En el preciso momento en que los más radicales hinchas de Boca ya estaban cambiando el “chip de Selección” por el reciente título de Copa América de Argentina para fijar la mente otra vez en la suerte deportiva del club de sus amores, explotó una bomba. A 48 horas de salir a la cancha en Ecuador para afrontar la ida de los playoffs de octavos de final de la Sudamericana, la institución informó que Conmebol no había habilitado a sus refuerzos “por una cuestión de diferencia horaria”.
¿Qué pasó? Según dicta el artículo 3.4 del Manual de la Sudamericana 2024, hasta el viernes 12 de julio (18:00 de Paraguay y 19:00 de Argentina) los clubes tenían tiempo de presentar ante Conmebol el formulario de sustitución de jugadores y el de inscripción provisional de jugadores. Boca tenía lista la modificación de cuatro nombres en su nómina para darles lugar a las incorporaciones Gary Medel, Tomás Belmonte, Brian Aguirre y Milton Giménez. Y hasta ayer, lunes 15 de julio (con horario límite de las 14:00 de Paraguay y 15:00 de Argentina), las instituciones participantes de la Sudamericana tenían tiempo de presentar las documentaciones para la regularización de las antes mencionadas inscripciones provisionales. Boca envió el mail pertinente a las 19.43 de Argentina, es decir, 43 minutos tarde, creyendo que había tiempo hasta las 20.
El Consejo de Fútbol especuló con un quinto refuerzo hasta fines de la semana pasada. Es sabido que las transacciones y papeleríos en los mercados suelen dilatarse más de la cuenta en fines de semana y feriados, con el aliciente de que justo el domingo pasado la selección argentina disputaría la final de la Copa América en Estados Unidos. Por eso había quedado descartada la chance de sumar a un quinto nombre antes de que expire el plazo de inscripción, con lo cual llama la atención que el trámite no se llevara a cabo antes para seguir el plan de añadir una quinta variante en la lista de buena fe recién de cara a los hipotéticos octavos de final (si el equipo supera a Independiente del Valle).
Antes de viajar a Ecuador, Riquelme habló: “Hubo un temita con el tema horarios. Estábamos tranquilos de que podíamos presentar la lista hasta las 7 de Asunción y las 8 nuestra, pero no era así. Esa es la realidad, nada más que eso. Conmebol fue muy estricta y dijo que los chicos no pueden jugar”.
Una fuente de confianza aseguró que esta no es la primera vez que la directiva xeneize tiene estos manejos sino que más bien es la habitualidad. “Siempre están al filo con los tiempos”, contaron. En tanto, también remarcaron que los empleados encargados de presentar documentación ante la AFA, Liga Profesional o Conmebol siempre aguardan el OK desde la presidencia o alguien con voz para autorizar este tipo de diligencias. “Se durmieron con los tiempos”, fue lo que acotó otro hombre ligado al club que le endilgó mayor porcentaje de responsabilidad a Juan Román Riquelme o su hermano Cristian que al cuerpo de abogados o los subalternos rasos.
Desde la Ribera están que arden con la Conmebol ya que no es la primera vez que se genera un cortocircuito, más allá de que este ha sido el más evidente y grave de todos. En otras cuestiones menores, como reuniones de protocolo y encuentros previos a los partidos, ventilaron que el ente que rige al fútbol sudamericano suele modificar horarios para elevar multas y aseguraron que suelen ser indulgentes con otros clubes argentinos y del exterior en comparación a Boca.
Por su parte, miembros que trabajan para la Conmebol fueron contundentes a la hora de referirse a este hecho: “Si te dicen que una reunión es a las 11, tenés que ir a las 11, no a las 12. Acá pasó lo mismo”. Quedó en evidencia que desde la entidad boquense buscaron exponer a la Confederación con el comunicado publicado ayer. “La Conmebol ha notificado que los jugadores no han sido habilitados por una cuestión de diferencia horaria entre los dos países”, fue la línea que argumentó la ausencia de Medel, Belmonte, Aguirre y Giménez en la nómina para los 16avos de final de la Sudamericana.
Alguien consultado por Infobae no dejó de mencionar que la entrega a destiempo de la documentación pudo haberse cubierto de otra manera mediante la comunicación entre las altas esferas, algo que sucede a menudo aunque no salga a la luz. ¿Qué rol jugó Claudio Tapia? Completamente abocado a la final de Copa América, se abstuvo de involucrarse en el cortocircuito entre club argentino y la Conmebol por la cargada agenda o voluntad propia.
Al mismo tiempo, remarcaron que este tipo de fallas de los clubes -en ciertas ocasiones- son perdonadas por Conmebol y que el hecho de que la noticia de la demora de Boca en su presentación se haya replicado y tenido tanto eco puede tener que ver con un “topo” que, enterado de la situación, bajó la guillotina para que el reclamo xeneize no prosperaba pese a admitir su impuntualidad.
El modus operandi de Riquelme y la mesa chica directiva no se modificó ya que suelen arriesgar con los horarios de los compromisos y obligaciones que anteriormente les correspondían a directivos que se sienten más cómodos con traje y corbata. La diferencia esta vez es que la Conmebol no le perdonó a Boca el descuido y por eso Román optó por ponerle el pecho a las balas con una breve conferencia de prensa antes de volar a Ecuador en la que minimizó y casi naturalizó un hecho grave.
“Si Conmebol tiene un reglamento tan estricto, me imagino que será igual de estricta que lo que fue con Boca Juniors”, exclamó el ídolo cuando le recordaron que el estadio de Independiente del Valle tiene aforo para 12 mil espectadores cuando en teoría a partir de esta fase las canchas deberían contar con al menos 20 mil. Y en Boca Predio también refunfuñaron por otras cuestiones en las que Conmebol es más laxa, como la extensión del entretiempo en una final de Copa América por el show de Shakira.
Como cabeza N° 1 del club, Riquelme dio la cara, pero esta falta que causó una reacción negativa casi unánime entre socios e hinchas puede potenciarse si Boca es eliminado contra el equipo ecuatoriano. Si el Xeneize pasa de ronda, quedará en anécdota.