El análisis del biógrafo de Gallardo sobre su regreso a River: las motivaciones detrás de la decisión y la “teoría de los cuatro años” que no falló

Diego Borinsky, autor de la trilogía sobre el Muñeco, hace una radiografía del regreso del entrenador al club con el que obtuvo 14 títulos como DT: “River es su casa. Y él nunca se durmió en los laureles”

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Borinsky y Gallardo, en una de las entrevistas para los libros
Borinsky y Gallardo, en una de las entrevistas para los libros

“Caballo de Troya”. En la previa de los cruces ante Boca, guiado por el estudio y la intuición, Marcelo Gallardo siempre intentó sorprender con alguna gambeta táctica para buscar desorientar a su rival de toda la vida y a partir de allí sacar ventaja con su River. El método era el de siempre, no dar indicios de la formación e impactar con el truco con las planillas ya entregadas al árbitro. Ese ardid, para Diego Borinsky, su biógrafo, autor de los libros Gallardo Monumental, Gallardo recargado y Gallardo eterno, tiene nombre, a modo de contraseña: “Caballo de Troya”.

La historia comenzó antes de la victoria de River sobre Boca en la Bombonera ocurrida en el 14 de mayo de 2017 -3-1-. “A Marcelo le mandé un Whatsapp: ‘¿Sabés que llevás cuatro visitas a Boca y todavía no ganaste?”. Siempre le recuerdo los pagarés que le quedan por levantar. Después, también le pregunté a Hernán Buján (uno de los ayudantes de campo) cómo estaban para el partido. ‘Tenemos el ‘Caballo de Troya’ preparado, no sabés las ganas de ganar que tenemos’, me dijo”, le abrió la puerta el periodista a la anécdota.

Fue el día en el que Pity Martínez pasó a la izquierda y le comió la espalda a Gino Peruzzi; lo pasó por arriba. Ese tipo de guiños están contados en los libros”, explicó el artilugio, que se repitió en otros Superclásicos, y devela el nivel de intimidad que alcanzó con el universo Gallardo, y cuyo material, respaldado por los 14 títulos de la etapa más prolífica de la historia del Millonario, le dio tinta para tres tomos. Y, quién sabe, a partir de este lunes comience una nueva recopilación para la cuarta parte de la saga...

Es que, a menos de dos años de su partida, etapa en la que se tomó varios meses sabáticos y luego emprendió la aventura en el Al Ittihad de Arabia Saudita, el Muñeco regresa al banco del club en el que es un símbolo, para reemplazar a Martín Demichelis. El sí a muchos los sacudió. Pero no a Borinsky, que con la noticia sacó del cajón un posteo suyo en la red social X (antes Twitter) de 2018, que resultó premonitorio.

“Gallardo llegó a River a fines de 1988, se fue en junio del 99, volvió en junio de 2003, se fue a fines de 2006, volvió en enero de 2009 y se jue en junio de 2010. Llegó como DT en junio de 2014. Es decir que desde que pisó el Monumental con 12 años, jamás estuvo afuera de River por más de cuatro años”, rubricó. Y la realidad volvió a darle la razón.

“Me sorprendió que se diera tan rápido su vuelta, pero como escribí el otro día, nunca estuvo más de cuatro años fuera de River desde que se probó con 12. River es River, es su casa. Y seguro es un momento en el que quiere estar cerca de su familia”, le cuenta a Infobae en días en los que su teléfono ardió ante la noticia que revolucionó al fútbol argentino.

El autor y la primera de sus tres obras
El autor y la primera de sus tres obras

-¿Qué creés que lo motivó a volver?

-No hablé con él, pero Marcelo siempre mira para adelante, no le importa lo que ganó. Y para confirmarlo no hace falta más que revisar declaraciones suyas del pasado. .Si le preguntabas “¿cómo hiciste para ganar tanto?”, él siempre respondía que no miraba eso, sino los próximos objetivos. Después, los cuerpos técnicos en Europa ya se armaron. En su momento, con el Olympique de Marsella estuvo a nada de cerrar, incluso se había juntado con el cuerpo técnico a ver videos del equipo, pero en un momento de las charlas dijo “no la veo”, y listo. No se hizo. Hubo interés del Sevilla, el manager Víctor Orta dijo que habían hablado después de que se fuera (José Luis) Mendilibar... Pero como te dije, River es su casa. Y también debe ser tentador jugar la Libertadores definiendo las series como local.

