Escándalo en el tenis: Tsitsipás se peleó con su padre en pleno partido, lo sacó del estadio y lo despidió como su entrenador

Durante la derrota ante Nishikori en el Masters 1000 de Montreal, Stéfanos frenó el juego y sacó a Apolos del recinto. Horas más tarde, anunció que ya no será su coach

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Lo que ocurrió durante las últimas horas en torno al actual 11° del mundo Stéfanos Tsitsipás y su padre Apolos, quien a su vez era su entrenador, es un verdadero escándalo que mantiene en vilo al mundo del tenis. El griego terminó su paso por el Masters 1000 de Montreal tras apenas afrontar un duelo: cayó contra el japonés Kei Nishikori por un doble 6-4, pero lo verdaderamente importante es lo que sucedió durante ese enfrentamiento contra el asiático que se ubica hoy en día en el 567 del ranking.

Cuando Nishikori ganaba 5-2 en el primer set y se disponía a realizar su servicio con un 15-0 a su favor, el accionar del juego se cortó repentinamente: Tsitsipás, brazos en jarra, estaba mirando al sector de la tribuna donde se acomodaba su equipo. Segundos más tarde, su padre y entrenador Apolos abandonaba las gradas.

Lo que vino luego no calmó los ánimos: el griego que llegó a ser 3 del planeta reconoció que discutió con su padre en el partido por una falla en su juego y destacó que lo sacó del estadio. “Llevo cuatro o cinco días quejándome de esto a mi entrenador (Apostolos, su padre). Ese es el motivo por el que he tenido una discusión con él durante el partido, no estoy acostumbrado a algo así, pero un partido de Masters 1000 es para mí un partido muy importante: necesito y me merezco un entrenador que me escuche y esté atento a mi feedback como jugador. Mi padre no ha sido muy inteligente a la hora de manejar esas situaciones, y no es la primera vez que le pasa. Estoy muy decepcionado con él”, disparó en rueda de prensa.

Stéfanos afirmó en ese momento que no estaba claro si debía “hacer algunos cambios” pero subrayó que estaba “muy decepcionado”. Y agregó: “Lo más importante para un jugador es recibir una información correcta y concisa por parte de su entrenador. El entrenador no es el que utiliza la raqueta, el jugador es el que intenta ejecutar un plan de partido. Es un trabajo colaborativo en el que ambos deben aportar. Tiene que ser recíproco si quiero desarrollar mi tenis. No me quiero quedar parado en este sentido”.

La bomba terminó de estallar horas más tarde con un comunicado en griego que difundió el jugador de 25 años en sus redes sociales: “Con gran pesar les informo que mi colaboración con mi padre como entrenador ha llegado a su fin. Prefiero mantener a mi padre en su papel de padre y solo de padre. La filosofía nos enseña que la sabiduría proviene de comprender nuestros límites y reconocer nuestros errores”.

“En mi caso, me di cuenta de que me equivoqué al hablarle a mi padre de esa manera. El tenis no es solo un partido, un golpe o una actuación de unos segundos, es un largo viaje lleno de emociones, presiones y expectativas. En ese momento de frustración hubo muchas equivocaciones y errores por parte de mi entrenador y de mi padre. Como introvertido, tiendo a reprimir mis emociones y acumularlas hasta llegar a un punto de explosión. Me considero paciente, así que el hecho de reaccionar de esta manera me dejó en shock”, añadió en el extenso mensaje.

El jugador reconoció que su “comportamiento en la pista fue inaceptable” y que se sentía “decepcionado” por haber “mostrado un lado oscuro”. Aunque afirmó: “Cuando no me siento respetado y me siento juzgado o atacado emocionalmente tiendo a perder el control de lo que sale de mi boca, lo que va en contra de mis valores como ser humano. Perdí el control y no podía ver con claridad frente a mí. Mi padre ha estado intentando durante los últimos años entrenarme, criarme de la manera correcta y brindarme conocimiento y sabiduría, tanto dentro como fuera de la pista. Le agradezco por eso, le agradezco los sacrificios, el dolor y el sufrimiento que ha soportado para que este esfuerzo sea un éxito. A partir de ahora, su papel permanecerá dentro de los límites del papel de padre y solo eso”.

Apolos, de todos modos, seguirá viajando con su hijo para apoyarlo y brindarle asistencia fuera de la pista “como siempre he querido”. En conclusión, remarcó: “He confiado el puesto de entrenador durante muchos años y considero que nuestra colaboración ha sido un éxito. No estoy seguro de quién ocupará su lugar y todavía no estoy en condiciones de decidirlo. Lo que sí sé es que es hora de dejar que este capítulo y esta fase se cierren e intentar escribir uno nuevo. Ambos estamos de acuerdo con eso y esperamos centrarnos primero en nuestro lado humano y luego en el resto”.

“Espero que esta experiencia sea una lección para mí y para todos los que luchan por encontrar el equilibrio adecuado en sus vidas”, reflexionó.

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