- ¿Qué te dejó la final entre la selección argentina y la de Colombia por la Copa América?
- Argentina sigue siendo una selección muy sólida por el proceso que ha vivido los últimos años. No por nada es la actual campeona del mundo al igual que la bicampeona de América. La selección de Néstor Lorenzo ha generado mucha ilusión. Antes de los 28 partidos invictos y el inicio de esta copa, muchos estaban convencidos de que el proceso era bueno, sin embargo, por la manera que el equipo de Lorenzo encaró la Copa nos ilusionamos con poder ganarla al final.
- ¿Qué impresión te generó el rendimiento de Colombia durante la Copa?
- La vi muy bien, ha crecido muy rápido. Cada partido que ha jugado lo ha hecho como una selección que quería ganar la Copa. El trabajo de Lorenzo fue clave y siempre admiré su lucha constante por dignificar al jugador. El país responde siempre a ese trabajo silencioso y acompañó. Muy pocas veces habla con la prensa y lo único que le interesa es trabajar día a día. Lorenzo está tratando de consolidar un equipo que incluso no pudo clasificar al pasado Mundial. En estas instancias finales, son más importantes la jerarquía y el hábito de un jugador de vivir estos momentos que son completamente diferentes al inicio de un campeonato o una Eliminatoria, pero la presión es mayor por toda la emoción y los impulsos que genera una final de Copa. Son cuestiones a las que el jugador debe habituarse y que tiene que aprender, y ahí fue donde Argentina marcó diferencia.
- ¿Te sorprendió el nivel de Colombia en el último partido?
- Colombia no jugó de la misma manera que lo venía haciendo y eso es producto de la jerarquía que tiene Argentina en sus jugadores. Nosotros estamos aprendiendo hasta ahora a conseguir eso para poder seguir estando en estas instancias de finales de manera más frecuente.
- ¿Fue Argentina merecedora del título?
- Sí. Se pueden decir muchas cosas sobre el formato del campeonato y de los rivales que tuvo en las fases previas, pero en la final estuvo mejor que Colombia.
- ¿A qué te réferis con los rivales que tuvo Argentina en las fases previas?
- Se habló mucho de que la selección argentina camino a la final no encontró un rival a la medida, haciendo referencia a que no había jugado contra Brasil ni contra Uruguay, y de cierta forma se había menospreciado lo que había hecho el equipo de Lionel Scaloni.
- ¿Duele la manera de haber perdido la final en tiempo suplementario? ¿O valorás haber llegado a jugar la final?
- Es subjetivo, el resultado da igual. Al final, pierdes y terminas obteniendo lo mismo si fuera en los 90 minutos o en los penales. Valorar haber llegado a una final es parte de la forma en la que el resultado se da. Colombia, en este proceso, que haya jugado como jugó y haber llegado a un final de la Copa América es lo mejor que le pudo haber pasado.
- ¿Cómo fue Lorenzo siendo su entrenador junto a José Pekerman en la selección cafetera?
- Aprendimos mucho y tenemos muy buena relación. Lorenzo es un tipo que ve muy bien el fútbol. Hay entrenadores que te enseñan cosas básicas o elementales y en su gran mayoría el rendimiento del futbolista siempre va de la mano con lo que él intuye. Lorenzo es un entrenador diferente, porque te daba herramientas y elementos para pensar en alternativas distintas y entender mejor el juego. Eso fue lo que marcó la diferencia para que hoy veamos una selección muy buena y con una filosofía de juego tan clara. Si bien es cierto que lleva dos años, como seleccionador ha construido muy rápido un equipo y en tan poco tiempo
- ¿Cómo vas llevando esa nueva labor como comentarista deportivo?
- Bien, con un estilo de vida diferente al que estaba acostumbrado como futbolista. Soy parte de ESPN en todos los programas deportivos como columnista. Además, me dedico a los negocios personales, a la representación de jugadores, y a la familia. También, tengo un Centro de Entrenamientos y restaurantes. Desde que me retiré, empecé a trabajar como comentarista deportivo y ha sido una buena experiencia para seguir vinculado de cerca a lo que más me gusta, que es el fútbol. La óptica que tiene el periodista es muy diferente en el día a día a la del futbolista. Comparto mis opiniones desde la experiencia y por haber pisado el terreno. Eso genera que la gente tenga más información acerca de lo que es el juego, y de cierta manera, empezar a entender cómo se mueven los medios, con periodistas preparados para dar su opinión.
- ¿Siempre te llamó trabajar en un medio de comunicación?
- Nunca me lo imaginé hasta que dejé el fútbol, no me veía teniendo esa posibilidad de trabajar en un medio televisivo tan importante. Fue algo que se fue dando y lo más importante ha sido el poder seguir ligado de alguna manera al fútbol, hablando sobre este deporte que es lo que más me gusta. Y obviamente también por la libertad que esto me permite para hacer otras cosas, entre ellas, pasar tiempo con mis hijos.
