Irán conquistó una nueva medalla dorada en estos Juegos Paralímpicos de París de la mano del equipo masculino de voleibol sentado que tiene como gran atractivo la presencia del famoso Morteza Mehrzadselakjani, el atleta más alto de la cita con sus 2,46 metros.
El duelo definitorio los enfrentó con Bosnia y Herzegovina, pero de la mano de una actuación brillante de Morteza lograron imponerse 3-1 con parciales de 22-25, 30-28, 25-16 y 25-14 en un duelo que se extendió por más de una hora y media en el North Paris Arena.
Morteza fue el máximo anotador del partido con 27 puntos, 25 de ellos a través del ataque y los dos restantes desde el servicio. Detrás de él se ubicó su compañero de equipo Hossein Golestani (con 21) y luego el bosnio Ermin Jusufovic (16).
Irán había culminado en el primer lugar del Grupo B tras imponerse sobre Ucrania (3-0), Brasil (3-0) y Alemania (3-0), con Mehrzadselakjani aportando 3 puntos, 9 puntos y 5 puntos, respectivamente. Luego, en semifinales dejó afuera a Egipto con un 3-1 y allí el hombre de 2,46 metros colaboró con 13 puntos en lo que había sido hasta esta definición sus estadísticas más destacadas.
Estos números lo ubicaron como el séptimo máximo anotador del certamen con 57 anotaciones, detrás del bosnio Mirzet Duran (75), sus compatriotas Meisam Ali Pour (69) y Hossein Golestani (65), el egipcio Hesham Elshwik (64), el bosnio Ermin Jusufovic (63) y el alemán Heiko Wiesenthal (60).
Esta medalla se unirá ahora a sus otras consagraciones paralímpicas en Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020, cuando también se consagró campeón tras imponerse sobre Bosnia y Herzegovina y Rusia en las finales, respectivamente. Pero además también estuvo en el plantel iraní que fue campeón en los Mundiales de la disciplina en la ciudad bosnia de Saravejo del 2022 y en la sede neerlandesa de Arnhem en 2018.
El deportista que debutó en su selección en 2016 fue destacado en esos campeonatos como el mejor atacante del Mundial 2022 y el MVP de los Juegos de Tokio. Estos Juegos ya lo habían tenido en las portadas de los medios del mundo cuando se conoció que el segundo hombre más alto del mundo (después del turco Sultan Kösen de 2,51m), debido a su estatura, se vio obligado a dormir en el suelo, a diferencia de los pasados Juegos de Tokio, donde disponía de una cama personalizada, según informó Sky News.
El deportista de 36 años comenzó a disputar esta disciplina –que enfrenta a dos equipos de seis jugadores– cuando tenía 22 años. Según la Agencia EFE, fue descubierto por el entrenador de la selección nacional de voleibol sentado de Irán, Hadi Rezaei, en un programa de televisión sobre personas con una discapacidad física y talentos inusuales.
En Río 2016 se convirtió en el deportista más alto que haya competido en unos Juegos Paralímpicos: “Soy más alto que los demás miembros del equipo, pero todo el equipo es muy importante, cada uno juega su papel de la mejor manera. También trato de jugar de la mejor manera. Sí, mi situación física es muy importante para el voleibol sentado. Simplemente estoy utilizando mi potencial”, expresó hace tres años, según reprodujo el portal oficial de los Juegos Paralímpicos.
Diagnosticado a temprana edad con acromegalia, una enfermedad crónica que produce demasiada hormona de crecimiento en el cuerpo, Mehrzad también sufrió un accidente en bicicleta durante su adolescencia que le lesionó la pelvis y detuvo el crecimiento de su pierna derecha, dejándola más de dos centímetros más corta que la izquierda, según CBS News.