“Si el match con Kramnik es para que Faustino demuestre que juega limpio al ajedrez, para mí es una estafa”. Así, el gran maestro catalán Miguel Illescas, de 58 años y ocho veces campeón de España, le respondió a Infobae al ser consultado sobre el posible enfrentamiento -una maquiavélica propuesta que el ex campeón mundial, Vladimir Kramnik subió en su cuenta de X- a partir del desafío del jugador ruso al niño argentino Faustino Oro, a un duelo presencial a 12 partidas en agosto próximo, en Londres.
Entonado, Illescas prosiguió: “Si se tratara de una sesión de entrenamiento privada o que Kramnik sintiera curiosidad por ver el juego del niño, a mí me parecería una oportunidad muy buena para Faustino. Lo otro no, sería una estafa porque Faustino no tiene necesidad de demostrar nada. Si él (Kramnik) tiene alguna duda, es peor para él. Los que conocemos a Faustino y a su familia sabemos qué clase de personas son. Pero si no basta, entonces, tómate tu tiempo y la molestia de analizar sus partidas y vas a llegar a la conclusión de que no hay dudas de su juego limpio. La duda es cero”. Así de contundente se expresó el ajedrecista español y programador informático que asesoró al equipo de IBM en el match Kasparov v. Deep Blue, en 1997, y que además es amigo personal de Kramnik.
Todo comenzó cuando el niño argentino, de 10 años -que aprendió a jugar al ajedrez en su departamento en el barrio porteño de San Cristóbal hace sólo cuatro años, en tiempos de pandemia- se ubicó en el 20° lugar en el ranking Blitz (partidas a 3 minutos para cada jugador) del sitio más popular de esta actividad: Chess.com, cuyos juegos se llevan a cabo a través de Internet. Frente al tablero, en partidas presenciales (cara a cara con su rival), Faustino Oro dio sobradas muestras de su talento: el 30 de junio se convirtió en el ajedrecista que a más temprana edad logró el título de maestro internacional. “Chessi” o “el Messi del ajedrez”, como habitualmente se lo llama, logró la hazaña con 10 años, 8 meses y 16 días.
Pero frente a la pantalla de la computadora su destreza aún es mayor: el 14 de junio marcó un nuevo récord de precocidad al posicionarse en el puesto 70° del ranking de Chess.com con 3004 puntos de Elo (así se llama el sistema de puntuación en el ajedrez), y un mes después, ingresó al Top 20 mundial con 3102 puntos de Elo. Un vertiginoso ascenso de casi 100 puntos que apenas un puñado de privilegiados pudo lograr en 30 días. Los mejores jugadores del planeta encabezan este ranking: Nakamura es líder con 3227 puntos; Carlsen, 3226; Firouzja 3178; Caruana 3172; Sarin 3169, entre otros más. Fausti -como lo llaman sus familiares y amigos-, ya derrotó a los dos primeros, y cada día avanza con mayor confianza hacia el pelotón del Top diez del mundo.
Justamente, el 14 de julio, cuando el sitio Chess.com actualizó el posicionamiento de Faustino Oro, en el 20° lugar de la tabla con 3102 puntos, los dos ajedrecistas rusos, Ian Nepomniachtchi -@Iachesisq- y Vladimir Kramnik -@VBkramnik- soltaron el rumor, ese viejo invicto enemigo de la felicidad con una serie de elogios irónicos a través de posteos en X.
“Seguramente 3200 la semana que viene y 3300 en un mes” escribió el ruso Nepo, actual subcampeón mundial y conocido también porque en 2022 se presentó al mundial de partidas blitz en Kazajistán con una remera con los colores argentinos y un estampado en el que se leía la frase que lanzó el astro Lionel Messi en el Mundial de Fútbol en Catar: “Qué mirá bobo; andá pa´allá”.
“No es imposible, al menos el ritmo de mejora hace pensar que es bastante realista ya este año, teniendo en cuenta las últimas actuaciones y el nivel de juego, ya es un jugador de más de 2600. ¡A la edad de diez años! Nunca visto en la historia, pero probablemente solo sea el principio”, le respondió Kramnik, que más tarde involucró en otra publicación a David Martínez -@El_Divis- entrenador del equipo olímpico español con bastante cercanía a los padres de Faustino, haciéndole llegar su propuesta de un match presencial a 12 juegos en Londres, con todos los gastos de traslados y alojamientos pagos. Y agregó: “Sería una gran promoción para él y al público de todo el mundo le encantará. ¿De acuerdo? Parece una gran oportunidad para Faustino. Por favor, háganme saber su decisión lo antes posible”.
Pero Kramnik, que ganó el mundial oficioso cuando venció a Kasparov en Londres, en 2000, continuó con más publicaciones y no menos irónicas referidas al progreso del niño argentino, las que resumió en una frase: “En definitiva, teniendo en cuenta lo mencionado anteriormente, el cielo es el límite aquí”.
Esto provocó que David Martínez fuera el primero en comenzar a sospechar que tantas alabanzas hacia el pequeño Faustino no eran otra cosa que un discurso irónico. Por eso en su red social escribió: “Ayer Nepo señalaba el crecimiento de Faustino Oro en lo que pensé, y quiero seguir pensando, era una alabanza. Hoy Kramnik publicó una respuesta, mezclada con estadística, que parece irónica y ya me hace dudar de la intención de ambos. ¿Qué pensáis vosotros?”.
