenciar algún evento. Soy embajador deportivo de Conmebol y cuando me convocan, doy charlas de lo que he recogido en mis 20 años de fútbol. Eso se lo agradezco a Nery Pumpido, que trabaja en Conmebol. La pasamos muy bien con ex jugadores y técnicos de primer nivel. Así que aprovechó esos eventos para reencontrarme con ex compañeros, también.

- ¿Seguís ligado al fútbol de alguna manera?

- Sí, cuando doy charlas. Cuando no, me quedo en casa con mi hija y la ayudo en su pastelería, haciéndole mandados. Además, paso tiempo con mi nieta, llevándola al jardín o cuidándola cuando su mamá trabaja. También, me junto con amigos a tomar un café. Luego de la pandemia, la vida me cambió un poco y me acostumbré a estar un poco más encerrado. Si salís mucho, y con todos los problemas que hay en nuestro país, hablas siempre de lo mismo y no está bueno que eso pase, por eso decido no salir tanto.

El Vasco con la camiseta de Boca. Es el primero de la fila de abajo, apoyando su mano sobre el hombro de Irazoqui
El Vasco con la camiseta de Boca. Es el primero de la fila de abajo, apoyando su mano sobre el hombro de Irazoqui

- ¿Qué equipo te gusta más del fútbol argentino?

-Miro mucho fútbol los fines de semana, desde la Primera División hasta el Nacional B. Si los partidos me atraen, los miro por completo, para evitar los noticieros porque te amargas con todo lo que ves. En cuanto a los equipos, son muy irregulares. Me gusta ver a Vélez Sarsfield, y veremos si Marcelo Gallardo le encuentra el juego que River tuvo hace unos años bajo su mandato. Me gusta Racing con altibajos, pero cuenta con muy buenos jugadores. Por ahí, no dan esa confianza de partido tras partido, son irregulares, pero de vez en cuando se ven buenos partidos. Hay equipos que atacan con entrenadores que llevan a cabo esa idea y siempre atacar fue mi fuerte, así que esta bueno tener esa filosofía.

- Se viene el Superclásico,¿qué análisis hacés en la previa?

- Es difícil dar un diagnóstico porque viene uno mejor que otro, y son partidos muy distintos al resto. Se juega poco y se piensa mucho. Entonces, tal vez salen partidos apretados y no tan lindos como deberían ser. Hay tanta presión para los entrenadores que eso genera que un equipo u otro no rindan lo esperado. Pero uno siempre está pendiente de los clásicos y no dejan de ser emocionantes, más allá de que jueguen bien o mal.

- ¿Qué equipo llega con más presión al Superclásico?

- Boca tiene más presión que River por como viene. Además, la espalda de Gallardo es más sólida que la de Martínez en Boca que no la está pasando bien. En Boca se requiere ganar cada partido. Ahora se le está complicando un poco, pero aprecio a su director técnico porque me parece un tipo muy serio y laburador.

El campeón del mundo de 1986. El Vasco aparece arriba, entre Cuciuffo y Pumpido (Foto Bongarts/Getty Images)
El campeón del mundo de 1986. El Vasco aparece arriba, entre Cuciuffo y Pumpido (Foto Bongarts/Getty Images)

- ¿Para River será un partido más o le dará la importancia que le podría dar Boca?

- River está jugando la Copa Libertadores y se le viene el Superclásico. No es fácil estar en dos campeonatos importantes al mismo tiempo, pero tiene jugadores y recambio para disputar ambos torneos. Así que eso no sería un problema.

- ¿Cómo se dio tu llegada a River Plate?

- A los 17 años debuté en Racing Club. En 1981 pasé a River Plate y salimos campeones. Hice uno de los goles de la final contra Ferro Carril Oeste, y fue muy rápido el traspaso. Pero son desafíos que te presenta el fútbol y los acepté. Me fue bien el primer año en River y luego tuve la temporada 83 que fue muy mala cuando nos agarró Carlos Salvador Bilardo y hacíamos doble turno. Fue mi peor año, porque Bilardo te sacaba todo y llegaba al domingo con poca energía, que era lo que yo más podía dar partido a partido. Porque si no tenía energía, no podía desarrollar mi juego, así que me costó mucho la temporada 83/84.

- ¿Se notó el cambio de River a Boca?

- Son iguales. Tienen la misma presión que se genera en las inferiores que tenés que ganar, ganar y ganar porque son equipos grandes. Te vas haciendo un poco a esa presión y cuando llegas a Primera, ya estás curtido. Pero fue un desafío cambiar de camisetas y demostrar que podés estar a la altura. En la temporada 1983/84 tanto River como Boca estaban muy mal y resurgieron un año después, cuando se encaminaron. A raíz de eso, no tuvimos grandes problemas económicos.

