Lateral brasileño del seleccionado de Racing. Así se definía Iván Pillud mientras vestía la camiseta de la Academia durante los últimos 14 años. Con el humor que lo caracteriza, un espíritu jovial y una actitud proactiva que fomentó la unión en cada plantel que integró, el experimentado defensor surgido de Capitán Bermúdez se convirtió en un referente del equipo de Avellaneda, donde conquistó 5 títulos y se consolidó como el futbolista más ganador de la institución.
El Torneo Transición Dr Ramón Carrillo del 2014, la Superliga del 2019, las dos ediciones del Trofeo de Campeones (2019 y 2022) y la Supercopa Internacional obtenida en Medio Oriente fueron sus logros que le abrieron las puertas de los corazones albicelestes. Él quería quedarse en el club; y después de una reunión con Gustavo Costas parecía que la renovación de su contrato se iba a dar por seis meses más; ya que su ambición estaba focalizada en la Copa Sudamericana. Sin embargo, las negociaciones con las autoridades no llegaron a buen puerto y emigró a Santiago del Estero, donde continuará su carrera en Central Córdoba. “Yo tenía ganas de seguir, porque físicamente me siento muy bien. Si bien es cierto que cuando uno se pone más grande le cuesta adaptarse a nuevos desafíos, ahora pienso en dejar al Ferroviario lo más arriba posible. Como lo hice siempre: compito a la par de mis compañeros en un grupo en el que hay chicos que tienen 17 o 18 años. Después, creo que ya cerraré las puertas”, reveló en diálogo con Infobae.
La sentencia dejó un manto de duda sobre su posible retiro. En tiempos de recambio constante, de vértigo y de exigencias a corto plazo, el ex Tiro Federal es consciente de que atravesará el ocaso de una etapa en el conjunto del Norte. “Hablo mucho con ex jugadores que se han retirado de jóvenes. De hecho, me escribo bastante seguido con Darío Cvitanich, que fue un chico que se retiró con casi 39 años. Él siempre me dice algo que lo tengo muy presente: Iván, dejá de jugar cuando el fútbol te retire a vos”, confesó con una carga nostálgica en su voz. El ex goleador de la Academia, Boca, Banfield, Ajax y Niza fue clave en la decisión que tomó el lateral. “Si no tenés que estar en Racing, tratá de seguir en otro lado; porque ese vacío que queda cuando terminás la carrera es muy difícil de llenar”, fue otro de los consejos que le dio su ex compañero.
Sus días en el Cilindro quedarán en la memoria colectiva de una hinchada que siempre le manifestó su afecto. Un ejemplo fue la bandera que le dedicaron desde las tribunas el día de su cumpleaños. “Mi viejo me contó de Maradona, yo a mi hijo le hablaré de Iván Pillud”. “Fueron muchos años”, deslizó con una sonrisa tímida que intentó argumentar la locura de los simpatizantes. “Le tengo un aprecio especial a ese club, porque fue mi segunda casa. Esa bandera era de una familia de fanáticos que iban siempre a la cancha y les pedí que fueran a un entrenamiento en la semana para conocerlos. Cuando llegaron, me la regalaron con mucho cariño y yo traté de agasajarlos con unas camisetas. Ahora la tengo en casa, pero el día de mañana, cuando esté un poco más ordenado, la voy a la voy a poner en algún lugar especial. Cuando lo pienso se me pone un poco la piel de gallina”, detalló.
Otra muestra la improvisó un adolescente que le pidió un autógrafo sobre su piel para luego tatuárselo. “Hay varios que están locos. Hace poco me mandaron un video en el que un muchacho tenía en el parabrisas de su auto la firma de Maradona y la mía. Son unas muestras de cariño espectaculares, aunque para mí es inentendible. El fútbol tiene estas cosas... verdaderamente es una pasión que no se puede explicar”, reflexionó. Y de inmediato continuó con una respuesta sincera y emotiva: “A mí me costó entrar en el corazón de la gente, pero ahora me considero uno más de ellos. Se creó un respeto mutuo con el público. En muchas canchas intercambié algunas palabras con los que habitualmente están cerca de los alambrados y siempre hubo buena onda. Siempre los voy a recordar con felicidad y muy agradecido por cómo me trataron durante todo ese tiempo”.
Iván Pillud permaneció en Racing durante más de una década en la que vivió los momentos más felices, pero también atravesó los golpes más inesperados. A lo largo de su estadía compartió el vestuario con ídolos de la talla de Diego Milito, Lisandro López o Rodrigo De Paul. Y también estuvo con otros intérpretes que no dejaron un gran recuerdo en la institución como los casos de Ricardo Centurión, Jonathan Galván o Agustín Orion. “En los planteles hay mucha gente que tiene costumbres muy diferentes, con pensamientos opuestos que vienen de una realidad distinta. Cada uno tiene su carácter y su forma de vivir. Siempre la idea fue la de estar juntos dentro de la cancha, más allá de lo que pase afuera”, subrayó el defensor en un análisis profundo.
Ante la consulta sobre los controvertidos episodios que protagonizó Ricky, el defensor apeló a su sinceridad y planteó: “Para mí fue uno de los jugadores que marcó mucho la diferencia en el torneo que ganamos en 2014. Lo necesitábamos en plenitud y rindió. En ese momento, hizo un click en su cabeza y se dio cuenta de la calidad de jugador que era y de lo que nos podía aportar. Todos vimos cómo lo supo aprovechar. Creo que fue clave que estuviera rodeado de gente de mucha experiencia, como en el caso de Diego (Milito)”.
Uno de los aspectos que más valora, son las relaciones que pudo forjar a través de la pelota. “Con Ezequiel Videla me quedó un gran vínculo, al igual que con el Huevito Acuña, que con nosotros la rompió toda y ahora es campeón del mundo. Cuando llegó de Ferro veíamos que tenía potencial, pero nunca nos imaginamos que iba a lograr todo lo que consiguió con la Selección”, confesó con sorpresa. Y continuó: “Hablo cada tanto con él, pero no le quise tirar un mensaje ahora para no molestarlo. También estoy mucho en contacto con Lea Grimi, que se fue a vivir al exterior o con Nico Sánchez. Creo que varios de los amigos que me ha dado el fútbol han sido Videla, el Chino Saja y Diego Milito”.
Ante un nuevo desafío en Central Córdoba de Santiago del Estero, donde los objetivos se centrarán en lograr la permanencia en lugar de pelear campeonatos internacionales, Pillud se aferra a la pasión que lo llevó a convertirse en un jugador histórico de Racing. El Pibe de 38 años sueña con salvar al Ferroviario y luego pensar en su futuro. “Sé que en Avellaneda tengo las puertas abiertas. Ya me han ofrecido volver cuando me retire. Eso se verá cuando llegue el momento, porque también tengo la posibilidad de trabajar con mi representante; que es una opción que toma la mayoría de los ex jugadores que conozco y les va muy bien. De todos modos, no me quiero adelantar. Ya habrá tiempo para pensar y tomar la decisión que sea más conveniente. Mientras tanto, sigo entrenando porque hay una misión que cumplir: evitar el descenso”.