La primera jornada de los Juegos Olímpicos de París 2024 pasará a la historia como el día que se anuló un gol dos horas después de su anotación. La inédita definición del partido con derrota 2-1 de la selección argentina en su debut ante Marruecos recorrió el mundo, Javier Mascherano caratuló lo sucedido como un “circo” y dos referentes del plantel salieron a dar sus testimonios después de que el árbitro Glenn Nyberg anulara el tanto de Cristian Medina por fuera de juego de Bruno Amione a instancias del VAR luego del compás de espera por la increíble invasión de campo y la agresión a la delegación albiceleste.
Nicolás Otamendi y Gerónimo Rulli, dos de los tres mayores de la Sub 23 que fueron con el representantivo nacional (el otro es Julián Álvarez) analizaron lo que dejó el encuentro en Saint-Étienne. El zaguero central del Benfica expresó su queja en declaraciones divulgadas por el periodista de TyC Sports, Gastón Edul: “Es una vergüenza histórica. Nunca pasó algo así. Marruecos no quería jugarlo y nosotros tampoco. Esperamos una hora y cuarenta pero nadie nos decía nada. Te da impotencia porque son los Juegos Olímpicos”.
Además, hizo hincapié en la falta de seguridad y cuestionó la determinación del juez principal porque acusó que debía sancionar un penal para la Argentina previo al fuera de juego de Amione: “Tuvo una hora y media para revisar supuestamente la jugada del offside. No revisó la jugada entera cuando ingresó al campo porque cuando le pegué al arco le pega la pelota en la mano a un jugador de Marruecos. Esa no la revisó”. “Que te quiten el partido de esta manera te da una bronca terrible”, señaló. Y miró hacia lo que viene: “Te indigna y duele un montón, pero hay que levantar a los chicos”.
Más adelante, fue el turno de Rulli, quien tampoco ahorró críticas: “Todo lo que te diga ahora mismo no va a valer porque estamos muy enojados. Fue vergonzoso, nos sentimos usados y maltratados”.
El arquero del Ajax, de 32 años, confesó su sorpresa por la decisión de Nyberg, ya que en ningún momento les habían comunicado que el empate podía no correr: “A nosotros nos habían dicho que el gol valía y que estaban esperando sacar a toda la gente para garantizar la seguridad y jugar los tres minutos. Es más, habíamos hablado con la gente de Marruecos porque ellos tampoco querían salir a jugar. Los dos queríamos terminarlo por seguridad. Acá, había 40 mil personas y 39.500 de ellos, que estaban en contra nuestro. Al fin y al cabo, estamos en un país que es el que es y somos Argentina”.
Rulli profundizó ese concepto en una publicación realizada en su cuenta personal de Instagram: “Ya sabemos a dónde vinimos y cómo nos van a tratar, pero no tengan dudas que vamos a hacer hasta lo imposible por llevar nuestra bandera a lo mas alto nuevamente”.
Las muestras de hostilidad fueron moneda corriente en el Estadio Geoffroy-Guichard, ya que se registró una estruendosa silbatina de gran parte de la afición cuando sonó el Himno Nacional argentino en la previa al partido. Además, el gol de Medina desató una escalada inusitada de violencia porque se arrojaron botellas y vasos de plástico hacia los jugadores que celebraban la igualdad convertida a los 105 minutos de juego, decenas de personas ingresaron al campo desde todas las tribunas y se lanzó una bomba de estruendo cerca del banco de suplentes donde se encontraban los futbolistas. Esto obligó a que los protagonistas de la Albiceleste se fueran raudamente al vestuario.
Gerónimo Rulli contó cómo atravesaron esas horas posteriores hasta volver al terreno de juego en charla con TyC Sports: “No podíamos entender lo que estaba sucediendo. Entendemos que si el gol es offside, cobrás offside y se sigue el partido, pero cuando nosotros atacamos, metemos el gol, festejamos y nos atacan a nosotros desde afuera, nos hacen meter adentro. Estábamos de acuerdo con Marruecos en terminar el partido 2-2 en ese momento. Estábamos esperando las decisiones. Como dijo Masche, fue un circo porque era gente de arriba manejando cosas que eran inentendibles”.
En este sentido, precisó qué les dijeron para regresar a la cancha: “Porque hay que salir a jugar, el show tiene que continuar. Y nosotros somos los que salen ahí afuera. Es vergonzoso porque nosotros como Federación y país le estamos dando mucha importancia y lo de hoy no fue serio ni profesional. Cualquier palabra que te diga ahora se va a quedar corto con lo que siento”.
El entrenador, Javier Mascherano, había exclamado en plena reanudación que fue “el circo más grande” que había visto en su vida. Esto lo reafirmó en conferencia de prensa: “Y sí... No tengo explicación para los jugadores de decirles que durante una hora y veinte estuvieron revisando una jugada. No sé qué es lo que pasó. ¿Está en fuera de juego? Dejame seguir los cuatro minutos con el envión que traigo, no me parés el partido para jugar tres minutos después de una hora y media. Un papelón”. “Lo que pasó dentro de la cancha fue un escándalo. No es un torneo de barrio, son los Juegos Olímpicos”, remató.
La selección argentina deberá dejar atrás lo ocurrido con mucha urgencia porque este sábado desde las 10 de la mañana (hora Argentina) tiene que vencer a Irak en Lyon para no complicar su futuro en el Grupo B. El cierre será en ese mismo recinto, pero el próximo martes 30 a las 12 del mediodía contra Ucrania.