Novak Djokovic eliminó a Rafael Nadal en la segunda ronda de los Juegos Olímpicos de París, un evento que se vio marcado por gestos polémicos del serbio que generaron controversia. En el choque N° 60 entre las dos leyendas, la victoria 6-1 y 6-4 del N° 2 del mundo acabó con las esperanzas del tenista español de obtener el oro, aunque aún le queda la posibilidad de conseguir una medalla en dobles junto a Carlos Alcaraz.
A sus 38 años y tras apenas haber disputado 22 encuentros en una temporada difícil, Nadal llegó a la competición con escaso tiempo de puesta a punto. La intensidad del encuentro se vio reflejada en el segundo set, cuando Nadal empató el 4-0 de Djokovic, levantando los ánimos de la abarrotada pista Philippe Chatrier.
La reacción de Rafa hizo estallar al público, que se volcó por completo con el español, un mimado de Roland Garros. Los aficionados no escatimaron en mostrar su apoyo, ondeando banderas españolas. A pesar de la frialdad y decepción inicial durante el primer set, en el que Djokovic dominó, el segundo set devolvió la esperanza a los seguidores de Nadal cuando el español mostró un despliegue de competitividad y carácter. a emoción en la pista era palpable, con el público francés creyendo en la posibilidad de otro milagro del mallorquín.
Fue allí, cuando aplacó aquella reacción, que sobrevino el momento más polémico: Nole se llevó la mano a la oreja, en una actitud que fue recibida con abucheos por parte del público. La provocación del serbio añadió más leña al fuego en un ambiente ya de por sí caldeado.
El comportamiento de Djokovic tras ganar el partido despertó una ola de críticas en las redes sociales y entre los mismos medios de comunicación. Este episodio ha puesto nuevamente en el centro del debate la relación de Djokovic con los aficionados y su manera de gestionar las victorias y derrotas en momentos cruciales. Más allá de que en el último tiempo se han convertido en un clásico los duelos de Nole con los fanáticos cuando le plantean un escenario adverso, el hecho de que del otro lado estuviera el español y en sus últimos compases en el tenis, hizo que para muchos aficionados el show de gestos se tornara algo personal.
“Por gestos así al público, Djokovic nunca será tan grande como Nadal o como Federer”, lo criticó en X el usuario Amante Olímpico. “¿Opiniones?”, abrió el debate la cuenta Tiempo de tenis, y surgieron las miradas a favor y en contra.
“Que es el tipo más arrogante, soberbio, pesado y agrio de toda la historia. Que sea el mejor jugando, es un debate donde no voy a entrar nunca, porque para mí no lo es, pero su actitud simplemente me resulta infumable”, fustigó @juanelo83. “Es que Novak Djokovic es el mejor tenista de la historia por lejos y humilló siempre a Rafael Nadal, hasta en su propio gallinero y con todo en contra”, respaldó al serbio @JairoMo48817380.
“Djokovic siempre ha sido bastante antideportivo cuando va perdiendo, simulando lesiones, peleas con su equipo o con gestos así al público. Por eso será de los mejores tenistas de la historia, pero nunca estará a la altura de Nadal o Federer”, volvió a golpear @manuelpg1710. Lo concreto es que los gestos no pasaron inadvertidos, al igual que la magnitud de su leyenda.