Atlético Madrid acaba de dar uno de los golpes del mercado europeo con la contratación de Julián Álvarez a su plantilla. El delantero campeón del mundo se sumó a sus compatriotas Nahuel Molina y Rodrigo De Paul, con quienes convive desde hace rato en la selección argentina. Y ahora el Araña tendrá de entrenador a otro albiceleste como Diego Simeone, que sigue de cerca los pasos de otra figura de la Scaloneta: se trata del arquero Walter Benítez.
El ex guardameta de Quilmes está en carpeta de Lionel Scaloni como proyecto para el Mundial 2026. Seguramente sea pieza de recambio de Franco Armani, que no fue citado para la próxima doble fecha de Eliminatoria Sudamericana (local de Chile y visitante de Colombia) del mes que viene. Benítez fue llamado junto al Dibu Martínez, Gerónimo Rulli y Juan Musso, con quien competirá mano a mano.
Lo cierto es que Atlético Madrid acaba de realizar una nueva oferta al futbolista del PSV Eindhoven: 3 millones de euros iniciales más un millón de euros extra por objetivos a cumplir, según reveló el medio neerlandés Eindhovens Dagblad. “Benítez está agitado porque no le permiten irse y se siente engañado por el PSV porque no le ofrecieron un nuevo contrato a principios de este año. Según él, esto en realidad envió la señal de que la dirección del PSV no tiene tanta confianza en él. A muchos jugadores del PSV se les ofreció un nuevo contrato, pero no todos lo firmaron”, precisaron.
En teoría, PSV sigue sin estar dispuesto a negociar el traspaso de Benítez. Esta situación ha generado tensiones en el equipo y frustración en el jugador argentino. Benítez busca estabilidad y un proyecto a largo plazo, siendo su objetivo integrarse cuanto antes al Atlético de Madrid. El portero argentino ha considerado seriamente un cambio inmediato a España, porque, según él, el Atlético ofrece mejores posibilidades de juego y un entorno favorable. El Colchonero, bajo la dirección de Simeone, le permitiría jugar entre quince y veinte partidos al año.
No obstante, los principales obstáculos para este traspaso son las elevadas exigencias económicas del PSV Eindhoven, que aspira a recibir una cantidad de 8 millones de euros por el arquero, cifra que el Atlético considera excesiva. El club español ha ofrecido un máximo de 4 millones de euros, pero el PSV argumenta que es casi imposible encontrar un sustituto adecuado a estas alturas de la temporada.
Benítez no tiene intención de ir a la huelga ni de cesar sus entrenamientos, aunque admitió que la situación dificulta su dedicación total y entusiasta. Este caso recuerda a otros conflictos contractuales dentro del PSV, como el de Olivier Boscagli, quien también está en su último año de contrato y desea marcharse al Brighton. Además, casos como el de Jordan Teze, quien amenazó con hacer huelga pero posteriormente revirtió su decisión logrando una transferencia al AS Mónaco, han creado un ambiente tenso dentro del club.
En las primeras semanas del período de transferencias, Benítez parecía resignado a continuar un año más en el PSV Eindhoven, pero las recientes ofertas del Atlético de Madrid han reavivado su deseo de dejar el equipo holandés. Este contexto ha impactado el ánimo en el vestuario del PSV, donde raramente ocurren disturbios de esta magnitud.
La relación entre Walter Benítez y el PSV Eindhoven se encuentra en un punto crítico. El director técnico del PSV, Earnest Stewart, ha sido duramente criticado por permitir que la situación llegara a tal extremo. Benítez, por su parte, sigue presionando para concretar su salida y unirse al club madrileño, mientras que el PSV enfrenta un dilema complejo de resolver en el actual mercado de transferencias.