Aquella decisión de Franco Colapinto de irse a vivir solo a Europa a los 14 años fue muy difícil para él y su familia. Los días en la fábrica de karting, CRG, forjaron la personalidad del actual piloto de Williams de Fórmula 1. A 11.000 kilómetros de distancia su madre, Andrea Trofimczuk, al otro lado del teléfono fue importante ya desde el cariño maternal y para acompañarlo con los quehaceres diarios.
“Uno va criando a sus hijos como cree que está bien, pero es como que no tenía las armas. De repente, para hacerse sus cosas, cocinarse, lavarse la ropa; o sea, no estaba preparado para eso. Y tuvo que aprender a los ponchazos”, contó Andrea en una entrevista con Campeones.
“Entonces para mí, del otro lado del teléfono, tener que explicarle cómo se lavaba una ropa interior o cómo se hacía unos fideos era bastante duro, porque me generaba mucha angustia. Sus 14 años fueron muy duros para todos, no solo para mí”, agregó.
Andrea y el padre de Franco, Aníbal Colapinto, viajaron cuando pudieron a visitarlo y, pese a tener lejos a su hijo, lo acompañaron en el camino HACIA ese sueño que hoy se hizo realidad. Pero el adolescente Franco tuvo la templanza necesaria para poder abordar esa época en la que inició su campaña internacional.
En una entrevista con Infobae, Andrea reconoció esas dificultades por la distancia familiar y lo ingrato que suele ser el automovilismo. “Hubo muchos momentos, porque es un deporte en el que se tienen más frustraciones que éxitos. El problema más grande era que estaba con poca contención familiar, si bien María y Jamie, y antes de eso, Emi y Romi, que fue la pareja con la estuvo viviendo un año y pico, supieron cómo llevarlo y contenerlo, la necesidad de la familia se notó en muchos momentos de su carrera”, afirmó.
“Hubo momentos feos y de frustración, también hubo buenos, pero con la ayuda de su psicólogo (Gustavo Ruiz) aprendió a compensar un poco mejor las frustraciones o los escollos que fue teniendo”, confesó. También explicó cómo atravesó el hecho de que Franco se haya radicado en Europa con 14 años por sus carreras de karting: “Fue duro porque es el primer hijo, siempre tuvimos una relación muy pegota. Fue difícil. Hubo necesidad de ayuda, de contención, porque es dura la separación”, destacó.
Andrea estuvo este fin de semana en Azerbaiyán y acompañó a su hijo quien pudo lograr sus primeros puntos en la Máxima. “No puedo parar de llorar. Es impresionante lo que hizo. Acá están todos en el aire”, le confió a este medio.
No era para menos su emoción. Luego de tanto sacrificio pudo vivir el momento más importante en la carrera de su hijo. Lo conseguido por Franco Colapinto cortó una sequía de 42 años sin que un argentino sume puntos en la Máxima. Más allá de su hito, la proyección que tiene lo invita a ilusionarse más allá de estas nueve carreras.