Ángel Di María es leyenda. Ya lo era antes de retirarse de la selección argentina, con dos Copas Américas y un Mundial en sus vitrinas. Pero ahora es leyenda con fiesta de despedida propia, con un Monumental gritando su apodo hasta quedar sin voz y sus lágrimas de emoción multiplicándose. El atacante del Benfica, de 36 años, saltó al campo junto a su familia (su esposa Jorgelina y sus hijas Pía y Mía) y paladeó las muestras de cariño por todo lo que le entregó a la selección argentina a lo largo de su carrera (también obtuvo un Mundial Sub 20 y la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008).
Además del clip con la carta de su hija mayor como guion que lo llevó a quebrarse, de la réplica de la Copa América y un cuadro para la posteridad, de su discurso; Lionel Messi se hizo presente. No pudo hacerlo de cuerpo entero, ya que se encuentra en Miami recuperándose de la lesión ligamentaria que sufrió en la final de la Copa América, pero lo hizo mediante un video en el que le dejó un sentido mensaje.
“Perdón por no poder estar en esa noche tan especial para vos, estoy acá tratando de ponerme bien para volver. Quería estar presente aunque sea con este video. Desearte que disfrutes mucho de esta noche, junto a tu familia, tus seres queridos, toda la gente de Argentina que te está haciendo este homenaje más que merecido por todo lo que nos diste, lo que hiciste”, prologó el capitán frente a cámara.
“A nivel personal nos dijimos todo lo que teníamos para decirnos. Tuvimos la suerte de compartir un año -en el PSG-, de estar todos los días juntos, de tomar mucho mate, mucha charla. Y quién iba a decir que iba a terminar todo de esta manera después de todo lo que pasamos en la Selección, lo vivido. Más allá de que siempre disfrutamos de estar en la Selección, de que queríamos estar, en los momentos muy duros quién iba a decir que íbamos a terminar de esta manera, ganando todo lo que ganamos y siendo campeones del mundo. Disfrutalo porque te lo merecés. Te vamos a extrañar mucho, te quiero mucho y te deseo siempre lo mejor. Te mando un beso grande y un saludo a toda la Argentina. Nos vemos pronto. Chau”, concluyó el astro.
Luego de todas las loas, que incluyeron una canción de Abel Pintos (”No me olvides”), el plantel dirigido por Lionel Scaloni, que vivió de pie sobre el césped todo el reconocimiento, se acercó a su ex compañero. Y le hizo un pequeño regalo. Los jugadores lo levantaron entre todos y lo elevaron al cielo de Núñez en varias oportunidades, arrancándole una sonrisa.
Fideo les agradeció a los empleados, entrenadores y ex compañeros de la Albiceleste que lo acompañaron en su camino. También a sus seres queridos. “A la persona más importante de mi vida y estas dos preciosuras que siempre estuvieron ahí para cuidarme”, dijo, mirando a los ojos a Jorgelina, Mía y Pía. Su estadía en Buenos Aires seguirá algunas horas más.
Tras la ceremonia, tendrá una agenda apretada. Este viernes está previsto que realice algunas grabaciones para una serie de Netflix, que promete ser un testimonio fascinante de su vida y carrera. Al día siguiente, el jugador regresará a Portugal para unirse nuevamente al Benfica, donde continuará su carrera a nivel de clubes, pero con un lazo irrompible con la casaca del combinado nacional.