Luego del retiro, Olarticoechea se dedicó a la dirección técnica (Foto NA: Juan Vargas)
Luego del retiro, Olarticoechea se dedicó a la dirección técnica (Foto NA: Juan Vargas)

- ¿Con qué te encontraste en tu llegada a River?

- Había tremendos jugadores. Justo llegó Mario Alberto Kempes y se habían armado prácticamente dos equipos. Llegué en mi Renault 18 y empecé a ver todos BMW (risas). Era otro mundo, y me adapté enseguida. River tenía otra presión porque había que ganar y jugar lindo. Hoy, cambió un poco eso. Hay que ganar y no tanto jugar lindo ni bien. Luego de que River pasó por el descenso, el público millonario cambió un poco la cabeza y pretende ganar y si se puede jugar lindo, mejor, pero con ganar alcanza. Aunque con Gallardo en su primera etapa lograron todo y fue espectacular.

- ¿Por qué dejaste River para pasar a Boca?

- Cuando pasé de River a Boca fue un desafío profesional. Es decir, había llegado Héctor Bambino Veira a River, se lesionó el Tolo Gallego y pasé a jugar de volante central. Disputé cuatro partidos y me encantó. Dije ‘este es mi puesto’. Entonces, en el momento que se hace el famoso traspaso de Ricardo Gareca y Oscar Ruggeri a River, el presidente de ese entonces, Hugo Santilli, hizo una lista de posibles salidas, me llamó y me dijo: ‘¿Queres jugar de lateral por la izquierda’”

- ¿Qué le respondiste?

- Le dije ‘no, quiero jugar de 5′. Entonces, me fui de River a Boca que nos eligió a Carlos Tapia y a mí como refuerzos. Las presiones son las mismas, y la gente te exige ganar todos los partidos. Pero me salió bien, porque dejé de jugar de 3 en River y pasé al mediocampo de Boca. Así que fue un año y medio espectacular en Boca.

- ¿Eso generó que Bilardo te cite nuevamente a la selección argentina?

- Sí, por el rendimiento que estaba teniendo. Bilardo volvió a convocarme porque yo había renunciado a la selección en 1984. Entonces, era difícil que Bilardo volviera a llamarme. Pero fue muy positivo mi paso por Boca, me vio bien y el llamado fue por eso.

- ¿Qué recordás de aquel superclásico de Copa Libertadores 86?

- Empatamos 1-1, y luego River se consagró campeón de la Libertadores 86 y de la Intercontinental 86. Se lo merecía porque tenía un equipazo de la mano de Veira. Conocía a varios de los jugadores que con quienes compartí plantel. Yo lo sufrí porque había pasado por River y sabía del sentimiento del hincha millonario, como todo jugador que pasa por un club. Yo me encariñé con el público de todos los clubes donde jugué, ya que a veces los dirigentes dejan mucho que desear.

Con la camiseta de la Selección fue campeón y subcampeón del mundo
Con la camiseta de la Selección fue campeón y subcampeón del mundo

- ¿Quién te dirigió en Boca?

- Al inicio Alfredo Di Stéfano. En la primera charla que tuve con él, a quién había tenido en River en 1981 y nos consagramos campeones, le dije: ‘Miré Alfredo, me fui de River para jugar en Boca porque quiero jugar de 5′. Él me respondió que sí, que iba a jugar de volante central, porque me tenía confianza. Y luego lo tuve a Mario Zanabria, un crack como entrenador, pero más como persona.

- ¿Por qué te fuiste del Xeneize?

- Luego de ser campeón del mundo en 1986 con la selección argentina, surgió la posibilidad de continuar mi carrera en Europa. Me ofrecieron ir a Francia y no lo dude, porque la diferencia económica no era tan grande, era muy pareja, pero lo tomé como un nuevo desafío profesional. Como Francia me gustaba, me fui al Nantes junto a Jorge Burruchaga.

- ¿Tu paso por Boca fue el mejor momento de tu carrera?

- Fue uno de los mejores momentos de mi carrera. También, tuve otros momentos en Racing y en River. Pasa que jugué año y medio en Boca, pero lo hice muy bien. En cambio, en Racing estuve seis años y en River casi cuatro, pero con altibajos. Pero el tiempo que estuve en Boca, pasé a jugar de 5 y ese cambio salió muy bien.

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