Franco Colapinto debutó el pasado fin de semana en la Fórmula 1 y superó las expectativas del equipo Williams y del ambiente al terminar en el 12° puesto tras largar 18°. Él hizo lo suyo arriba del auto y mereció la chance. Una vez que surgió la posibilidad para correr las últimas nueve fechas de la temporada, el propio piloto se movió y todo se encendió con una llamada a Bizarrap quien activó el tema. La posta la tomaron los managers del corredor, María Catarineu y Jamie Campbell-Walter, y un grupo de personas que trabajó a destajo durante 72 horas para poder reunir el presupuesto. Fue la conclusión de una historia que comenzó hace un año cuando el futuro del pilarense era incierto.
El 2 de septiembre de 2023, Franco ganó en Monza en la Fórmula 3 tras una reciente operación debida a una fractura de la clavícula izquierda. En ese momento su entorno tuvo que buscar más presupuesto para poder pegar el salto a la Fórmula 2. Hasta entonces, en cuanto a auspiciantes nacionales contaba con YPF y el Inprotur. En ese momento jugaron sus fanáticos con una movida en redes sociales e hicieron tendencia el hashtag #FranColapintoALaF2. Ahí se sumó Bizarrap, quien fue el artífice para la llegada del principal sponsor, Globant. El mánager del DJ y productor, Federico Lauría, tiene buena relación con Martín Migoya, CEO y fundador de la empresa de ingeniería de software y tecnología que desde mayo de este año presta sus servicios a la F1.
El 3 de octubre del año pasado Colapinto anunció que se disponía a probar un auto de Fórmula 2, también del equipo MP Motorsport con el que había competido en la Fórmula 3. Aunque esa prueba en Abu Dhabi vino con la yapa de su estreno en la categoría antesala en las últimas dos carreras del año. La frutilla del postre fue su primer contacto con un coche de F1 y el 28 de noviembre formó parte del Rookie Test con un Williams FW 45, en dicho circuito ubicado en el emirato.
Franco confirmó para 2024 su primera temporada en la Fórmula 2 y hubo que conseguir más presupuesto. La movida continuó este año y apareció un jugador clave para que se incorporen otras empresas. El entorno de Colapinto lo llama el “Ángel Guardián”. Se trata de Gastón Parisier, un joven emprendedor, fundador de Bigbox y cofundador de Fly Bondi. A comienzos de este año conoció a Franco y a su grupo de trabajo y el “flechazo” fue inmediato. Si bien nunca había visto una carrera de autos, detectó “activos”, como él mismo define, y principalmente una historia que mereció ser acompañada.
“Me presentaron a María porque ella estaba buscando patrocinadores. Estábamos los dos en Madrid y le dije ‘no sé nada de automovilismo, pero soy curioso. Tomemos un café’. Nos juntamos y le dije ‘salgamos a comer con Franco que quiero conocerlo’. Ahí fue el primer momento mágico”, le contó a Infobae. Su testimonio sirve para conocer la comunión creada entre un grupo de empresarios y emprendedores que ayudaron a que un argentino vuelva a correr en F1 luego de 23 años.
“En mi tiempo libre invierto en emprendedores y el condimento esencial de los emprendedores es que es gente que quizá está con un proyecto de biotecnología y uno no sabe nada de eso. Lo que hice fue analizarlo desde ese punto. ‘No sé nada de automovilismo y mi tarea es aprender y ver que este proyecto salga adelante’, me planteé”, relata.
Una vez que se reunió con Colapinto y María decidió presenciar en primera persona una carrera y terminar de definir su apoyo. “La temporada comenzaba el 28 de febrero en Bahréin y le dije ‘¿sabés qué? Me voy a Bahréin. Quiero vivir esto de primera mano’. Una vez que pisé ese circuito dije ‘ya está’, y cambió mi vida”, afirma.
Tras vivir su primer fin de semana en la Fórmula 2 y en el marco de un Gran Premio de Fórmula 1, supo que ayudar a Colapinto a cumplir el objetivo máximo iba a ser una empresa muy difícil de cumplir, aunque admite que “me enamoré del desafío, del equipo, de la pasión y de los sueños de Franco”. Surfear para derribar las utopías parece ser su filosofía de vida y sostiene que “cada vez que me dicen que las cosas son imposibles despierta un motor en mí. Cuando escuché ‘no hay un piloto argentino en F1 hace más de 23 años, es imposible, las empresas no le van a dar bola’; cada uno de esos ‘no’ se transformó en energía, en ganas, en más y más fuerza”.
“Sentí también que estaban pasando cosas interesantes y que por algún motivo no estaban tomando la relevancia que tenían que tomar, como por ejemplo que lo estaba apoyando Globant”, explica.
“Además, una generación entera, porque el apoyo de Bizarrap no es solo el apoyo de un artista. Es el apoyo de una generación de jóvenes que colaboran, que ayudan y que se potencian. Vi esos dos activos, lo que estaba pasando con Franco y dije ‘acá hay que ayudar’ y acá hay una historia para contar’”, subraya.
