La presencia de Sebastián Villa era uno de los focos a seguir durante el duelo entre Independiente Rivadavia y Boca Juniors por la 10ª fecha de la Liga Profesional. La expectativa se saldó rápido en el Estadio Malvinas Argentinas de Mendoza: Nicolás Figal hizo un claro penal que puso al colombiano como protagonista, pero los flashes se los terminó llevando Sergio Romero.
Todo comenzó a los 12 minutos cuando Lautaro Ríos anticipó una pelota que terminó con el defensor del Xeneize pegándole una patada que no hizo dudar a Facundo Tello: penal para la Lepra de Mendoza. Un acierto del juez porque fue falta, ya que en la acción de disputar el balón terminó golpeando al adversario de forma imprudente. El reglamento de la IFAB es claro en este sentido: “Imprudente es aquella acción en la cual un jugador muestra falta de atención o de consideración o actúa sin precaución al disputar un balón a un adversario”. Al mismo tiempo que aclara que “no será necesaria una sanción disciplinaria”.
Figal no fue amonestado y los flashes se posicionaron sobre el delantero colombiano de 28 años, que se marchó de Boca tras ser condenado por violencia de género a mediados del 2023 y tuvo un breve paso por Bulgaria antes de retornar al fútbol argentino.
Mientras se preparaba para ejecutar el penal, su ex compañero Luis Advíncula intentó desconcentrarlo, pero más allá de esto lo que se encontró Villa del otro lado es la enorme efectividad de Chiquito Romero. El arquero de 37 años se lanzó a su izquierda, acertó las intenciones de su contrincante y mantuvo el cero en su arco. Fue el 15° penal que tapó de lo 32 que le ejecutaron desde que está debajo de los tres palos de Boca.
Desde que desembarcó en Mendoza, Villa disputó cinco juegos (todos como titular) y anotó un gol clave: para vencer a Independiente de Avellaneda 1-0. El colombiano dejó la cancha ante Boca entre aplausos cuando faltaban cinco minutos para el final del partido y le dejó su lugar a Mauricio Asenjo.
Lo cierto es que a 15 minutos del cierre del partido se vivió una situación que despertó las alertas en la sala del VAR cuando el defensor Iván Villalba apareció solo tras un córner y envió el balón al fondo del arco de Boca. Las dudas se instalaron ante una posible mano del jugador paraguayo, pero las cámaras dejaron en claro que la pelota pegó en su muslo y fue un tanto lícito para la Lepra.
El duelo se cerró con un empate 1-1 porque en la última jugada del partido Cristian Medina apareció para salvar al Xeneize, que marcha 15° en la Liga Profesional con 14 puntos y tendrá su gran desafío del semestre el próximo jueves 15 de agosto por los octavos de final de la Copa Sudamericana ante Cruzeiro de Brasil en la Bombonera, en una llave que se cerraré el 22 de agosto en Brasil.