La sentencia de una ex figura de River: “Gallardo tiene unas agallas tremendas para regresar, es el mejor técnico que vi en mi vida”

Carlos Chamaco Rodríguez fue uno de los ex jugadores del club que se acercaron a la presentación del Muñeco para desearle suerte: “Su principal virtud es ser él”

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El Muñeo, durante su presentación en el Millonario (REUTERS/Cristina Sille)
El Muñeo, durante su presentación en el Millonario (REUTERS/Cristina Sille)

“Yo soy fana de River y ojalá se dé un nuevo título de la mano del Muñeco Gallardo, nos da un optimismo descomunal”, sentencia Carlos “Chamaco” Rodríguez, ex mediocampista de la institución de Nuñez de la década del 70, quién fue uno de los invitados de lujo en la presentación oficial del Muñeco como nuevo-viejo entrenador del plantel de Primera División.

Las ilusiones de los hinchas millonarios están puestas en la llegada del DT. El Chamaco Rodríguez no sólo tiene un pasado en River como futbolista destacado, sino que hoy es el presidente de la Mutual de exjugadores riverplatenses y socio de ese club desde la cuna. “Debo ser el único jugador argentino en la historia que jugó en tres disciplinas diferentes en Primera División en un mismo club: en handball, en básquet, siendo los últimos campeones de River, y en fútbol, por supuesto. Es el ego que algunas veces nos vence (risas)”, remarca el Chamaco en diálogo con Infobae.

El ex mediocampista de 80 años nació futbolísticamente en el club de sus amores, donde pasó gran parte de su vida. Durante sus años como volante central, dejó una marca inolvidable, la de un caudillo y un líder dentro de la cancha. Empezó en las Divisiones Inferiores en River, previo a pasar a Ferro Carril Oeste, donde debutó como profesional y permaneció cuatro temporadas. Después, regresó a Nuñez para vestir la casaca de la Banda. Luego, pasó por el Gremio de Brasil, Nacional de Uruguay y se retiró en Deportivo Cali de Colombia. Una vez finalizada su carrera, dirigió con gran suceso a Platense en tres ocasiones, convirtiéndose en un ícono de la institución calamar, en la que hizo debutar a figuras de la talla de Mauricio Hanuch, Marcelo Espina y Eduardo Cacho Coudet, entre otros.

“A Marcelo (Gallardo) lo conozco bien, la personalidad es lo más difícil de conseguir, no sólo en el futbol, sino en la vida, y él la tiene bien marcada”, detalla.

- ¿Qué es de tu vida, Chamaco?

- Soy el presidente de la Mutual de ex jugadores de River Plate y junto al secretario general, Ricardo Giaccio, tratamos de darle una mano a ex futbolistas que lo necesitan mucho, en una mutual que se maneja con mucha efervescencia.

- ¿Te sorprendió la llegada de Gallardo como entrenador tras la salida de Martín Demichelis?

- Fue un día especial, porque regresa la figura más importante que tuvo River en los últimos 50 años. Fueron ocho años y medio gloriosos en River, y seguramente le irá muy bien a partir de ahora. En todos estos años, nunca dejé de hablar con él, ni cuando estuvo en el exterior. Yo soy muy fana de River y se me complica no ser parcial. A Marcelo lo conozco bien, la personalidad es lo más difícil de conseguir, no solo en el futbol, sino en la vida, y él la tiene bien marcada.

- ¿Qué clase de técnico es Gallardo?

- Nadie se lo imagina. Su principal virtud es ser él. Es una persona completamente diferente a todas las que conocí en mi vida, no sólo a nivel profesional. Es completamente diferente y adaptado a los tiempos actuales. Tiene mucha inteligencia y yo lo trataba como un amigo mío, a pesar de la diferencia de edad que tenemos. Y tiene un cuerpo técnico maravilloso, ojo con eso que es muy importante también, como Pablo Dolce, Matías Biscay y Hernán Bujan. Todos los muchachos son espectaculares. Lo más inteligente que hizo Gallardo fue formar este cuerpo técnico, en el que caminan juntos a la par y de la manera que lo hizo, eso es fundamental. Gallardo es el director de orquesta que funciona a la perfección junto a sus colaboradores.

- ¿Gallardo llega en el momento más indicado para tomar el cargo de entrenador?

