Las revelaciones del plantel de Boca Juniors tras la exclusión de sus refuerzos en la Copa: la charla íntima entre los referentes y el DT

Riquelme acompañó, los líderes del grupo dieron la cara y Martínez se responsabilizó pese a no tener culpas. Las claves del buen resultado del Xeneize en Ecuador

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Riquelme asumió su error, Martínez recibió el apoyo interno de los referentes y Boca quedó bien parado en la Sudamericana
Riquelme asumió su error, Martínez recibió el apoyo interno de los referentes y Boca quedó bien parado en la Sudamericana

“En la mala de qué estás hecho aprenderás”, dice la letra del tema Suerte, de Don Osvaldo. El error ya era imposible de saldar y había que mover rápido las fichas. El club lanzó un comunicado el lunes pasado, a 48 horas de la presentación del equipo en Ecuador, para informar sobre la situación de la (no) inscripción de los refuerzos en Copa Sudamericana. Juan Román Riquelme habló en público y se sumó a la delegación que voló a Quito, los referentes jugaron su papel cara a cara con el DT y el propio Diego Martínez se ocupó más de lo que se preocupó. Estas fueron las razones por las que Boca sacó adelante el primer duelo ante Independiente del Valle, empató 0-0 y, por poco, casi lo gana.

Por supuesto que al entrenador se le vino el mundo abajo cuando le confirmaron que por una cuestión de demora en la presentación de papeles no iba a poder contar con Gary Medel, Tomás Belmonte, Brian Aguirre y Milton Giménez, cuatro futbolistas que estaban anotados en la lista preliminar de concentrados (los primeros tres, presuntos titulares). Aunque los detalles del conflicto pasaron a importarle poco y nada debido a las urgencias del caso. Y fue un inconveniente potenciado debido a que el cuerpo técnico ya había tenido poco tiempo de trabajo con las nuevas caras, sabiendo que no contaría con los convocados a los Juegos Olímpicos Cristian Medina, Equi Fernández y Kevin Zenón, iniciales indiscutidos en el primer semestre (más Leandro Brey).

“Tenemos buen plantel y 180 minutos para poder pasar. Hay mucha ilusión”, declaró Riquelme antes de embarcar rumbo a Ecuador. No fue un gesto más. Es cierto que son Raúl Cascini y Marcelo Delgado los que más relación tienen con Martínez (Chicho Serna viajó a la Copa América y el Patrón Bermúdez estuvo un tanto alejado en el último tiempo) y los futbolistas como nexos de la directiva, pero Román no viaja al interior y exterior en todos los compromisos que tiene el equipo y esta vez entendió que era necesario empujar con su presencia, que no es pasada por alto por el grupo.

La primera muestra de respaldo fue de Luis Advíncula, quien ayer fue una de las figuras del encuentro en Quito pese a haber trabajado a contrarreloj por una inflamación en un tendón de Aquiles que lo tuvo a maltraer en el último tiempo y le impidió cursar la Copa América en Perú con normalidad. El hecho de no querer faltar a la cita fue un guiño para Martínez, que lidió con otras bajas en ese sector desde que se puso el DT azul y oro (Lucas Blondel y, para este cotejo, Nicolás Figal).

“Tener líderes es tener un tipo (por Advíncula) que hace una semana me dijo que me quedara tranquilo porque iba a estar para poner la cara. Es tener a Marcos Rojo que se tira de cabeza en la pelota parada”, fue una de las tantas reflexiones de Martínez en conferencia de prensa luego de la igualdad sin goles en suelo ecuatoriano. Pese a la juventud del elenco titular de anoche plasmada en Lautaro Di Lollo, Milton Giménez, Mauricio Benítez y el veterano entre los pibes Jabes Saralegui, el Xeneize no resquebrajó sus líneas por caudillos como Rojo, que inclusive tuvo que darles un sacudón a los menos experimentados frente a los embates de Independiente del Valle.

Eso no fue todo, porque el técnico reveló qué le dijo Sergio Romero luego de que la noticia de la exclusión de los refuerzos en la Copa se detonara como una bomba en Boca Predio: “No te quiero ver con cara mala. Levantá la cara que mañana vamos a hacer un buen partido”. “Cuando vos tenés a ese tipo de jugadores, es la sensación más reconfortante que puedo tener”, sentenció Martínez.

Riquelme anoche en Sangolquí, Quito (Fotos: API/Rolando Enríquez)
Riquelme anoche en Sangolquí, Quito (Fotos: API/Rolando Enríquez)

Chiquito también aportó detalles de cómo cayó el problema de la lista en la Sudamericana en el seno del plantel: “Fue algo raro, pero lo asimilamos rápido. Ya estaba, no se podía hacer nada. Nos mentalizamos en que los que estábamos teníamos que venir y dar la talla. Dimos la cara por Boca. Y, los chicos, dejaron de serlo. Se hicieron responsables de la situación. Interpretaron el juego. Sabían que no iba a ser fácil. Nosotros, los más viejos, les sacamos responsabilidades. Les dijimos que traten de disfrutarlo y que aprovecharan la oportunidad. Creo que la recontra aprovecharon”.

Cierto es que a la enorme tenencia del equipo de Javier Gandolfi le faltó profundidad y claridad para lastimar a un Boca bien parado que tuvo dos chances clarísimas en los pies de un Miguel Merentiel que en caso de haber tenido el 50% de la lucidez de otros encuentros hubiera firmado el triunfo. Y también que más allá de algunas figuras como la joya ecuatoriana Kendry Páez (vendido al Chelsea), que anoche no pesó, careció de jerarquía para llevarse puesto a un elenco de la Ribera que apenas sufrió en dos bolas aéreas.

Pero al mismo tiempo hay que remarcar que ante la adversidad Boca cerró filas, amalgamó experiencia con juventud y postergó el deseo de muchos que estaban esperando que cayera. “Es una situación que a ninguno de los que somos parte nos gusta estar viviéndola, pero todos somos parte. Ante esto tenés dos respuestas: o te quedás lamentándote, echando culpas o buscando responsables, o mirás para adelante y tratás de sacar adelante situaciones adversas”, se hizo cargo Martínez, casi como si hubiera sido él el encargado de enviar el bendito mail a la Conmebol para inscribir a los refuerzos en tiempo y forma.

Cuando el cacique se embarra, a los indios no les queda otra que enlodarse también. Y esa es la pintura de lo que sucedió con Boca anoche en Quito. “Estoy orgulloso de pertenecer a este grupo de trabajo. Todos están predispuestos para ayudarnos. Cuando es así, cuando pasan las cosas que pasaron, me dan ganas de salir y pelearme con cualquiera en el sentido futbolístico”, concluyó el entrenador, que quedó a una victoria en la Bombonera, con el público a favor y soldados recuperados, de sellar la clasificación a octavos de final de la Copa Sudamericana y transformar el grave descuido de la directiva en una anécdota.

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