Se terminó el sueño de Agustín Canapino en la IndyCar y tanto el múltiple campeón argentino como el equipo y uno de sus dueños, Ricardo Juncos, se manifestaron en sus redes sociales. No pasaron de agradecimientos y reconocimiento por la labor de las partes, pero para saber un poco más del tema Infobae tuvo el acceso a una fuente confiable cercana al equipo y se pudieron conocer más detalles de cómo fueron las últimas horas del Titán de Arrecifes en el team Juncos Hollinger Racing (JHR).
Luego de la ausencia de Canapino en Road America (fue reemplazado por Nolan Siegel) por la polémica en las redes sociales por el toque de Theo Pourchaire (Arrow McLaren) en Detroit, que derivó en la ruptura de la alianza del JHR con Arrow McLaren, la escudería JHR aclaró que el argentino iba a seguir y que iba a completar la temporada.
Si bien el JHR había confirmado a Canapino (34 años) tras Road America, desde aquel 12 de junio cambió el panorama presupuestario de todos los equipos por la llegada de la tecnología híbrida a la categoría y se incrementaron los costos de las escuderías a mitad de temporada. Esto pudo haber derivado en el fin de la continuidad de Agustín en el equipo.
Sin embargo, Conor Daly se subió al auto de Canapino en la prueba del 1 de agosto en el óvalo Gateway Motorsports Park de Madison, en St. Louis. La presencia del estadounidense se decidió a último momento. Los reglamentos de entrenamiento en la IndyCar son muy acotados y el equipo quiso probar a Daly por una cuestión estratégica de cara a 2025. Ese día se ensayaron desarrollos nuevos, fue el más rápido y le sacó más de una décima a Colton Herta (Andretti). De las últimas cinco carreras de la presente temporada, cuatro de ellas son en óvalos y debido a la experiencia que tiene en esa clase de circuitos Daly fue convocado.
Los días pasaron y los dueños del equipo, Ricardo Juncos y Brad Hollinger, se habrían reunido con Canapino. En ese cónclave se habría tomado la decisión entre todas las partes que analizaron una serie de temas y llegaron a la conclusión de que lo mejor para todos era no seguir. Hubo temas estratégicos del equipo que incidieron, entre ellos el futuro cercano y el horizonte presupuestario que aún no estaría establecido.
Aunque el tema no fue solo económico (o determinante). Si así fuera, habrían tomado al primer piloto que hubiese acercado el presupuesto sobre la mesa. Se arrimaron varios para sumarse e incluso están en charla con el JHR de cara al año próximo. Y cabe aclarar que el equipo no estaría a la venta pese a los rumores de que Andy DeFrancesco querría adquirirlo para subirlo a su hijo Devlin, algo que el empresario canadiense busca hacerlo con varias escuadras.
En esta segunda temporada en la categoría, Canapino demostró velocidad y pegó un salto de calidad. En ocasiones llegó a superar a su compañero de equipo, Romain Grosjean (179 Grandes Premios de Fórmula 1). Le terminó agarrando la mano a la goma blanda (N. de la R: mejor adherencia en pista, pero más degradación) y eso le permitió conseguir sus mejores clasificaciones con el décimo tiempo en la Iowa y Toronto.
Luego de participar en once de las doce fechas puntuables, Canapino se ubicaba en el puesto 23°, y con 109 puntos su auto no estaba ingresando en el programa llamado “Leader’s Circle”, que otorga un premio de un millón de dólares por auto al finalizar la temporada al equipo que logre meter a sus dos coches entre los 22 primeros de la temporada. El compañero de Agustín, Romain Grosjean (179 Grandes Premios de F1), marcha en el decimosexto puesto con 199 unidades.
En sus dos temporadas en la categoría, Canapino corrió 28 carreras puntuables y sus mejores resultados fueron el 12° puesto en su debut absoluto en San Petersburgo, luego en el óvalo de Texas y en el circuito callejero de Toronto. Este año repitió esa colocación en otro trazado urbano, en Detroit.
En sus dos participaciones en las 500 Millas de Indianápolis, abandonó a falta de ocho vueltas del final en 2023 y este año pudo terminar 22°. Fue el primer argentino en correr en el legendaria competencia luego de 83 años luego de la presencia de Raúl Riganti en 1940.
La irrupción de Canapino en la IndyCar produjo un impacto, ya que hasta su estreno nunca había corrido en monopostos. Su labor fue épica porque pasó de correr en autos de turismos con 450 caballos de potencia (como mucho) a domar monoplazas “pura sangre” de 750 HP y con carga aerodinámica. Su campaña regular en la Argentina entre 2007 y 2022 siempre fue en autos con techo en los que logró 15 títulos (4 de TC, 2 de TC 2000, 7 de Top Race, 1 de TC Pista y Copa Mégane) y es el segundo piloto más laureado en pista en el plano nacional detrás del recordado Juan María Traverso (16).
Pese a la ruptura contractual y el final de esta etapa, Canapino mantiene una buena relación con Juncos, el equipo y todos los mecánicos. Cualquier piloto necesita de al menos cinco años para poder afianzarse en la categoría, que es muy competitiva, algo que siempre mencionó Juncos.
Por otro lado, también pudo saberse que las partes se guardaron a silencio debido a temas de confidencialidad y de los contratos firmados, algo que en los Estados Unidos se respeta a raja tabla.
En tanto que el Dallara-Chevrolet número 78 con el que corrió Canapino hasta Toronto aún no tiene piloto y la semana entrante se decidirá si Daly tomará ese lugar. La próxima fecha será el sábado 17 de agosto en el propio World Wide Technology Raceway.
Luego de la ilusión y furor generados por la presencia de Canapino en la IndyCar, la segunda categoría de monopostos más importante del mundo después de la F1, y el esfuerzo hecho por Juncos, el dolor es de todas las partes involucradas.
Agustín volvería a la Argentina el miércoles próximo para plasmar su regreso al Turismo Carretera, que será el fin de semana del 16 al 18 de agosto en el Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires Oscar y Juan Gálvez, con un Chevrolet del equipo Canning Motorsport.
Se terminó el sueño de Agustín Canapino, pero también de Ricardo Juncos, que se mandó una patriada y logró que un argentino corra en la IndyCar. La puerta quedó abierta y un nuevo capítulo juntos podría escribirse otra vez y porqué no volver a verse las caras en las 500 Millas de Indianápolis del año próximo.