- Sí. Hoy se lo manifesté a Marcelo: “Le sacaste la mejor sonrisa que le vi a Rodolfo D´Onofrio”. Es un desafío enorme para él volver a River. Tiene unas agallas tremendas para regresar, porque otros se hubieran escondido, pero él nunca se escondió. Lo vi yo en la cancha jugando al fútbol, y como entrenador. Lo observé en su primer proceso en River como DT, cuando tenía que hablar con algún jugador lo hacía, y no le temblaba la voz. Y no eran chicos de 18 años, sino gente con un currículum bastante importante. Marcelo hablaba y se mostraba firme, como es él. El mejor técnico que conocí en mi vida.

- Vos que estuviste en el primer proceso de Gallardo, ¿qué comparación se puede hacer entre aquel que arrancó como entrenador de River y este que tendrá su segundo ciclo?

- Cuando vino por primera vez, era un desafío para él, pero esta segunda etapa será un desafío aún mayor, porque antes no lo conocían y ahora sí lo conocen. Y ahora vamos a revivir cosas que revivimos en el pasado, no tengo ninguna duda.

El Chamaco fue DT en Platense
El Chamaco fue DT en Platense

- ¿Cómo es Marcelo puertas adentro?

- Muy reservado. No deja traslucir nada de lo que pasa puertas adentro. Es un personaje que a River le hizo muy bien y espero que su llegada sea mejor para que el equipo pueda salir adelante. Gallardo es de poco conversar, y de fútbol menos. De fútbol no habla y lo hace muy bien, él habla con los que tiene que hablar, con su cuerpo de trabajo. Y lo que me llama la atención es su tranquilidad y su solidez mental.

- ¿Institucionalmente lo ves mejor a River?

- Cuando se dice que hubo mejoras es porque se hizo muy bien el trabajo anterior. Los jugadores que se vendieron fueron por el trabajo que se hizo hace varios años en esta institución. Es un trabajo en forma conjunta. Jorge Brito heredó lo mejor que dejó Rodolfo D´Onofrio y lo hizo muy pero muy bien, tiene una presencia bárbara también.

- ¿Qué recuerdos tiene de haber vestido la casaca de La Banda?

- Mis recuerdos con la camiseta de River son impagables. La gente no se da cuenta lo que significa tener una camiseta de River en el pecho. Hay que dignificarla, y muchos no lo hacen, pasan como si nada por el club. Ahora, con la llegada de la tecnología más todavía, muchos metidos en el celular y no se dan cuenta lo que significa vestir la casaca millonaria. Es único en la historia y en la vida. Yo tengo la camiseta de River y la muestro donde voy. Es una camiseta que nunca se ensució, la de River digo, y no se va a ensuciar. Además, hay una diferencia sideral entre este club y los demás.

- ¿Cambió mucho el fútbol desde aquella mitad de cancha que vos integraste en River al de hoy?

- Yo jugué contra Pelé en Brasil, luego apareció Diego Maradona, a quien vi jugar a los 14 años y ahora a Lionel Messi, no se puede comparar porque termina siendo erróneo. Fueron los mejores jugadores de la historia, lejos. Son tres jugadores excepcionales, cada uno fue mejor en su época y en su momento. En River también hubo grandes jugadores como el Beto Alonso, el Monito Oscar Más, Luis Cubilla, Walter Gómez, Ángel Labruna, es imposible elegir a uno. Y en el pan y queso se me complica elegir a uno (risas). De mis compañeros, yo tenía un equipo muy importante en la cancha, y compartí equipo con dos de los tres mejores arqueros del fútbol argentino: el Loco Gatti y Amadeo Carrizo. Luego, conocí al Pato Fillol. Así que sí, el futbol cambió.

- ¿Debutaste en River?

- No, hice las Divisiones Inferiores en este club y luego me fui a Ferro Carril Oeste, donde debuté. Estuve cuatro años y volví a River comprado en una cifra importante con el sueldo de Miguel Ángel López, ex entrenador. Después, me fui a Gremio de Porto Alegre, recalé en Nacional de Montevideo y dejé el fútbol en Deportivo Cali de Colombia.

- ¿Por qué colgaste los botines?

- Era otra época y el dinero no correspondía a suplantar la distancia que existía entre mis viejos, mis hijos y mi señora, en un lugar completamente diferente a nosotros, con otra idiosincrasia, pero la pasé muy bien. Era una cultura diferente a la nuestra, pero me hizo muy bien conocerla. Era una época completamente diferente y no existían los contratos que existen ahora. Yo jugué con dos compañeros como el Beto Alonso y Pinino Más, que hoy debieran estar costando más de 100 millones de dólares.

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