Edinson Cavani volvió a jugar y Boca Juniors volvió a festejar. Con un tanto del uruguayo, el equipo dirigido por Diego Martínez se puso en ventaja ante Independiente del Valle por la revancha de los 16avos de final de la Copa Sudamericana en la Bombonera. Claro que antes del desahogo del número 10, hubo suspenso y frustración...
Corría el minuto 38 de un partido muy cerrado en el que no se sacaban diferencias y el Xeneize no podía ser claro dominador a pesar de haber tenido más insinuaciones que su rival, cuando Cavani recibió recostado por la izquierda tras un buen slalon de Milton Delgado, se apoyó en Jabes Saralegui y se dirigió hacia el área, su hábitat natural. Allí el volante boquense cedió a Miguel Merentiel, quien aguantó el momento justo para tirarle la pelota entre líneas a su compatriota, que ejecutó una diagonal perfecta y se enfrentó al arquero Moisés Ramírez. La bola le quedó larga al Matador, pero el golero ecuatoriano no pudo dominarla y, en ese rebote, Cavani no lo perdonó pese a que el ángulo era cerrado.
En el golpe de imagen, Cavani parecía haber partido en posición adelantada. Es por eso que el asistente número 1, Martín Soppi, levantó su bandera. Sin embargo, desde la primera repetición de la jugada fue notorio que Mateo Carabajal lo habilitó e hizo que el VAR revisara la acción y notificara al árbitro uruguayo Andrés Matonte para que modificara su determinación. En la cabina trabajaron los charrúas Christian Ferreyra (VAR) y Richard Trinidad, mientras que completaron el grupo los coterráneos Pablo Llarena (asistente 2) y Alberto Feres Marino (cuarto árbitro).
Cavani, que se había llenado la garganta de gol al igual que todos los fanáticos xeneizes que llenaron la Bombonera para esta cita copera, enseguida juntó las manos, se tapó la cara y se agarró la cabeza de frente al línea que sostenía la bandera levantada. No obstante, desde el banco de suplentes local le advirtieron rápidamente que se trataba de un error del lineman y ahí le cambió el rostro al experimentado atacante que se había perdido el encuentro de ida en la altura de Quito (tampoco había estado contra Defensa y Justicia en Florencio Varela el domingo por la noche) por una molestia muscular.
Como si se tratara de una réplica, la Bombonera explotó nuevamente con la seña de Matonte, al que le avisaron por auricular que Cavani en realidad estaba habilitado. Al menos, a diferencia de lo que sucedió hoy temprano con el bochornoso partido entre el Sub 23 de Argentina y Marruecos, esta vez el VAR no se tomó dos horas para modificar un fallo.