El ex árbitro chileno Carlos Chandía sorprendió al contar una particular historia que tuvo como protagonista a Lionel Messi y que ocurrió en la semifinal de la Copa América de 2007, en Venezuela, donde la selección argentina goleó 3-0 a México para avanzar al decisivo encuentro frente a Brasil.
Durante una entrevista, Chandía, quien arbitró el cruce entre el equipo que dirigía Alfio Coco Basile y los mexicanos en Puerto Ordaz, recordó que le “perdonó” la segunda tarjeta amarilla a Messi y que a cambio del favor le pidió que le regalase su camiseta cuando finalizara el partido, algo a lo que La Pulga accedió y cumplió.
“Ocurre que Messi estaba con una tarjeta amarilla y yo había dado tres minutos de tiempo agregado. Argentina le iba ganando 3-0 a México y Messi, de la nada, peleando una pelota, se la lleva con la mano. Pero eso fue en mitad de cancha. No había ninguna posibilidad de un gol del equipo mexicano, ni nada por el estilo. Entonces, ¿qué ocurrió? Que yo le dije: ‘Bueno, esta jugada es amarilla, pero te va a costar la remera’”, relató el ex referí internacional.
Su respuesta generó más repreguntas de parte de los periodistas, que se sorprendieron ante tal revelación. Es que si Leo hubiese sido amonestado, se iba a perder la final de la Copa América ante Brasil (fue derrota 3-0 en Maracaibo). En ese entonces, el delantero que pertenecía al Barcelona tenía 17 años y venía siendo una de las figuras del seleccionado albiceleste, que tenía como portador de la camiseta N°10 a Juan Román Riquelme. Incluso, el rosarino había marcado uno de los goles ante México, con una excelsa definición de vaselina, por encima del arquero azteca.
“No le mostré la amarilla porque faltaban dos minutos y medio y estando 3-0, yo había dado tres minutos y era cortarle la posibilidad de jugar la final de la Copa América del 2007. Entonces, al final, esa tarjeta amarilla a mí me significó no arbitrar la final de la Copa América en Venezuela”, siguió Chandía contando que por no haber amonestado a Messi él se perdió la chance de seguir en carrera para arbitrar el partido decisivo.
Para culminar, Chandía contó que Messi cumplió con lo pactado y fue a llevarle su camiseta N° 18 al vestuario: “Me la fue a dejar al camarín después. Incluso se la quería sacar en la cancha. Le dije: ‘No, no, no, no...’ Y llegó al camarín con la camiseta nomás, me la llevó allá”.
Messi pudo jugar aquella final de la Copa América ante Brasil, pero el resultado para la Argentina no fue el más agradable, ya que el conjunto verdeamarelo no perdonó y se consagró campeón al ganar 3-0 con goles de Julio Baptista, Roberto Ayala (en contra) y Dani Alves. Fue la primera definición a nivel mayores en la que tropezó el hoy capitán de la Albiceleste. Luego se sumaron la final del Mundial 2010 y la de los certámenes continentales de 2015 y 2016. Las frustraciones se terminaron en Brasil 2021 y a partir de allí, bajo la tutela de Lionel Scaloni, el seleccionado edificó una era dorada que tuvo su clímax en la conquista de la Copa del Mundo disputada en Qatar en 2022.