La respuesta fue unánime; el ruso Kramnik insinúa que las victorias de Faustino Oro por Internet son “con ayuda” (se vale de algún módulo informático), y por eso quiere disputarle un match presencial para evidenciar su sospecha y ganar mayor publicidad colgándose de la “fama” del niño.
Miguel Illescas, que acompaño como analista a Kramnik en el match por el título mundial ante Kasparov y, además, es director de la revista Peón de Rey, se detuvo para contar su visión del fenómeno Faustino Oro y el exponencial crecimiento en el ajedrez online: “Existen diferencias naturales entre el ajedrez online y el presencial; el cerebro de Faustino ha pasado más horas frente a una pantalla que frente a un tablero. Mi caso es el opuesto. En la práctica online pesa muchísimo la habilidad con el “mouse”, los temas de “pre move” (el jugador ensaya la respuesta antes de que el rival haga la jugada y así se ganan segundos) y otras cosas más. Faustino, también, gestiona muy bien el reloj; con pocos segundos lo he visto superar a rivales más potentes, incluso resistiendo posiciones en las que ha estado inferior. Les gana porque es más rápido”.
-¿Esa diferencia entre jugar online o presencial también marca una disparidad en la fuerza de un ajedrecista?
-Obviamente, soy informático y un especialista en el tema; se trata de sentido común, aunque algunos como Kramnik piensen que es lo mismo. Es más, te diría que un jugador puede tener 200 o más puntos de Elo de diferencia entre ambas especialidades. Faustino puede tener más de 2700 puntos en sistema online y alrededor de 2550 en presenciales. Es razonable.
Más allá del revuelo causado en las diferentes redes sociales es muy poco lo que se sabe del entorno del niño argentino; si aceptará o no la propuesta lanzada por el ex campeón mundial, Kramnik. Alejandro Oro, el papá de Fausti, sería quizás el más interesado en realizar el match, aunque la decisión final pasará como siempre por lo que quiera su hijo.
En tanto Faustino lo que más quiere es jugar al ajedrez. El viernes visitó la Academia de Ajedrez de Miguel Illescas (EDAMI), en Barcelona y participó de un torneo amistoso con cinco maestros y grandes amigos, los argentinos Fernando Peralta, Tomás Sosa y Sebasitián Iermito, y los españoles Illescas y Alvar Alonso Rosell. Fausti no tuvo piedad con ellos y se impuso con comodidad. Lo mismo ocurrió al día siguiente, el 20 de julio, en el centenario de la Fundación de la FIDE; en Sitges jugó el 1° Sunway Chess Blitz, una competencia que permitió el récord Guinness promocionado por la federación internacional (se disputaron 7.284.970 partidas en 24 horas, con la participación de 109 federaciones de todo el mundo). El pequeño Faustino se adjudicó la prueba, con 55 participantes, invicto con 8 puntos sobre 9 posibles.
Desde la coordinación del proyecto de mecenazgo que asiste al niño argentino desde mayo pasado, no estarían de acuerdo con el duelo, e incluso los entrenadores de Faustino eligieron el silencio y optaron por no contar sus sensaciones hasta tener mayor certeza y credibilidad de la propuesta. Para varios de ellos, el duelo con Kramnik es una ofensa.
En tanto, Illescas no dio por terminado el tema, y siguió: “No me gustó cómo Nepo y Kramnik se refirieron a Faustino; se lo dije a Kramnik y le demostré mi desacuerdo con cualquier insinuación. Voy a defender con argumentos mi postura, aunque sea Kramnik o Dios que baje del cielo”, aseguró el gran maestro español, y completó: “Las cosas son claras y lo son ahora; reto a cualquiera a hacer un análisis objetivo. Llevo muchos años en este negocio, como maestro, informático y asesor, no le tengo miedo a un debate con nadie. Acá las cosas están claras y quien haga insinuaciones debería sufrir las consecuencias”.
Hace más de veinte años que Miguel Illescas mantiene una relación de amistad con Vladimir Kramnik; lo conoce y lo admira por su pasión por el ajedrez, por eso sus dichos, acaso, pueden ser más difíciles de dirigir por un amigo. “Tengo un gran respeto por Kramnik e incluso analicé que tiene razón en algunas cosas serias que planteó últimamente (acusó a varios ajedrecistas de hacer trampas durante las partidas que se juegan online). Pero si dice cosas de Faustino, yo discrepo y desautorizaré desde mi opinión cualquier insinuación al respeto”, aclaró el ajedrecista desde su domicilio en Barcelona.
La visita de la familia Oro a la escuela EDAMI, la semana última, acaso permitió que los padres de Faustino comprendieran que la maquiavélica propuesta del ex campeón mundial Vladimir Kramnik sería someter al niño a un examen no conducente para las emociones de un chico de 10 años.
Acaso, el pequeño Faustino ya sabe que su ilusión de jugar con Kramnik por ahora está en un compás de espera. Por eso se mantiene incólume de las burlas o ironías que se disparan en las redes; él sólo quiere jugar y divertirse. No deja de soñar.