Dos banderazos y apenas 18 cuadras de distancia: el punto de discordia en el operativo para el Boca-River

El Superclásico será custodiado con alrededor de 1800 agentes. Los detalles quedarán resueltos en una reunión a desarrollarse este jueves

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La Bombonera llena, en el
La Bombonera llena, en el último Boca-River disputado en el recinto (REUTERS/Cristina Sille)

Faltan menos de 72 horas para el Superclásico del sábado entre Boca y River y, por estas horas, lo que más llama la atención es que aún no esté oficializado el operativo de seguridad que se montará para semejante evento, teniendo en cuenta que habitualmente, cuando se juega en domingo, los martes por la tarde, tras la reunión del Comité de Seguridad de la Ciudad, se daban a conocer los partes policiales con la cantidad de efectivos y las distintas disposiciones para el ingreso de la parcialidad local. Pero si pasa eso es porque este año hay dos particularidades que no estaban contempladas antaño.

Por un lado, la Ciudad decidió reforzar las custodias de plazas y parques teniendo en cuenta que es 21 de septiembre, día de la Primavera, y se esperan multitudes de adolescentes en las calles, y en más de una oportunidad la presencia de los hombres de azul ha persuadido de peleas sobre todo en la zona de Palermo. Y, por el otro, tanto la hinchada de River como algunas peñas de Boca solicitaron permiso para hacer se modifica de la siguiente manera: como algunas agrupaciones de Boca y autoconvocados tienen pensado hacer un banderazo. Lo que no debería ser ningún problema salvo porque el equipo de Marcelo Gallardo estará concentrado en el hotel Hilton de Puerto Madero y el de Diego Martínez en la misma zona, en el Intercontinental. Entre uno y otro hay 18 cuadras y un dique de por medio, pero el temor a algún cruce siempre está y es eso lo que terminará de definirse este jueves por la mañana, en una reunión prevista para las 11.30.

El banderazo de River ya está hablado porque se armó con anticipación. Claro que tiene sus mañas: habitualmente lo impulsa la subcomisión del hincha, pero quien ha tomado protagonismo en los mismos es la barra. Es más, varios de Los Borrachos del Tablón fueron imputados por haber cortado la calle para meterse delante de los micros y por zarandear a la combi de los dirigentes en 2021. Esta vez prometen que todo será en paz y que sólo harán una manifestación de apoyo al team del Muñeco, pero que si les dicen que otra vez les hacen una causa, avisaron que no aparecerán. La Seguridad desconfía porque sabe que, en realidad, lo que busca la barra Millonaria es otra cosa: un golpe de efecto, dejarse ver para que la dirigencia afloje de una vez y haga alguna gestión grande para sacarlos definitivamente del derecho de admisión, que la mayoría tiene desde enero de 2019 por tiempo indeterminado.

Postal de un banderazo de
Postal de un banderazo de River antes de un Superclásico

El argumento va por dos vías: una legal, que no les pueden prohibir para siempre ingresar y que ya pasaron cinco años, que les den la oportunidad del regreso y que nunca más se portarán mal. El segundo es más de orden práctico: hoy están entrando a la cancha alrededor de 300 barras, ninguno con derecho de admisión. Unos 250 van a la Sívori baja y la cara más conocida es la de Matías Joel Sacco, también de la barra de Platense. Mientras que unos 50 asisten a la Centenario, son de la facción del Oeste como Sebastián Líder Barraza. Pero como supuestamente ninguno tiene verdadero don de mando y son delegados, los jefes piden ingresar para manejar a los que van sin insignias borrachas pero con todo su cancionero y hacerse responsables de sus conductas. Por ahora ese núcleo conformado por los hermanos Mauro y Leandro Ferreras (hoy, esa facción de Beccar es la que más gente tiene), Ariel el Pato Calvici (el que tiene más llegada a los gremios) y Alejandro el Zapatero Flores (el que maneja los contactos con políticos y policías) sigue afuera.

Por el lado de Boca, en cambio, no será la barra, sino autoconvocados los que tienen la idea de ir a alentar cuando el plantel se suba al micro y salga del Intercontinental rumbo a La Bombonera. Y si bien esto desalienta la chance de un conflicto, ahí el temor de la seguridad es la desconcentración de ambos bandos, en la que podría darse algún tipo de cruce. Negociar que unos se vuelvan por la Costanera Sur hacia Núñez y los otros vayan al estadio por Alem parece ser la solución más plausible y a la que probablemente se arribe. El tema también es la cantidad de efectivos que debe ubicarse no sólo en ambos hoteles, sino también en las calles aledañas, porque habrá un número que estará en zonas que no tienen que ver con el operativo del Súper, sino con la llegada de la primavera, por lo que quita oficiales. Ese punto también está bajo análisis. Lo que se estima es que serán alrededor de 1300 policías los que trabajarán, de los cuales 700 serán adicionales y 600 de orden del día, es decir los que el club no debe pagar. Después se sumarán agentes de tránsito, de alcoholemia, y sobre todo los de seguridad privada que pondrá Boca, por lo que sumado el total de gente dispuesta para que nada pase y todo sea una fiesta sería de 1800 personas.

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