- ¿Seguís despuntando el vicio de jugar a la pelota?
- Físicamente me sigo cuidando, me levanto temprano para ocupar el tiempo en las cosas que a uno le gusta, entre ellas, jugar al fútbol, pero lo hago muy poco la verdad. Me retiré en el 2017, que fue la última experiencia que tuve en fútbol. Fueron suficientes años dedicados a los entrenamientos, y me sigue apasionando el fútbol, pero ya no voy a disputar cualquier partido en el que me invitan, sino es un tema más de hobby y para aprovechar un buen encuentro con excompañeros, para disfrutar de un buen rato. No se da tan frecuente, pero todavía seguimos pateando la pelota.
- ¿Cómo fueron tus primeros años en el fútbol?
- Me formé en el Real Cartagena. Llegar a Primera fue como la materialización de un sueño que se venía construyendo desde chiquito. Todos los recuerdos de mi infancia tienen que ver con la pelota. No tengo otros recuerdos de niño ni de adolescentes en otros espacios. Entonces, ese debut para mí fue estar en el camino correcto, porque no todos tienen la oportunidad de jugar en Primera División. Le agradezco a Dios y a la vida la oportunidad que me dieron de haber sido campeón, de jugar mucho tiempo en Primera, de jugar un Mundial juvenil, una Copa del Mundo de Mayores, de haber logrado cosas muy interesantes que otros no pudieron lograr. Sin duda, ese esfuerzo valió la pena para ganar la Copa Sudamericana con Independiente de Santa Fe, la Copa Libertadores con San Lorenzo, hacer un nombre en la MLS de los Estados Unidos, en una liga que muchos miraban por debajo, y hoy se convirtió en algo grande.
- ¿Qué recordás de tu paso por San Lorenzo de Almagro?
- Vivo muy agradecido con haber tenido esa oportunidad. No concibo con las personas que actúan mal ni tienen comportamientos mediocres. Al final, se fue rompiendo la relación más por esas cuestiones extra futbolísticas que por lo que realmente fue el proyecto deportivo. En el camerino tuve muy buena relación con mis compañeros. Tuve la oportunidad de jugar y ser titular, de llevar al equipo y ayudar a lograr la Libertadores en el primer semestre de 2014. Para mí, lo más valioso fue la huella que dejé en algunos hinchas que reconocieron el trabajo que hice dentro del campo de juego, que para eso me llevaron. Mi vínculo con San Lorenzo no fue tan fuerte. No es el equipo de mis amores, pero le agradezco y le deseo que este bien.
- ¿Cómo es Edgardo Bauza, el entrenador que llevó a San Lorenzo a ganar su única Copa Libertadores?
- La verdad es que tuve el placer de estar con él y lo admiraba mucho por lo que había logrado con Liga de Quito de Ecuador. Un tipo entregado a su profesión y con un cuerpo técnico que lo acompañaba muy bien preparado. Tuvimos un gran grupo, con el que logramos generar una buena armonía para competir afuera, ya que talento teníamos de sobra. Eso lo termina ratificando la obtención de la Libertadores 2014. Después de eso, no tuve la oportunidad de hablar con él. Pero me enteré de su situación médica, siempre generando muy buenos deseos.
- ¿Por qué te retiraste como futbolista en el 2017?
- Fueron dos factores fundamentales. El primero tiene que ver con que había sufrido lesiones de muy joven, y de pronto, en el club donde estaba no tenía la confianza del entrenador ni las herramientas necesarias para mantenerme en óptimas condiciones, y sentí que tal vez no estaba siendo valorado de la forma que yo lo esperaba, porque eran muchos los esfuerzos que hacía para estar. Segundo, vivía un momento familiar importante con el nacimiento de mi hija y el estar lejos no me ayudaba, así que decidí hacerme a un lado y colgar los botines.
- ¿Te costó el post retiro?
- Obviamente que duele mucho porque en esos primeros meses hubo cosas fundamentales que uno extrañaba, por ejemplo, el compromiso de saber que al otro día madrugabas para verte con tus compañeros. Extrañaba mucho el vestuario, mucho los juegos recreativos, de calentamientos, los rondos, etcétera; es algo que se va y no vuelve. Me costaba mucho, pero me ayudó el sentirme preparado para continuar con la vida, comenzar un nuevo capítulo. Lo más fuerte para los futbolistas es que llegue la etapa final y no haber ahorrado dinero, no tener en claro qué van a hacer de su vida, porque lo único que aprenden de chiquitos es a patear la pelota. En mi caso, siempre fui una persona muy interesada en otros aspectos de la vida, pero el fútbol fue mi prioridad; no fue lo más importante. Me ayudó mucho el haberme retirado y a la semana encontré algo en qué trabajar, y sobre todo, que tenía que ver con mis proyectos de vida.