Sumó el apoyo de sus empresas y luego fue el puntapié inicial para agregar respaldo y que el auto de Fórmula 2 de Colapinto casi se quedara sin lugar para auspiciantes: “Fui empujando y tomé el desafío de conectar toda esta historia con el ecosistema local, porque María y Jamie son europeos”.
Si algo le faltaba a Franco era venderse a sí mismo y poder convencer a potenciales empresarios para que lo apoyaran. Hubo un antes y un después en esta historia y se trata de su presencia en el Foro Llao Llao del 20 y 21 de abril pasado. Allí conoció a más hombres de negocios, que sumaron su apoyo al piloto.
Con más respaldo presupuestario el tema siguió tomando forma. “Luego hubo infinitas reuniones, llamados, todos juntos trabajando, los fundadores de Globant y Federico Lauría (manager de Duki, Nicky Nicole y Bizarrap). Se armó un equipo y se fue sumando cada vez más gente y cada patrocinador que llegó empujó más todavía. Se armó una locomotora”.
A medida que corrió la temporada de la Fórmula 2 en la que Franco hasta su última carrera había quedado en el sexto puesto del campeonato, luego de una victoria y dos segundos puestos, Parisier también se convirtió en una especie de agente de prensa, ya que en sus redes sociales subió fotos, videos y otros testimonios de las carreras.
Sobre por qué le dicen el “Ángel de la Guarda”, responde que “hice el trabajo de abrir las puertas a muchas empresas en la Argentina. Hicimos un gran laburo y quienes hicieron un gran trabajo es su base de seguidores y fans. Eso fue lo primero que vi: acá hay un gran grupo humano que quiso que esto pase”.
Sin embargo, aclara que “esto es todo de Franco. De su talento, de su empuje, de su humildad, es una persona increíble y va a llegar muy lejos. Después, las cosas se fueron dando y cada vez que esos momentos únicos se dan hay que ver la suerte. “Franco es un emprendedor y eso es lo que hay que destacar de los emprendedores argentinos. Tienen el ADN de soñar mucho y grande. Hay videos suyos cuando tenía 12 años y dice ‘mi sueño es correr en la F1′. Tiene el talento, la humildad y disciplina para hacer el trabajo necesario”, destaca del corredor bonaerense.
El mayor desafío llegó entre el mediodía del sábado 24 y la noche del lunes 26 de de agosto pasados. Una vez que Logan Sargeant destrozó su Williams FW 46 en la tercera práctica libre en el Gran Premio de los Países Bajos de F1, el jefe del equipo inglés, James Vowles, se comunicó con los managers de Colapinto, quien hizo una llamada que activó el “Operativo F1″.
“Nosotros nos enteramos el sábado pasado. Yo estaba llegando al estudio y me llega un mensaje de Franco diciendo ‘Amigo, te tengo que llamar ya’. Franco me tiró: ‘Me llamaron de Williams que tengo que subir, tengo que subir. Necesito sponsors’… Ahí yo le pregunto: ¿Seguro Fórmula 1?, ‘Casi confirmado Fórmula 1′, me dijo. Ahí me volví loco”, reveló Bizarrap en una entrevista con el You Tuber español Víctor Abad.
“Lo llamé a Fede que es mi mánager y tiene una muy buena relación con Martín (Migoya) y también estaba Gastón (Parisier). Tenemos que conseguir a Globant como sponsor otra vez y Mercado Libre se sumó. Creo que el Automóvil Club Argentino también”, afirmó Biza. “Lo logramos entre todos y con el apoyo de la gente que empezó a apoyar. Sabían que a mí me gustaba la F1. A todos nos salió de corazón porque hacía 23 años que no teníamos un piloto en la F1 y acá en Argentina nos gusta mucho el automovilismo”, concluyó.
“Argentina le está dando un ejemplo al motorsport y a la FIA (Federación Internacional del Automóvil) de cómo tienen que funcionar las cosas. Con Franco se demuestra que es un negocio que se puede explotar y se puede apasionar. Para otros pilotos de la Fórmula 2 o en el WEC (Campeonato Mundial de Endurance) que es también donde estamos y les decimos ‘tienes que hacer algo con tus sponsors para devolverles a los fans’”, le dijo a Infobae la mánager de Colapinto, María Catarineu, quien subrayó el rol de la gente: “Hasta aquí nos llevaron los fans”.
Este fin de semana se hizo realidad el sueño no solo de Franco Colapinto, sino de un grupo de emprendedores y empresarios que demostraron que no es excluyente ser del riñón del automovilismo para poder llegar a la Fórmula 1. En un año se movieron mucho más que varios dirigentes de este deporte durante más dos décadas y fueron claves para que un argentino vuelva a correr en el gran circo luego de 23 años.