En la antesala del comienzo de los Juegos Olímpicos París 2024, una de las opciones a considerar pensando en una posible medalla para Argentina era la dupla que conforman Mateo Majdalani y Eugenia Bosco. ¿Las razones? Se vienen preparando de una forma excepcional hace un largo tiempo y ya cuentan con la experiencia para dar el golpe en la cita multideportiva más relevante del mundo. Así fue como, después de las 12 regatas de la clasificación, los argentinos terminaron en la segunda posición de la clase multicasco mixto y este miércoles afrontarán la Medal Race (carrera final) con serias chances de subirse al podio olímpico.
Majdalani y Bosco vuelven a ser fieles representantes de la vela argentina en la historia de los Juegos Olímpicos. Es que después del boxeo con 24 medallas, la disciplina con embarcaciones sobre el agua es la que más podios consiguió en más de 100 años con un total de 10. La dorada fue la última en llegar de la mano de Santiago Lange y Cecilia Carranza en la clase Nacra 17 en Río 2016 (similar a la actual con otro nombre), pero hay que sumar cuatro de plata y cinco de bronce.
Para conocer la historia de la primera hay que remontarse al siglo pasado. Llegó en Londres 1948 de la mano del equipo integrado por Julio Christian Sieburger, Enrique Conrado Sieburger, Emilio Homps, Rufino Rodríguez de la Torre, Enrique Adolfo Sieburger y Rodolfo Rivademar, que se colgaron la plata en la clase 6 metros, con el yate Djinn, nombre que hace referencia a un geniecillo tomado de las sagas nórdicas vikingas. La segunda se consiguió en la clase dragón en Roma 60 (Jorge Chávez, Héctor Caligaris y Jorge Del Río).
Luego de eso, tuvieron que pasar 36 años para volver a ver a un representante argentino de la vela en el podio de los Juegos Olímpicos. Fue Camau Espínola en Atlanta 96 quien sumó una plateada en la Clase Mistral, conquista que repitió en Sydney 2000. En esa edición del evento multideportivo más grande del mundo, Argentina sumó otras dos medallas gracias a las actuaciones de Javier Conte-Juan De la Fuente (Clase 470) y Serena Amato (Clase Europa).
Ya en Atenas 2004, Lange y Espínola participaron de la Clase Tornado y ganaron el bronce, que repitieron cuatro años más tarde en Beijing 2008. La última antes del histórico oro de la dupla Lange-Carranza fue en Londres 2012, cuando De la Fuente, en compañía de Lucas Calabrese, fueron terceros en la Clase 470.
Una de las leyendas del deporte argentino habló con Infobae para destacar las razones de esta nueva oportunidad que tiene el yachting de ganar una medalla olímpica. A la espera de viajar a Marsella en algunas horas en tren para acompañar a Mateo y Euge, Santiago Lange se tomó unos minutos para hablar en la previa de un día que puede ser trascendental para la vela celeste y blanca.
“Los veo como hace tres meses recontra bien preparados, con un gran equipo de trabajo detrás. Hicieron todo lo que hay que hacer para ganar una medalla. Después hay que competir, pero tengo una enorme confianza. Confianza plena desde hace mucho tiempo”, dijo el ganador de dos medallas olímpicas, la dorada en Nacra 17 y la que compartió con Espínola hace dos décadas en Grecia.
Todos los amantes del yachting en Argentina están expectantes. Desde las 9.43 hora argentina, si el clima lo permite, partirán las 10 embarcaciones que competirán en la definición por las medallas. ¿Qué valor tiene que otra vez a dos representantes de su deporte en una etapa decisiva de los Juegos Olímpicos? “Creo que es espectacular. Me pone re feliz por mi deporte. Me pone feliz por Argentina, porque sabemos que las medallas ponen feliz a la gente. Por sobre todas las cosas, me pone muy feliz por Mateo y Eugenia. A Mateo lo conozco más, tengo una relación más cercana, fue mi entrenador en Río. Imaginate, lo vi nacer en el deporte. Es una felicidad tremenda”, expresó el hombre que fue parte del relevo de la antorcha en la previa de la apertura de París 2024 junto a otras estrellas mundiales del deporte.
Más allá de la carrera de Majdalani, que con sólo 24 años fue clave en la diagramación de la campaña que terminó con el oro olímpico de Santi y Cecilia en la Bahía de Guanabara hace ocho años como entrenador, y el largo camino de Bosco en la vela, que compitió en diferentes clases hasta que en 2017 juntos conformaron la dupla, ambos son parte de una tradición que ya es un sello del deporte argentino.
“Argentina tiene una gran historia en vela. En todo sentido. No sólo en competencia, sino en la construcción y en el diseño de barcos a lo largo de la historia. Hay muchos clubes que hacen un esfuerzo enorme para generar un semillero y tenemos condiciones naturales en el Río de la Plata y en el resto del país, en Mar del Plata, grandes chances de regatas. Somos un pueblo deportista, eso hace que sigan surgiendo nuevos talentos. Pero esos talentos que tienen la determinación, el coraje, la pasión y el amor como Mateo y Eugenia, llegan. El gran ingrediente acá son ellos. Tienen a Javier Conte como entrenador y armaron un gran equipo. Ellos son los grandes protagonistas de esta historia”, analizó Lange antes de seguir con la preparación para llegar a la cancha en la Marina de Marsella con el objetivo de seguir de cerca una carrera final que pueda quedar en la historia de los Juegos Olímpicos para Argentina.
¿Llegará la número 11? El trabajo está hecho. Falta una regata más, y será determinante. Majdalani y Bosco dieron cada paso para lograr la tan ansiada medalla. No importa el color que sea. Se fueron a vivir a España para estar cerca de sus rivales y entrenador en lugares propicios para llegar de la mejor manera a París 2024. ¿Tuvieron resultados? También. En el ciclo olímpico cosecharon la dorada en los Juegos Panamericanos de Santiago el año pasado y grandes resultados en el Mundial y competencias tradicionales del yachting con el apoyo del ENARD y su equipo.
Si uno habla con actores importantes de la vela, la mayoría menciona lo mismo. “Son marinos muy buenos y talentosos”, citan expertos que navegaron por las aguas del mundo y hasta se colgaron medallas olímpicas. La misma que Mateo y Eugenia irán a buscar para sumar un hito más a la historia argentina en los Juegos Olímpicos.