-Pero así como está la chance de agigantar la leyenda, también existe la posibilidad de que algunos discutan la estatua si los resultados no se le dan.

-Lo que ganó ya está, la idolatría, los momentos vividos, las emociones, cinco eliminaciones a Boca, dos Libertadores; son imposibles de borrar. Siempre que vuelve alguien que ganó mucho, da un poco de miedo. Es verdad que siempre algo en juego ponés. Pero como dije, siempre miró para adelante, ni lo evaluó, seguro. Por eso gana algo y ya está pensando en lo que viene, nunca se durmió en los laureles.

-¿Sabés si siguió el día a día de River a la distancia?

-Sí, siempre que los horarios se lo permitieran, miraba los partidos. A veces incluso los ha visto junto a todo el cuerpo técnico. Por ejemplo, el River-Boca en Córdoba, por la última Copa de la Liga, se juntaron a verlo.

-Va a volver a tener a varios de los referentes de su última etapa, como Nacho Fernández, Armani, Milton Casco. Y también a muchas caras nuevas que van a tener que adaptarse rápido a su umbral de exigencia.

-Todos los jugadores destacan que mejoraron con él, que sirve esa exigencia. Y también es muy humano, es el que te escucha, quiere saber cómo estás, qué sentís. Algunos, en la última etapa, pueden haberse saturado. Pero el cuerpo técnico es de estar muy encima de todos para que se sientan bien.

-¿Qué jugadores creés que puede potenciar, por su impronta?

-Puede recuperar a jugadores que no han rendido, como (Rodrigo) Villagra. Él pidió a Solari y a Borja; Solari con él la rompió y puede volver a su mejor nivel. Y a los pibes los va a hacer crecer. Simón explotó con él, después tuvo un bajón, pero lo puede recuperar. Creo que falta un carrilero por izquierda. También hay que ver cómo está (Ramiro) Funes Mori, que rindió tanto con él. River tiene un buen plantel, sólo le faltan algunas cositas.

-¿Qué creés que puede haber capitalizado de su experiencia en Arabia Saudita?

-En Arabia debe haber extrañado a River, en un campeonato tan raro... Vi algunos partidos. Con (Karim) Benzema hizo como con cualquiera que se borra de un entrenamiento, puso el grupo por delante de todos a pesar de que es una figura. No se traicionó.

-Tiene a la Libertadores como gran zanahoria.

-La última gran Copa que dirigió fue la de 2020, que lo elimina el Palmeiras por la derrota de local, pero de visitante River hizo un partidazo. Y definir en el Monumental, con la gente; con la cancha, a la que los jugadores le agarraron la mano... Talleres es un buen equipo, pero no es el de otros años; después, si pasa, están Colo Colo y Junior... Y sin gol doble de visitante, es mejor definir de local.

-¿Y se viene el cuarto libro de la biografía?

-El tercero me costó porque no se sabía bien cuándo terminaba el ciclo y, cuando se fue, tenía material que íbamos intercambiando y no pude convencerlo, estaba saturado en diciembre 2022. Y después me dijo “hablá con los chicos” y algo pude armar con todo lo vivido, con los mensajes de la gente... Ahora ya me escriben diciéndome “¿cuándo arrancás el nuevo?”. Primero que asuma, que gane e iremos al ataque, je. Todos los libros que escribí tienen su encanto, primero fue el de Almeyda, que fue un parto; era la época del Nacional B, estuve cortando clavos hasta el partido con Almirante Brown, y salió. Y con los de Gallardo le dije de la idea a poco de asumir y se fue dando todo. Tuve la suerte de estar más o menos cerca y contar lo que pude del gran ídolo. Los libros se siguen vendiendo, eso está buenísimo. Iba a ser un solo libro y gracias a él terminó siendo una saga.

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