La jugada de ajedrez de Rafael Di Zeo para lograr volver al paravalanchas de Boca

El líder de La Doce consiguió que se apartara la fiscal de la causa por la que se encuentra en el derecho de admisión

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Rafael Di Zeo podría volver al para avalanchas de Boca (TELAM)
Rafael Di Zeo podría volver al para avalanchas de Boca (TELAM)

Rafael Di Zeo ya imagina su entrada triunfal. Aunque aún no le han dado certezas sobre la fecha, su mente marcó en el calendario el 15 de agosto próximo, en La Bombonera, en el partido de ida frente a Cruzeiro por los octavos de final de la Copa Sudamericana. Sería una película soñada: encabezando a La Doce, ingresando por la puerta 14 del estadio, con todo su ejército detrás vitoreando a un líder que le acaba de ganar una vez más al gobierno de turno y una vez más a la Justicia. Y esa ensoñación que parecía tan lejana apenas una semana atrás, ahora ha dado pasos agigantados para concretarse. En su pelea por salir del derecho de admisión que le impuso la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, hizo un cambio de estrategia judicial en Córdoba, distrito donde tiene la causa que le impide volver a los estadios, y pasó en apenas 48 horas de estar a punto de ser elevado a juicio con una expectativa de pena de prisión de hasta seis años, a apartar a la fiscal del juicio y, lobby mediante, tener altísimas chances de quedar fuera del alcance de la Justicia. Porque una vez más, el jefe de la barra brava de Boca parece renacer de sus cenizas dando un mensaje gigante sobre su poder en las tribunas y en la vida misma.

Lo que ocurrió tiene significados políticos y judiciales. La causa por tenencia compartida de arma de fuego en la que estaba inmerso la llevaba hasta el viernes la fiscal de Río Segundo, Patricia Baulies. La funcionaria había tomado todas las declaraciones indagatorias y tras haber finalizado la instrucción, tenía decidido enviar a juicio en los próximos días a 58 barras de Boca, incluido Di Zeo. Al principio la asesoría letrada de Rafa había dejado trascender que querían que se hiciera todo rápido porque se demostraría en un tribunal oral la falsedad de los hechos que se le imputan. Pero las cosas se fueron complicando cuando se contradijeron algunos imputados y cuando mantuvieron sus dichos los policías cordobeses y los gendarmes que ponían a Di Zeo a tiro de condena. Entonces la ficha se movió rápido: aconsejado por algunos políticos y dirigentes con peso en Comodoro Py, Di Zeo contrató como nuevo abogado al ex fiscal general de la provincia, Darío Vezzaro, quien fuera el jefe de todos los fiscales cordobeses hasta 2012, cuando dejó la función pública para seguir en la actividad privada.

El golpe fue doble: por un lado puso a un letrado que conoce cada baldosa de las fiscalías y los juzgados de toda Córdoba, y por otro logró apartar de la investigación a la fiscal Baulies, que estaba a punto de elevarlo a juicio. ¿Por qué? Porque la fiscal había trabajado en su momento codo a codo con Vezzaro, entonces decidió dar un paso al costado por amistad manifiesta. De esta manera, el nuevo fiscal general de la provincia, Juan Manuel Delgado, debía resolver quién se hacía cargo del caso. Como en Río Segundo no hay otra fiscalía, debía pasar a otra jurisdicción geográficamente cercana. Para eso había dos chances: Alta Gracia, que cuenta con dos representantes del Ministerio Público, o Jesús María, donde actúa el doctor Guillermo Monti. Y finalmente la causa recayó en este último que ahora deberá empaparse en el caso y tomar definiciones que en la defensa de Di Zeo confían en que sean distintas a las que Baulies había adoptado.

¿En qué se basan para tener estas esperanzas? En dos situaciones. Por un lado que interprete de forma diferente lo que sucede cuando se encuentran armas en un lugar donde hay mucha gente y nadie se hace cargo de las mismas. Porque ese es el caso que involucra al líder de La Doce. Vale recordar que el 30 de abril pasado, cuando viajaban los micros de la barra a Córdoba a ver la semifinal de la Copa de la Liga frente a Estudiantes de La Plata (partido que finalmente ganó el Pincha), en una requisa en la ruta, en uno de los micros de la caravana se encontraron cuatro armas aptas para el disparo, dos con numeración limada y una con el logo de la Policía Federal Argentina, más 58 municiones. En ese micro, según declararon en la fiscalía un oficial de Gendarmería y otro de la Policía cordobesa, viajaba Rafael Di Zeo, quien no logró ser demorado con el resto de los 57 ocupantes y regresó en una camioneta a Buenos Aires, pero igualmente quedó inmerso en el proceso judicial, lo mismo que su mano derecha, Carlos Maciel, alias Skeletor. Para la mitad de la biblioteca judicial, cuando pasa eso, si no hay dueños de las armas, todos lo son. Para la otra mitad, si nadie se hace cargo de las mismas, su tenencia no se le puede atribuir a nadie. La fiscal que actuaba hasta la semana pasada iba por la primera alternativa. Ahora habrá que ver qué hace el doctor Monti.

La otra situación que alimenta la fantasía de un pronto regreso de Di Zeo a las canchas tiene que ver con su presencia o no en el micro. Al no haber imágenes que lo muestren bajando de ese ómnibus, el líder de La Doce objeta su presencia. “Tienen filmado el operativo dentro del micro pero no cuando los bajás, qué raro. Esto fue todo armado”, dicen en el entorno legal del barra. En cambio, para la fiscal Baulies estaba todo claro: un gendarme y un policía declararon bajo juramente que Rafa fue el primero en bajar y tras él salió Skeletor. Y entre creerle a dos uniformados de distinta fuerza o a dos barras, la fiscal optó por la institucionalidad. También se verá cómo juega ahora esta nueva situación. En el medio, del resto de los 56 imputados 52 se negaron a declarar y los cuatro restantes aseguraron que Di Zeo no viajaba con ellos, pero cometieron un blooper a la hora de adjudicarse la tenencia de las armas, ya que dos de ellos dijeron ser dueños de la misma, lo que para la ex fiscal del caso era una comprobación que era una estrategia legal para hacer zafar al jefe de la barra, lo que también ahora será discutido nuevamente.

Así las cosas, Di Zeo sueña. Tiene nuevo abogado con un nombre muy poderoso en Córdoba y una pelea que se traslada al ámbito nacional con Patricia Bullrich, la ministra de Seguridad de la Nación que dijo públicamente en una conferencia de prensa que su derecho de admisión era “de por vida”. Bueno, para Rafa esas palabras no cuentan. Y hay sectores de la política enfrentados a Bullrich que ven con buenos ojos que pueda volver a la cancha, para asestarle un revés a la ministra. Por eso, su círculo íntimo le dijo que sueñe en grande. Y ese sueño tiene una fecha precisa: 15 de agosto, contra Cruzeiro, liderando el paravalanchas mayor de la Bombonera.

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